Las nuevas tecnologías: Un salto al futuro

Bueno, como el ultimo informe de desarrollo humano ya salió, ya tengo una copia (gracias Rodrigo), toca el tiempo de hacer comentarios. Y (sorry Rodrigo), pero me parece que no salió tan bien. Tres, creo, son los principales problemas:

  1. De la demanda de regulación. El problema es que, de verdad, no la hay. Los datos de la encuesta muestran que cerca de un 20% cree que cada quien debiera hacer lo que quiere y que un 30% creen que debieran haber regulaciones legales. El resto (casi la mitad) sigue la opción que, bueno, cada familia regulará a su modo. Ahora, reunir la regulación legal (colectiva) con la familiar, en realidad no tiene mucho sentido, y esconde el hecho principal: no hay gran demanda de acción colectiva o pública. El asunto sigue estando en el ámbito privado -del cual la familia es parte. Ahora, esto se debe a que -como el Informe bien dice- la demanda se piensa en términos de regulación moral (un poco como se piensa la regulación de televisión) y eso se asume es parte de lo que concierne a la familia. Ahora, en la preocupación por defender una demanda media inexistente de regulación, uno de los temas interesantes sobre regulación fue abandonado: El hecho que la regulación que piensan los chilenos sobre Internet tiene que ver con materias morales (¿que contenidos pueden ver los niños? digamos para ponerlo en términos muy concretos; que es el mismo tipo de discusión que se hace sobre televisión). Y si algo debiera estar claro es que los temas de regulación en Internet superan con mucho lo anterior. Entonces, la concentración moral de la discusión de la opinión pública en Chile es un dato interesante, y por cierto, medio abandonado en el informe (*)
  2. De la ambivalencia de la opinión. Hay que tener cuidado cuando uno analiza datos cualitativos que indican ambivalencia sobre un fenómeno. Esto porque nadie quiere aparecer como tan iluso como para pretender que todo está bien o como tan pesimista que no reconoce nada. Casi siempre, al menos en Chile, los datos de grupos indicarán que hay una ambivalencia, pero eso es más bien una característica general de cómo hablan los chilenos más que algo que nos de información sobre el tema. Y la encuesta nos dice que, básicamente, hay dos tipos de preguntas: Donde no hay opinión común, y donde hay opinión común positiva: 69% estima que las nuevas tecnologías van a acercar a Chile a los países desarrollados, 69% que es una herramienta fundamental para el desarrollo, 61% que las tecnologías entregan más oportunidades que amenazas. Y la población se divide más o menos por la mitad en si se controlan solas o la sociedad las maneja, si tendrán más poder las personas comunes o los técnicos y científicos, si serán más dependientes o libres. Ahora, eso indicaría que -ambivalencia y todo- hay una base positiva de opinión. Ahora, el hecho que esto no sea trabajado tiene que ver, creo, con el tercer punto:
  3. De las tecnologías más allá del desarrollo económico. Todas las opiniones claramente positivas sobre la tecnología son, finalmente, en relación a su aporte para el desarrollo económico. Y como el leit-motiv del informe es que hay que evaluar el tema más allá de eso, sino desde la perspectiva de las capacidades, del desarrollo humano etc. es claro que ese dato no sirve. Ahora, en eso hay una relación poco lograda, por decir lo menos, entre la parte propositiva, ideológica del informe (lo que el PNUD desea que Chile sea) de la parte descriptiva del informe (lo que el PNUD descubre lo que Chile es). Porque bien uno puede desear, opinar y defender que las tecnologías debieran verse como más allá del PGB, pero el caso es que una de las opiniones claras de la población es que sirven para eso. Sobre el resto, en realidad no hay opinión clara de la población (**)

Hay un cuarto tema que no me termina de convencer, pero siendo de índole más teórica mejor separarlo de lo anterior (que son problemas e insuficiencias de análisis). Y tiene que ver con el tema de ‘naturalización’. Básicamente, el informe opera con una oposición entre procesos que son vistos como naturales y procesos que son producto de deliberaciones colectivas. Cuando la sociedad maneja su destino es cuando hay discusión política y decisión colectiva. Otra cosa es ver los procesos como si fueran procesos naturales.

Ahora, creo que en eso hay una trampa. Todo sociólogo estaría inmediatamente de acuerdo con: ‘La evolución de las tecnologías no es un producto de la evolución natural. Es un acontecimiento histórico, condicionado por hechos culturales, políticos y económicos específicos, movilizado por actores con intereses particulares y que tienen imágenes determinadas acerca de la sociedad‘ (página 209) (***). Y estaría de acuerdo, digamos nuestro sociólogo medio, con la afirmación por motivos empíricos, porque sería sencillamente falso que el desarrollo tecnológico sea producto de una evolución natural.

Pero de ahí no se sigue que se tenga que realizar acción colectiva reflexiva (para que la sociedad ‘reine’ sobre estos procesos). Los procesos sociales que no siguen la lógica de acción colectiva conjunta siguen siendo procesos sociales. El lenguaje no se desarrolla a punta de grandes decisiones colectivas (sino más bien con múltiples decisiones separadas de múltiples agentes), y sigue siendo claramente un producto social -condicionado por hechos culturales, políticos y económicos específicos (y aquí puede seguir toda la cita del informe). O sea, de la falsedad que el proceso sea natural no se sigue per se la defensa de la acción reflexiva colectiva.

Por decirlo de algún modo, la oposición entre ‘la sociedad controla’ y ‘las tecnologías se manejan solas’ es una falsa oposición, porque los procesos de desarrollo tecnológico son procesos sociales (son parte de ‘la sociedad’). Que no sigan el proceso de deliberación colectiva pública es otra cosa. Pero al asumir una distinción doble (al reunir la distinción natural / social con el tema de la reflexividad colectiva de las decisiones), el Informe sencillamente no discute todas las posibilidades.

(*) Ahora, tampoco resulta tan extraño que el Informe no aborde ese tipo de posibilidades. Porque las proposiciones de regulación del Informe también tienen el defecto de provenir de una mirada muy restringida de las regulaciones sobre Internet. La condición tercera (promover regulaciones que resguarden los derechos de las personas) se transforma inmediatamente en una regulación para protegernos de los peligros de Internet: ‘Algunos derechos de las personas pueden verse vulnerados por la expansión de las NTIC y algunos de sus usos pueden tener efectos nocivos. Estos riesgos se despliegan en dos niveles, que están relacionados. El primero se refiere a los riesgos para la subjetividad individual que resultan de algunos usos nocivos de las nuevas tecnologías, derivados de la dependencia y del aislamiento. El segundo alude a las amenazas para ciertos derechos en el mundo de las redes, como la violación de la privacidad y las posibilidades de control casi permanente de las personas‘ (página 204). Ahora, lo que desaparece de esta discusión es las propias NTIC como espacio para ejercer derechos y la defensa de algunos derechos que existen actualmente con respecto a las NTIC que pudieran verse vulnerados. Se habla que las regulaciones deben ser compatibles con la libertad de las personas, pero esto tiene que ver con los límites de la regulación, no con el hecho que -en torno a los temas de regulación legal- quizás las NTIC fueran no solamente un riesgo.

(**) Lo que por cierto bien nos puede hacer concluir que si la sociedad está dividida sobre todos los temas d tecnología con la sola excepción de que sirven para el desarrollo económico, una mirada del Estado que enfatice el desarrollo económico es la única que refleja lo que hay de consenso en la sociedad. Pero dejemos la disgresión aquí. Lo relevante es que hay un punto de datos que no fue analizado con toda propiedad, y que afecta las conclusiones descriptivas.

(***) Corto ahí la cita porque el ejemplo que da el PNUD no es de lo más afortunado. Nos plantea que mucho de cómo era inicialmente Internet se debe a los intereses militares de defensa. Pero el hecho es que, aparte de la búsqueda de una red que fuera robusta frente a ataques, no hay muchas características iniciales de Internet que uno pueda pensar fueron diseñados desde la defensa. De hecho, inicialmente Internet era fuertemente académica (la web fue inventada en el CERN al fin y al cabo) y muchos de sus características estaban ordenadas en torno a los intereses de la comunicación académica: descentralización de los procesos decisionales (cada nodo decide sobre sus servicios), apertura de contenidos (cada nodo agrega contenidos a su gusto, sin control exterior). Parte no despreciable de la vulnerabilidad que da Internet a quien se conecta se basa en que en una red académica había pocas razones para limitar la conectividad, y por tanto el comportamiento default era la apertura de la conexión. Ahora, no es el tipo de cosas que uno asocie muy claramente a los militares.

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