Y descubrí que soy Parsoniano

Sin nunca haber estudiado profundamente a Parsons en realidad.

En otras entradas en este blog (la última: Cuatro modalidades de coordinación) había desarrollado una de mis pocas ideas teóricas: que uno podía dividir la coordinación en cuatro grupos de acuerdo a si uno actuaba sobre los intereses/representaciones o los recursos de alter; y si uno entregaba o uno quitaba a alter. La idea se me había ocurrido leyendo a Coleman (sobre los temas de control y de recursos) e intentando buscar formas que distinguieran claramente, y al nivel de coordinación elemental, entre sus diversas modalidades (pensando que muchas teorías tienden a ser univocas al respecto).

Bueno, he aquí que unos meses más tarde -volviendo a leer el viejo texto de Habermas sobre la Teoría de la Acción Comunicativa- me encuentro con lo siguiente (cuando comenta a Parsons)

Si sólo se permite elegir entre sanciones positivas y negativas y solo se dejan abiertos dos canales de influjo, el influjo sobre las opiniones y deberes del otro o el influjo sobre su situación de acción, resultan cuatro estrategias o formas de llevar a efecto ese condicionamiento. Parsons las llama modo de interacción y pone  cada una de ellas en relación con uno de los medios (Habermas, Teoría de la Acción Comunicativa,  Vol 2, página 396)

Ahora, los términos de Parsons se pueden traducir a la idea que se me había ocurrido: positiva (agregar) o negativa (quitar), influjo opiniones o deberes (representaciones), influjo sobre situación de acción (recursos). De hecho, la crítica de Habermas -que esto olvida que no se puede aplicar el esquema de sanciones a las opiniones / deberes (la idea de sanción no aplica a las ‘posturas de afirmación o de negación frente a pretensiones de validez susceptibles de crítica’ (página 397)- no se aplica a la visión que había desarrollado que hablan directamente, finalmente, de afirmación o negación. En un caso das razones para que alter haga algo; en otro quitas las objeciones para que alter haga algo.

En resumen, sin darme cuenta, había elaborado (y refinado, creo) un argumento de Parsons. De hecho, lo peor es otra cosa: Este es un argumento que Parsons a su vez usa para fundamentar y desarrollar la idea de medios de comunicación simbólicamente generalizados. Y todos sabemos quién ha sido desarrollado posteriormente más estas ideas. Sí, el malvado de Luhmann. Con lo que, sin darme cuenta, ya había empezado a entrar en ese horrible camino.

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