Burawoy y la mercantilización del Conocimiento

Continuemos entonces con presentar y discutir las conferencias de Burawoy (revisar la entrada de ayer sobre la primera conferencia). Después de discutir los cambios en el mundo, el 25 la conferencia fue sobre los cambios en las ciencias sociales. Y en particular, sobre la mercantilización del conocimiento, y como este es la nueva mercancía ficticia que está en juego en el actual proceso de avance del mercado (mercancia ficticia, recordemos, siendo aquella que si se mercantiliza sin límites empieza a perder su carácter y utilidad).

El análisis estuvo muy centrado en la mercantilización de la Universidad, y a partir de allí comprender estas dinámicas.

El punto de partida fue que, aunque en principio compañías vendiendo conocimiento es algo que ha sucedido anteriormente, los cambios fundamentales ocurren a partir de la década de los ’80. En Estados Unidos, cambios legales permiten que el conocimiento generado en la Universidad pueda ser vendido. Al mismo tiempo, Tatcher introduce mecanismos de control en las universidades británicas, research assessment exercises, produciendo la paradoja que una defensora del libre mercado introduzca un mecanismo de planificación en la Universidad. Estos son elementos cruciales porque empiezan a generar cambios en como la Universidad se organiza y se relaciona con el conocimiento.

Los cambios en concreto del proceso de comodificación son los siguientes:

  1. Un movimiento de privatización, y en particular hacia el auto-financiamiento (si aun siguen siendo públicas)
  2. Esto implica reducción de costos: precarización e informalización de la fuerza de trabajo (los profesores), outsourcing y aprendizaje a distancia.
  3. Y esto implica un aumento de los ingresos: Mayores aranceles, inversión privada de las empresas en las Universidades (aprovechando que es una fuerza de trabajo barata, un estudiante de doctorado en biociencias bien paga por participar en investigación que produce beneficios para las farmacéuticas), y un aumento de las desigualdades entre las disciplinas (dado que hay algunas que tienen mayores posibilidades de generar ingresos que otras).

Burawoy, para ilustrar las cosas que generan estos procesos, contó de una situación en India: Algunos políticos se las arreglan para poder fundar centros de educación superior; luego se contactan con alumnos que tienen subsidios del gobierno; consiguen que se matriculen en sus instituciones, diciendoles que con tal que vayan unas 3 o 5 veces al centro en el año obtienen su credencial. Y así todos felices: los estudiantes tienen sus títulos, los políticos dinero y clientela, y las Universidades reciben algo de fondos.

Al mismo tiempo, y en parte asociadas a las anteriores dinámicas, tenemos procesos de racionalización:

  1. Racionalización como branding: La constitución de la Universidad como corporación (como un negocio en última instancia), y toda la preocupación por la ubicación en rankings (del nivel que sean).
  2. Racionalización como globalización: El hecho que toda el prestigio académico se juegue en la publicación en revistas internacionales, una mayor jerarquía, distinción y polarización. Y por cierto una falsa universalidad, con lo particular de Estados Unidos pasando por universal.

He ahí entonces los problemas asociados al conocimiento en esta ola de mercantilización de acuerdo a Burawoy.

Y al igual que ayer, algunos comentarios:

El análisis de Burawoy está centrado en la Universidad. Y claro siendo el lugar en que se (a) se genera buena parte del conocimiento y (b) se reproduce a quienes crean conocimiento, tiene sentido darle importancia. Pero el tema del conocimiento y su mercantilización no sólo tienen que ver con la Universidad y lo que sucede con ella. Los temas de patentes, copyrights y todo el régimen de propiedad intelectual (que es lo que permite comprar y vender conocimiento) afectan más allá de la Universidad. ¿Qué pasa con la mercantilización del conocimiento tradicional, digamos en lo relativo a plantas y medicina?

Y lo central es, creo, que se hace necesario pensar en lo que implica una mercancía ficticia. La comercialización del conocimiento (hacíamos la reflexión en otra entrada) afecta la producción del conocimiento. Un régimen donde el conocimiento está afecto a patentes y limitado por propiedad intelectual, es uno donde se dificulta la diseminación de éste -y la diseminación es crucial para su producción. En la medida en que estamos en un capitalismo de la información, entonces este es una de sus contradicciones básicas: Requiere poder comercializarlo, porque es una de las fuentes de valor; pero al mismo tiempo ese proceso afecta a su producción continua. En ese sentido, no es un tema de ‘rechazar’ la mercantilización como una forma de rechazo del capitalismo, es una dinámica que es compleja para la operación del propio sistema. Ahora, los procesos de contra-mercantilización han sido formas en que estas contradicciones se han ‘solucionado’, y en torno a cómo los diversos actores reaccionan y desarrollan estrategias en torno a esta situación será algo interesante de analizar en el futuro.

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