La Construcción del Conocimiento Sociológico

Portada_libroLa idea que la sociología no ha producido conocimiento de mucho valor es una idea con la que he rondado bastante tiempo. Así, en este mismo blog, declaraba el 2006 que “Puedo pensar en lo que ha aportado la antropología, incluso la vilipendiada economía, pero de sociología no mucho” (link aquí). Después de varias peripecias, finalmente el tema de la tesis de doctorado fue sobre si la sociología había valido la pena, no por nada el título es ‘3 investigaciones sobre la pertinencia intelectual de la Sociología’. Por cierto, esta imagen negativa de la sociología no deja de ser común al interior de la propia disciplina, y no es difícil encontrar entre sus cultores -en los principales textos teóricos y metodológicos- declaraciones más bien negativas sobre lo que la disciplina ha logrado.

Al desarrollar ese estudio en el doctorado, mi primera impresión es que si bien el autodiagnóstico era correcto al nivel del conocimiento teórico y metodológico general, era falso al nivel de la investigación empírica. Que en los campos que conocía relativamente bien (y en algunos otros que conocía más someramente) sí había construcción de un acervo de conocimiento. Quizás no tan rápido como en otras disciplinas, pero claramente nuestro conocimiento en, por ejemplo, sociología del consumo, es más profundo y más válido ahora que en décadas anteriores. El 2011 entonces pensaba que “El trabajo, entonces, es desarrollar una propuesta de saber general a partir de la práctica de investigación” (link aquí).

El caso es que con el transcurso de la investigación, al leer e intentar sistematizar, fui cambiando de opinión: Que, de hecho, sí se ha construido un acervo de conocimiento en la sociología al nivel de los conceptos básicos e ideas. La idea común que la construcción de un acervo común requiere la construcción de consenso no da cuenta de las dinámicas de una disciplina que es plural; pero era claro que -por ejemplo- en el debate había tal cosa como un movimiento relativamente racional de las posiciones, o donde se iban acumulando conceptos, distinciones y afirmaciones que tienen sentido. Se investiga mejor una vez que se ha desarrollado el concepto de habitus que sin él, se investiga mejor después de las críticas a ese concepto que sin él y así sucesivamente. La comparación entre los debates teóricos y metodológicos a su vez permitía observar una condición para que el debate plural efectivamente construyera conocimiento y no fuera simplemente un diálogo de sordos, eterna recurrencia de dimes y diretes: Que cada posición reconociera que la posición contraria no puede ser un puro error, sino que debe intentar dar cuenta de la intuición contraria al interior de su propia visión. Las perspectivas accionalistas, por ejemplo, incluso si son puramente accionalistas, saben que deben dar cuenta de la impresión de la fuerza de la estructura, no pueden remitirse solamente a criticar la otra postura. La existencia de una postura que intenta explícitamente integrar las posiciones es parte de lo anterior, pero lo importante es este reconocimiento sea amplio. Dado ese reconocimiento, entonces el debate plural puede efectivamente construir conocimiento común; y de hecho ocurre más en el debate teórico que en el metodológico -he ahí una de sus ventajas.

Ahora bien, ¿por qué es importante lo anterior? La sociología en la actualidad, creo, se encuentra ante desafíos relevantes. No es claro en la actualidad que lo que ella dice sea particularmente relevante para comprender la vida social, y otros saberes compiten con lo que ella plantea. Lo cual está bien. Ninguna tradición es eterna, y hay múltiples tradiciones disciplinas que han tenido su día y luego han desaparecido. No es para defender la sociología qua sociología que me interesa evaluar su construcción del conocimiento.

Es sólo que en la tradición sociológica hay algunas afirmaciones que me parecen, al mismo tiempo, fundamentales para entender la vida social y que no en todas las formas de analizar dicha vida se reconocen con fuerza. Ninguna de esas afirmaciones es exclusiva de la disciplina, y la tradición disciplinar incluye otras que han sido más bien obstáculos para el conocimiento; pero creo que el olvido completo de la sociología puede implicar el debilitamiento de esas afirmaciones.

¿Cuáles? Yo diría que el énfasis en el carácter construido de la vida social, en las consecuencias inesperadas de la acción, en el carácter plural de la vida social (que yo creo es la más basal de todas las afirmaciones sobre ella), y finalmente la coexistencia de perspectivas cuantitativas y cualitativas al interior de un mismo campo de estudios, son tanto válidas como presentes en la tradición. Y representan cosas que no debieran ser olvidadas. Si el examen de lo que la sociología ha realizado sirve para ello, entonces fue un buen trabajo.

En cualquier caso, el texto donde se defiende todo ello, publicado por la UFRO, disponible en este link.

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