El fin de la legitimidad. Chile 2020

Sobre la legitimidad pueden decirse muchas cosas. Me referiré a sólo una de ellas: Una de las cosas que hace la legitimidad es permitir que el orden social se reproduzca sin violencia física. Podemos decir, como parte importante de la tradición sociológica, que ello es violencia simbólica, enfatizando el carácter de dominación de las instituciones y la legitimidad como ilusión ideológica. El caso es que incluso bajo esa idea, que es la mirada más negativa sobre el tema, nos ahorra el uso de la fuerza.

Es por ello que una situación de pérdida de legitimidad es crítica, puesto que entonces nos dirige a una situación donde es la fuerza y la violencia directa la que dirime las cosas.

Y el caso es que Chile se encuentra en una situación donde se pueden observar grietas fuertes en la legitimidad. Con ello no me refiero solamente al hecho que las instituciones no son creíbles, ello ya se sabía desde hace varios años, pero las instituciones y sus adláteres se habían encargado de no darle importancia. Me refiero a que ya las creencias básicas que facilitan su operar están en riesgo. Bien puedo pensar que la institución X no es creíble, o que no cumple lo que supuestamente debiera hacer, pero todavía puedo pensar que hay que seguir lo que ella dice o, por último, aceptar ese poder.

Datos de encuestas recientes muestran que hay elementos basales de las instituciones que ya no pueden darse por descontado. La última CEP nos muestra que un 57% de la población estima que casi nunca o nunca se justifica que Carabineros use la fuerza contra un manifestante violento (ver link aquí). En otras palabras, el Estado ya no tiene el monopolio de la violencia legítima (sigue teniendo operativamente grados importantes de control de violencia efectiva, pero es de la legitimidad de que estamos hablando), cuando la mayoría de la población le niega a la fuerza pública del Estado legitimidad para operar con violencia frente a la violencia eso es lo que está en juego. La reciente encuesta UDP sobre Juventud, Participación y Medios nos dice que un 19% de los jóvenes está de acuerdo con incendiar cuarteles militares o las estaciones de metro realizadas en el contexto de las manifestaciones iniciadas en octubre (link aquí). Son cifras minoritarias, pero cuando alrededor de uno de cada cinco jóvenes declara su acuerdo con los actos mencionados nuevamente la legitimidad de las instituciones, la existencia de ese monopolio de la violencia legítima es lo que está en juego.

Podemos observar que ya existen en la práctica de la vida social ciertas operaciones cuya realización no puede darse por descontada. La realización de la PSU efectivamente ya ha tenido contratiempos, y no sabemos que ocurrirá este lunes 27 y 28. El sistema para establecer los precios del metro ya está desactivado en la práctica (no pueden realizarse las decisiones de los sistemas institucionalizados).

En general, todavía no se ha alcanzado el momento más crítico. En general todavía las instrucciones y órdenes que dan las instituciones se realizan. La pérdida de legitimidad está produciendo que las reservas de buena voluntad para que ellas ocurran se pierden y tenga que recurrirse a la violencia y a la coacción. Pero ello es, finalmente, desgastante. Y en última instancia hay que recordar que estamos ante procesos: que ese ‘todavía’ puede dejar de serlo; que hay un momento en que la máquina institucional deja de funcionar, cuando el que recibe la instrucción asume que no tiene por qué cumplirla y no recibe castigo por ello (que es lo que ocurre en las revoluciones al fin y al cabo).

Dada esa situación de pérdida de legitimidad, y de los efectos de ello, se pueden observar intentos de re-legitimación, precisamente para recrear esa ilusión que permite a las instituciones actuar y ejercer sin recurrir a su ultima ratio, que es la fuerza. El llamado a una nueva constitución, en particular a la generación de un proceso constituyente, es una de ellas -el intento de construir instituciones que se legitimen a través de un proceso en que participe buena parte de quienes habitan estas tierras, y que por lo tanto legitimen el resultado.

El caso es que, en realidad, no sabemos qué es lo que -en las condiciones actuales- puede producir y regenerar legitimidad. Cuando los mecanismos tradicionales de legitimidad dejan de operar no es fácil determinar que puede construir nuevamente legitimidad. Para usar un ejemplo de mayor alcance histórico (probablemente) que la situación actual: Cuando se dejó de pensar que los reyes gobernaban en virtud de un mandato divino o cuando la mera tradición dejó de tener peso, ni se pudo volver a lo anterior (como atestiguan todos los fracasos en América Latina en reconstruir monarquías, el único éxito fue Brasil, que -crucialmente- no dejó de ser monarquía) ni tampoco fue simple construir nuevas instituciones legítimas.

En la vida social, como en todas las cosas, es válido aquello que es más simple que algo deje de existir que crear algo nuevo. Por otra parte, difícil o no, con los tiempos que se tomen, al final se crean nuevas legitimidades. Otra cosa es que esas nuevas legitimidades sean las que se desean, pero ellas existirán.

Una observación sobre el incendio del Mall de Quilicura

Revisando Twitter me encuentro con un video que muestra disparos de Carabineros en la Plaza de Quilicura a personas que, así lo indicaba el tweet querían confirmar si las denuncias de tortura en el Mall eran ciertas. Me digo entonces que vivo a unas cuantas cuadras del Mall así que bien puedo ir para allá.

La ubicación del Mall es frente a la Plaza de Quilicura, lo cual implica que está a su vez cerca de la Municipalidad, del SAPU y al lado de la supuesta próxima estación del Metro. La Plaza había sido usada en días anteriores como centro de manifestaciones, y habían existido intentos de saqueo del Mall en otros días pero en general se lo había dejado más bien tranquilo.

Ahora bien, me acercó al lugar y en el camino observo mucho humo, que al principio no podía saber a que se debía (¿barricada? ¿lacrimógena? ¿algo se incendia?). Me acerco por un pasaje lateral y al salir de Avenida Matta me encuentro con unas personas que increpan a alguien que acaba de pasar con unas cajas. Al escuchar bien me doy cuenta que están retando a alguien que estaba saqueando, y el grupo de curiosos es bien enfático al respecto. Lo que me llamó la atención, porque en los saqueos del 19/20 Octubre, en la misma Quilicura, no observé ello.

Humo acercándome en dirección al Mall. En esos momentos no sabía a que se debía, luego observé que era fuego por incendio.

Me sigo acercando y en la calle que da hacia el Mall veo mucho humo y una barricada al medio de la calle, y una gran cantidad de personas. Al acercarme puedo ver que hay mucha gente viendo, que hay gente ingresando dentro del Mall y saqueando diversos bienes (no muchos en todo caso, no sé si porque se lo había saqueado antes, porque las tiendas del Mall, que tengo la impresión no estaba funcionando normal, habían sacado sus bienes o la razón qu esea). Pero si bastante gente sacando cosas.

Y veo llamas al interior del recinto. Las primera que ví estaban ubicadas fuera del recinto (creo haber escuchado que estaban quemando las piletas). Pero luego veo que el Mall se estaba quemando, y que el incendio se expandía.

En ese momento además me percaté que no había bomberos cerca (cuando posteé en Twitter una imagen, alguién mencionó que habían atacado a bomberos cuando se acercaba, no puedo asegurarlo puesto que no lo ví, pero sí puedo declarar que no ví a bomberos, lo que me extrañó), y que de la policía sólo estaba un helicóptero. Por otro lado, el SAPU seguía funcionando y enviando (y recibiendo) ambulancias. Y tengo que decir que la posibilidad que el incendio afectara el SAPU me empezó a preocupar.

Entre la gente alrededor escuché comentarios de diverso tipo. Algunos de cansancio y hastío (nuevamente, algo diferente a los que había escuchado el 19/20); otros muy ‘pragmáticos’ (literalmente, bueno disminuirán el precio de las casas así que podríamos comprar); y entre los grupos que estaban en el Mall o inmediatamente fuera muchos gritos contra Carabineros, cada vez que el helicóptero se acercaba.

Ya cerca de las 2030 el incendio del Mall estaba saliéndose de control
Y como dije el SAPU está al frente de donde se ubicaba el Mall. Como se puede observar mucha gente mirando el suceso (o sea, haciendo lo que estaba haciendo este servidor)

Al crecer el incendio preferí retirarme. En esos momentos pude ver a varias personas llevándose cosas, incluso algunos en automóvil. En uno de esos momentos apareció Carabineros (o al menos eso se dijo y muchos empezaron a correr). Y vi a algunos empezar a tomar piedras para enfrentarse a la policía.

Me quedé unos momentos en la esquina de O’higgins con Matta (que queda a una cuadra del ex-Mall y es una de las principales intersecciones de la comuna). Estando ahí escuché a algunas personas reclamando contra la falta de mano dura, o que el alcalde había pedido más presencia policial y n había pasado. Los grupos de capuchas se movían sin que pudiera determinar con claridad las razones de ello (en un momento muchos corrieron hacia el oriente), y en cualquier caso aparecían buscando cosas que poner en las fogatas de las barricadas.

Pasado un rato apareció un guanaco (al principio no estaba muy seguro pero después sí) que lo primero que hizo fue apagar la barricada de la calle, que estando con fuego estaba demasiado cerca del SAPU. Y luego procedió a intentar dispersar manifestantes. A partir de ese momento aparecieron más buses de Carabineros y lanzamiento de lacrimógenas. La reacción de la multitud fue, aparte de una gran cantidad de improperios contra Carabineros, la de seguir el bus de Carabineros.

En ese momento decidí que mi labor de observación podía entrar en contradicción con mi deseo de conservación así que me retiré. En el camino a unas cuantas cuadras del Mall y de todo el conflicto, en la cancha de fútbol Quilisport continuaban jugando fútbol.

Un partido de fútbol unas cuadras del incendio del Mall

Crónica de unos días de octubre (18-22 Octubre 2019).

Aunque no estoy seguro si la actual ola de manifestaciones seguirá o no, dado que la memoria falla he decidido poner por escrito mis observaciones sobre lo sucedido en estos días de protesta en Santiago. Las observaciones de un fenómeno social, cuando se hacen desde la perspectiva de alguien que las ha vivido, no pueden evitar ser parciales -uno observa sólo lo que uno ha podido ver y conversar, y lo que sucede en la ciudad sobrepasa con mucho a ello. Y sin embargo, reuniendo varias de esas observaciones es posible reconstruir una mirada sobre ellas. En cualquier caso he aquí mis observaciones, a manera de crónica -en lo posible narración sin juicios (aunque sabemos que eso no es completamente realizable).

Viernes 18 de Octubre.

El día viernes 18 de Octubre hasta alrededor de media tarde había sido un día normal para mi. Había escuchado de los intentos de evadir del metro por parte de estudiantes, que llevaban varios días, había escuchado las declaraciones desafortunadas de autoridades (desde levantarse más temprano hasta que no reclamaban cuando aumentaba el precio de lo tomates) había visto las imágenes de Carabineros llenando las estaciones (y algo pensé en escribir que cuando se requiere llenar de policía las estaciones para asegurar el pago es que la situación no es muy sostenible, y así mostrar la relevancia de la legitimidad), y algo había visto también de roturas de torniquetes (y me llamó la atención toda la gente que estaba solo viendo eso sin reacción, ¿no es que los santiaguinos les gusta su metro? algo raro era ello); pero era parte de lo cotidiano -ese día hasta las 1600 horas estaba trabajando en un café. Un par de conversaciones telefónicas me indicaron que algo quizás más relevante estaba en curso (línea 1 detenida, algunas observaciones sobre la conversación en redes sociales), así que me decidí a observar lo que estaba pasando.

Acercándome a la estación Bellas Artes escuché algunos gritos así que fui a ver qué pasaba. Había un grupo importante de personas fuera de la estación, y Carabineros que declaraban que tenían que dispersarse (la estación sólo estaba dejando salir personas). Se produjo un stand-off porque las personas no se dispersaban y Carabineros seguía exigiendo ello. Me llamó la atención la actitud de los espectadores -los que estaban en los locales del sector. Digamos, una de apoyo pasivo a los manifestantes: gritos contra carabineros, y la atención dirigida contra ellos, aunque no había actitud de sumarse a los que protestaban (se continuaba usando el local de manera normal).

A la salida de Bellas Artes el viernes. Protestantes no haciendo caso de Carabineros, mucha gente sacando fotos a Carabineros, y los que estaban en los locales en lo que me dió la impresión era apoyo pasivo.

Luego de ello me dirigí hacia Portugal / Alameda donde me encontré con una protesta más en forma. Grupos protestando, una buena cantidad de lacrimógenas. A decir verdad, una protesta relativamente común como en otros días -enfrentamientos pero a pocas cuadras la vida normal (el Unimarc de la zona funcionaba como siempre, con la excepción de una repartición de limones a las cajeras).

Me interesó luego ir hacia más el centro para ver como seguía la protesta. La Alameda tenía tránsito interrumpido, y como el metro estaba cerrado, varias personas caminando por la calle (dirigiéndose a sus casas supongo). En eso pasé frente a la Moneda y ahí escuché varios gritos contra Piñera (como responsable de toda la situación).

Varios gritos contra Piñera entre quienes pasaban ese viernes en la tarde por la Alameda

Dada la hora (cerca de las 1900-2000) me dirigí hacia mi casa en Quilicura. La demanda sobre el Transantiago era muy alta, y en el paradero donde me ubiqué, ninguna micro usó los torniquetes, sino que abrieron las puertas y dejaron que todo el mundo subiera sin pagar. En ese momento me dije que por intentar evitar la evasión en el Metro se habían producido costos muchos más altos (un día sin operaciones del Metro, micros con niveles mayores de evasión).

Al llegar a Quilicura me encontré con los primeros caceroleos (que recordemos, inicialmente tenían como motivo reclamar contra la represión a la evasión). Me llamó la atención dado que, al final, Quilicura es una comuna de usuarios de transporte pública y era plausible pensar que responsabilizaran a los estudiantes del desorden de éste en ese día, pero al parecer eso no fue lo que había sucedido.

Estando en Quilicura me informé del incendio de Enel, de las estaciones del Metro (estas últimas bien sorpresivas para mí), y de la declaración de Estado de Emergencia. Recuerdo pensar que al gobierno no se le ocurriera nada mejor para solucionar los problemas que poner los militares en la calle no hablaba bien de su competencia; pero supuse que con ello finalizaban los eventos.

Sábado 19 de Octubre.

El día se inició visitando la feria, que funcionaba normalmente y aparte de un par de conversaciones sobre lo tarde que habían llegado algunos, nada diferente de otras semanas. Luego tenía que ir al centro (quería ver si encontraba un libro que estaba buscando, como se puede observar mis expectativas eran de día completamente normal), y en la micro algunos vendedores comentaron los eventos del viernes, centrándose en las lacrimógenas (y su efecto en niños).

Caminando por el centro me llamó la atención que escuchaba cacerolazos (¿de día? ¿no pasan estas cosas de noche? me dije) y algunas personas caceroleando en la calle. Lo cual fue en aumento, cuando llegué a Portugal con Alameda y me encontré con un grupo manifestándose, ahora contra el Estado de Emergencia y la presencia militar. Ahí recién me dí cuenta que la cosa continuaba.

Mi primera indicación que la protesta continuaba tras la declaración del Estado de Emergencia (hacia alrededor de las 13:00 del Sábado 19)

Por lo que decidí ir a Baquedano, como epicentro de cualquier cosa que pasa en la ciudad. Caminando hacia Baquedano me encontré con barricadas en la calle, y distintos enfrentamientos contra Carabineros (lo que supongo ya valen como enfrentamientos, dado el intercambio de piedras y lacrimógenas). Por camino lateral llegué a Baquedano, y pude observar entonces manifestantes, fuerzas especiales y militares. En ese momento y lugar (pasado el mediodía) la actividad de represión estaba a cargo de Carabineros, siendo que los militares estaban más medidos (haciendo acto de presencia pero no mucho más). En cualquier caso era posible caminar por la plaza.

Baquedano a eso de las 14:00 del Sábado 18. Manifestantes, luego Fuerzas Especiales y en el trasfondo militares en la calle.

Lo que sí era claro era que lo que había partido como un sábado común y silvestre estaba quedando demostrado que no era así: Que la protesta continuaba y se había hecho más grande, a pesar de la declaración de Estado de Emergencia.

Decidí seguir por Providencia para ver hasta donde llegaba las manifestaciones. Hasta cerca de Condell puedo decir que había barricadas (lo cual, a decir verdad, me extrañó ¿barricadas en Providencia?) hasta La Concepción ví caceroleo en la calle, y ruido de cacerolas hasta el Costanera. A esa hora (alrededor de las 1600 horas) lo estaban cerrando, supongo pensando en como las personas podían volver a sus casas -dado que en ese sector en sí no había nada fuera de lo habitual. Bueno, aparte de un camión militar, a cuyo paso se escuchó una silbatina bastante importante.

Ahí pretendí tomar micro pero el transporte público había dejado de funcionar. A mí y a un grupo nos llevó hasta Recoleta una pareja. En la conversación sostenida en el viaje, nuevamente, se responsabilizó a Piñera de la situación. Al mismo tiempo, me quedó claro porque la oposición no podía ‘capitalizar’ el descontento: porque la causa profunda, de acuerdo al grupo, de todo esto era un conjunto de abusos de muchos años, de los cuales también eran responsables la actual oposición. La pareja de quien manejaba nos manifestó que había votado por Lagos y Bachelet pero que estaba arrepentida -ellos también, al final, habían abandonado al pueblo y eran unos corruptos que habían ganado mucho dinero. Y lo otro que dificulta cualquier capitalización: la convicción que los ‘poderosos’ nunca pierden, que los costos siempre recaen sobre ellos, y que cuando aprenderemos que nada de esto sirve.

En Recoleta empecé a caminar, hasta ver quien me podía dejar en Quilicura, En ese trayecto me robaron el celular, con lo cual perdí mi capacidad de registrar con fotografías lo sucedido y me dejó bien incomunicado. En cualquier caso, luego otras personas me invitaron a subirme a su automóvil y así llegar a Quilicura. A esas alturas algo escuché sobre saqueos en farmacias (y me dije, que no era mucho lo que estaba funcionando el estado de emergencia parece).

Domingo 20 de Octubre.

Al inicio intenté ir al supermercado o al mall de Quilicura para ver si podía solucionar el tema del celular (al fin y al cabo el día anterior había funcionado en la mañana, pensé que podía repetirse ello el domingo). Pero estaba todo cerrado, y una de las estaciones de bencina en el camino ya había sido saqueada y quedaban restos de quemazones en la calle.

Pensé en dirigirme al Costanera (el centro del consumo estará abierto me dije), pero se encontraba cerrado totalmente. Al fin, decidí ir a la casa de mi hermana por si acaso tenía un celular disponible. Lo cual fue efectivo.

Devolverse a Quilicura resultó complejo de nuevo porque el Transantiago dejó de circular como a esa hora. Primero un conductor, ya fuera de servicio su micro, decidió dejarme a mí y a otra persona hasta El Salto. En la conversación apareció con más fuerza el tema de los saqueos, y el micrero declaró que esto era responsabilidad de una sociedad llena de drogadictos, donde aumentaba el VIH. Ese era el trasfondo real según él. Se mencionó en particular que el saqueo había llegado a ‘personas normales’, a feriantes y se contó un caso de una persona a la que le habían robado su puesto de completos. Eso aparecía como un grado máximo de maldad.

Luego un conductor de Uber nos llevó, en parte porque se acercaba el toque de queda y era importante que las personas no quedaran en la calle. La conversación se centró en el saqueo y ahí me dijeron que habían saqueado todos los supermercados en Quilicura, y el Easy (que queda detrás de mi casa). Se mencionó ahí, y lo escuché en más de una ocasión, una crítica bien específica al saqueador: Que se llevaban bienes electrónicos en vez de cosas para comer. En cualquier caso, la expectativa de la conversación era la de que hacer una vez que pasara este evento.

El conductor me dejó en frente del Easy (él también quería ver que había pasado), y ahí pude ver a ese local, y a los dos supermercados de las cercanías saqueados. Habían llegado los militares, pero mi impresión es que el saqueo había sido reciente -creo haber visto un par de automóviles que se estaban llevando cosas. Al llegar a mi casa, varias personas estaban conversando con los militares que custodiaban el Easy, e incluso les facilitaron agua (al parecer los tenían sin agua desde varias horas). Mi impresión es que, más allá de cualquier otra cosa, en el vecindario no había apoyo al saqueo en ese sentido.

El Easy de Quilicura saqueado, visto el domingo 20 de Octubre
Los vecinos de mi barrio conversando con los militares que resguardaban el Easy ya saqueado, el mismo domingo en la tarde.

Mi celular por algún motivo no se conectaba a red alguna (me funcionaba sólo cuando estaba con wifi) así que decidí que el lunes iría al centro para ver si podía solucionarlo. Mis actividades laborales estaban suspendidas en todo caso.

Lunes 21 de Octubre.

La locomoción en la mañana funcionaba normalmente, aunque dado que había evitado partir muy temprano no sé que paso en la hora peak. En cualquier caso, el centro se encontraba relativamente vacío -buena parte de las tiendas cerradas (así que mi propósito original no sirvió de mucho).

Lo que sí pude observar fue que las pocas tiendas abiertas estaban siendo muy usadas: casi todo el mundo aprovisionándose como podía (y yo pensando que tenía suerte de haberlo hecho el sábado en la feria). Pan en cualquier caso se mostró bien escaso (y con lo buenos que son los chilenos para el pan pensé).

Personas haciendo fila para cajero automático, Lunes 21 Octubre. Filas en buena parte de lo que estaba abierto en esa mañana.

En la Alameda me encontré con una marcha y pensé que esto todavía sigue (siempre teniendo la expectativa que esto iba a bajar, pero eso no pasaba).

En todo caso, decidí que quizás era mejor observar en Quilicura. Al pasar frente a los supermercados saqueados me dí cuenta (y así fue en todas las ocasiones en que pasé por ahí durante el día) que había siempre gente observando. Lo que pasaba es que, con cierta regularidad, algunos grupos pequeños intentaban seguir saqueando lo que quedaba (llevándose un par de televisores por ejemplo), cuando no estaban Carabineros en el lugar (que ocurría con cierta recurrencia). La calle estaba repleta de casos infructuosos de saqueo (pantallas tiradas en la calle por ejemplo), y en un caso un automóvil de un saqueante estaba en tan malas condiciones que pensé que no le había salido a cuenta hacerlo. En todo caso, buena parte de los que saqueaban en ese día y hora lo hacían por automóvil -no sé como habrá sido en el saqueo inicial, que no ví ninguno de esos casos.

Hacia las 1700 horas decidí ir hacia la Plaza de Quilicura, donde se encontraba (como supuse) una manifestación de protesta, que no dejaba de ser importante. El tipo de reclamos en las pancartas era bien amplio (dado que las protestas que había visto hasta ese día eran más bien de enfrentamiento contra carabineros más que una manifestación, esta fue la primera vez que observé de primera mano lo variopinto de los reclamos): contra las AFP, a favor de mayores pensiones, contra el CAE etc.

Manifestación en Plaza de Quilicura alrededor de las 17:00 del Lunes 21 de Octubre.
Pegado en la plaza. La imagen popular de Piñera hace que el mensaje emitido desde la presidencia de delincuentes rebote. Al día siguiente escuché entre los gritos que ‘el único que roba es el Presidente’

Casi al llegar las 20:00, o sea unos minutos antes del toque de queda, miré lo vacío de las calles. Lo que en condiciones normales era un día de actividad, y hora peak para más remate, lleno de trajín cotidiano, era ahora vacío. Lo cual me volvió al tema que una semana atrás se tenía un grupo intentando evadir el metro y ahora teníamos saqueos, toque de queda y toda la ciudad detenida.

Martes 22 de Octubre.

El día se inició, de nuevo, con el intento de solucionar el problema del celular. En Quilicura además mi impresión fue la de inicios de limpieza de los supermercados. Y el taco al llegar a Mapocho (había tomado la 307) era inmenso. Daba la impresión de alguna ‘normalidad’

En todo caso, el centro seguía muy vacío, aunque algo más de tiendas abiertas que el anterior. Pude encontrar una tienda de Wom abierta y finalmente solucionar el problema de la conexión del celular. La ejecutiva, venezolana, me comentó sobre los saqueos y la situación de estos días (que algo le recordaba lo que había vivido allá), y lo inexplicable del saqueo para ella (en mi impresión el tema del saqueo había ganado relevancia en los intercambios a lo largo del día, pero siempre diferenciando el saqueo de la protesta a decir verdad).

En el centro observé una marcha de estudiantes y trabajadores de la salud por MacIver, y luego una concentración en Baquedano. En ambos casos, puede que por la hora (entre 1200-1300) lo que ví fue una manifestación normal antes de la represión, si se quiere: Ocupación de las calles, gritos, pancartas etc. pero nada más allá. En cualquier caso, para volverse a Quilicura era necesario ir hacia cerca de estación Santa Ana (que es de donde se vuelven las micros de Quilicura cuando no pueden entrar al centro). Aquí de nuevo pasó lo que ya había comentado -que el micrero abrió las puertas y dejó a todo el mundo subir sin pagar (la normalización de la evasión por decirlo de algún modo).

Llegando a Quilicura me bajé de la micro algo antes para poder sacar la foto de abajo, que indica de nuevo que el tema del saqueo no está por debajo de las preocupaciones de las personas por estos días.

Esta escuela está al lado de un Acuenta que fue saqueado en días anteriores.

En la tarde de Quilicura, pude ver una marcha por Marcoleta (la primera en ese sector, hasta ese día solo algunos grupo protestando en la noche o mirando el saqueo como había dicho). Y una marcha, bastante mayor de lo que había visto antes, cerca de la Plaza de Quilicura. Siendo una comuna de familias relativamente jóvenes, entre jóvenes y adultos jóvenes estaba la mayoría de los que marchaban, pero en realidad ví de todo.

La marcha de la tarde saliendo de la plaza de Quilicura, y subiendo por Matta (alrededor de las 17:00)

Y hacia las 20:00, el inicio del toque de queda, un caceroleo bastante largo, que calculo habrá durado más de una hora, con la gente -de hecho- ocupando la calle. Así finalizó el cuarto día de observaciones de este cronistas, con un incremento del nivel de la protesta, al menos al nivel de la comuna donde vivo.

Caceroleo en la calle tras el toque de queda. Quilicura un poco pasadas las 20:00 horas

Inicialmente había querido escribir esto una vez cerrado el episodio, pero sin saber cuando ello ocurrirá, y dado que la expectativa que el episodio ya pasó ya no se ha cumplido y que este día fue incluso mayor, prefiero escribir ahora antes que se me olviden las cosas. Aunque, claro está, como los procesos sociales no hay quien los pueda predecir, quizás el episodio cierre este miércoles. La vida social, al final, hace lo que quiere.

A propósito de la Elección Presidencial de 2017

Nada muy ordenado, pero:

(1) FA+NM claramente no constituye una mayoría electoral. La ‘unidad’ de las izquierdas se dió (en lo que puede darse, que tampoco hay traspasos del 100%) y no fue suficiente.

(2) Chilezuela funcionó. Y la razón que funcionara implica una derrota para los más izquierdistas. Me acuerdo de conversar con varias personas de derecha en Twitter que estaban usando ese argumento y (a) nadie dijo que fuera un peligro inminente, sino más bien el inicio de un camino y (b) no era tanto Guillier ni la vieja Concertación que generaba ese miedo, sino precisamente el FA (y el viejo PC).

(3) Además implica una preferencia que es preocupante para esos sectores, que tan contentos estaban en 1a vuelta (es lo bonito de las elecciones). El electorado chileno está disponible para y hasta una socialdemocracia, pero no más: No es anti-mercado ni anti-empresarial; puede tener problemas con cómo funcionan, y querer que el mercado no lo sea todo, pero eso es distinto de rechazarlo (en las marchas de No+AFP los mismos marchantes iban felices a comprar al McDonalds, que de hecho estaba abierto el de Santa Lucía).

(4) El programa de Piñera incluye cosas que eran impensables en un programa de derecha hace 10 años. Y ello también debiera servir para poner límites a los discursos que implican cambios abruptos de lo que la población está buscando (leyendo cada elección como un cambio de timón fundamental en la opinión de las personas). Algo me dice que la población es más estable en sus preferencias, y que los cambios electorales se deben a que ninguna oferta política se ha acercado a ella en los últimos tiempos.

(5) El crecimiento importa. Puede que para la población éste no baste (y por eso también reclamó por menos abusos o mejor acceso etc.), pero era más bien algo que se lo daba por dado -pero cuando fue creíble que no existiera, sí genero reacción. Ninguna oferta política puede funcionar sin ser creíble en que es compatible con crecimiento.

(6) La Concertación fue tremendamente exitosa en los ’90 ofreciendo crecimiento con equidad. En cierto sentido, Piñera está ofreciendo ahora algo de eso (su promesa inicial fue más crecimiento, y durante la campaña reforzó elementos ‘reformistas’ -desde gratuidad a ley de pesca, hasta incluso hablar de AFP estatal). Hay muchos cambios (por cierto ni el discurso ni el contenido de los ’90 es adecuado ahora), pero hay una continuidad de preferencias básicas también.

(7) Hay un tema que aparecía en el Informe de Desarrollo Humano del 2015 que es el hecho que la evaluación de cualquier intento de reforma se hacía siempre desde un prisma individual (¿cómo esto me afecta a mí y a los míos de forma concreta?). En ocasiones posteriores la idea fue planteada como una lógica de apoyo colectivo al esfuerzo individual. Luego, todo discurso que hablara desde lo colectivo (como suele hacer la izquierda, y como buena parte de la izquierda leyó demandas de cambio) no funcionaba. Y luego, en el momento en el cual se realizara una oferta de solución a los problemas sociales desde esa óptica, tenía buena

(8) Los anteriores son sólo unas ideas. No están demasiado hilvanadas, ni siquiera sé si sean muy coherentes entre sí, claramente son hipótesis a explorar (la realidad bien podría ser distinta). Hay bastante que estudiar, pero al menos uno de mis viejos leit-motiv sigue en pie: Observar a la población desde las categorías que usa la discusión pública es una forma segura de no entender a la población.

Al centro+izquierda no le fue mal en la elección, pero la Nueva Mayoría fue claramente derrotada

Hace cuatro años la derecha tenía muy buen animo porque, contra pronóstico (¿habrá que recordar que en esa ocasión el CEP se equivocó hacia la izquierda? Lo único constante es que sobre-representa el primer lugar parece), se había logrado. Tanto que pasó por alto (a) que no tenia posibilidad alguna para la 2a vuelta y que (b) la elección parlamentaria había representado una derrota contundente.

Hoy se repite un poco el escenario, pero con actor cambiado (es ahora la Nueva Mayoría la que tiene ese ánimo). Es cierto que hay diferencias. La 2a vuelta es meramente muy difícil en vez de imposible. El 2013 Matthei no tenía donde crecer, y la 2a vuelta la habían producido los candidatos de izquierda. Aquí, sucede que Guillier tiene donde crecer. La magnitud y la dificultad de ese crecimiento lo vuelven muy difícil, pero en principio hay un camino. Pero también ocurría que si Matthei representaba el peor resultado de la derecha en todo el ciclo desde 1989, lo mismo ocurre con Guillier (si se suma Guillier+Goic se repite el resultado 2009).

Ahora bien, lo que sí se repite es el desastre parlamentario. La debacle es en escaños y en votación. Una tabla dejará las cosas más en claro:

Comparación votación parlamentaria (diputados) Nueva Mayoría 2013-2017

Votos Escaños
2013 (Nueva Mayoría) 2.967.896 67
2017 (NM + DC) 2.082.808 56
Diferencia 885.088 11

Casi un millón de votos menos (la votación 2017 es similar a la votación de la municipal que ya era un desastre). Además, 11 diputados menos -en una Cámara que dispone de 35 más diputados.

En general, la Concertación-NM había ganado todas las elecciones parlamentarias desde 1989 en adelante, a veces por poco, pero siempre era la primera coalición. Esta es la primera vez que no es la principal coalición en la cámara de diputados. Y conste que estoy sumando listas que no por nada no pudieron ir reunidas.

En resumen, a la Nueva Mayoría (con o sin DC) el resultado fue paupérrimo.

Ahora bien, al centro+izquierda (no digo centroizquierda porque ni van juntos ni forman una sola sensibilidad, pero tiene sentidos reunirlos porque la alianza entre centro e izquierda ha sido efectivamente una base política desde 1989 en adelante) le fue relativamente bien. O al menos, efectivamente los que apoyan cambios y transformaciones son más de los que no los apoyan. La Suma de NM+FA+PRO en diputados es más que CHV (la votación de diputados de la DC puede ir a cualquier parte).

La derecha obtuvo su un poco menos de 40 puntos y 2.3 millones que es su base electoral. Una base que sigue siendo minoría pero que, como ha sido la tónica desde hace muchos años, es individualmente el sector más fuerte. El centro+izquierda “progresista” sigue siendo la mayoría política, que es lo que ha sido en realidad durante todo el período. Que esa mayoría pueda efectivamente operar como una mayoría (i.e operar como unidad) no es claro -y algo me dice que para poder operar como unidad se requeriría primero una transformación interna importante.

 

¿Por qué se siguen usando las encuestas políticas?

La pregunta del título puede sólo merecer una respuesta rápida y obvia: Porque se necesita algo de información, y ese tipo de información sólo la pueden entregar las encuestas. Lo cual es válido, pero sigue dejando abierta la pregunta de los usos. En otras palabras, ¿cuanta confianza podemos tener en sus resultados? Y dado ello, ¿qué es lo que se puede hacer con ellas?

Ahora bien, sabemos -puesto que ya hemos tenido una elección relativamente masiva- que las encuestas tienen serios problemas. Demos por ciertas todas las prevenciones que hacían (o podían hacer) de quienes hacían encuestas en ese momento: Que no eran encuestas electorales, que claramente no estaban preguntando por voto de primaria, que la primaria no es la presidencial, que no se podían usar para predecir. Sin embargo, uno podría suponer que al menos debieran haber estado en las principales tendencias.

El caso es que no lo estuvieron. De los principales resultados sólo que Piñera estaría primero, y con distancia importante, era algo que ya estaba en las encuestas. Pero, ¿había alguna encuesta que diera que Ossandón tendría algo menos de la mitad de la votación de Piñera? ¿Existió alguna encuesta que nos dijera que Ossandón obtendría una votación similar a la totalidad del Frente Amplio? Repito: No estoy pidiendo que las encuestas dieran numéricamente cerca de los resultados (no he nombrado ningún porcentaje para el caso), sólo que estuvieran cerca de las principales tendencias.

Elecciones Primarias de Julio y Encuestas 

Candidato Primarias (2 Julio) Adimark (Junio) Cadem (30 Junio) CEP (Abril-Mayo)
Piñera 47,4 57,4 45,8 69,1
Ossandón 21,3 7,4 14,6 15,7
Kast 12,5 5,6 10,4 0,9
Total CHV 81,2 70,4 70,8 85,7
Sánchez 12,7 24,1 22,9 14,0
Mayol 6,1 5,6 6,3 0,3
Total FA 18,8 29,7 29,2 14,3

NOTA: Los porcentajes están calculados en torno a lo que sumaban los cinco candidatos en la primaria, no en relación con la población general, para hacerlos comparables.

Y si en ese caso no estuvieron ni cerca, ¿por qué debiéramos pensar que están cerca ahora? Y nuevamente, no estamos hablando de un tema de puntos más o puntos menos, sino de las grandes tendencias.

Cuando recordamos lo endeble que son las bases metodológicas de varias encuestas. No estará de más recordar que no todas las encuestas de las que se habla y discute cumplen siquiera con representar todo el territorio; lo que no deja de ser relevante cuando la conducta electoral difiere entre los diversos territorios. Pensemos que la encuesta CEP -aunque la más lejana de la votación, y por lo tanto con casi nula presencia de Mayol o Kast (que se levantan más bien posteriormente)- es la que mejor apuntó a la votación de Sánchez. Precisamente el hecho de ser encuesta nacional permite eso, al salir de  espacios donde Sánchez le fue mejor (más urbanos por ejemplo).

Podemos seguir: También podemos recordar que dado que estamos ante voto voluntario se necesitan modelos de predicción de voto, y que no tenemos -hasta donde llega mi conocimiento- estudios que muestren que los modelos pensados y aplicados al respecto efectivamente funcionan en Chile (creo que sólo Mori intentó hacer ello). Al fin y al cabo, en Chile no se usan mucho las encuestas a salida de urna porque esa herramienta, de uso común en tantas partes, tuvo un fracaso estrepitoso cuando se intentó aplicar en Chile.

Es cierto, por otra parte, que no tenemos otras fuentes, y que no queda más que usar la información que se tiene. Lo que se requiere es usarlas con circunspección. Pero, al mismo tiempo, cuando se las usa de ese modo, ¿cuánto es lo que efectivamente aportan? El dato que es claro en todas las encuestas, y que podemos dar por cierto, es que Piñera es el candidato en primer lugar, y a distancia del resto, pero ¿necesitamos las encuestas para saber ello?

La utilidad de las encuestas, al final, depende de la respuesta a esa pregunta. Yo tengo la impresión que para ese tipo de resultado basta con vivir en la sociedad; pero conociendo, al mismo tiempo, la facilidad con que las personas se engañan sobre estos temas, quizás sí -incluso ese tipo de resultado general ya sea lo suficientemente valioso.

NOTA FINAL: Es cierto que esta entrada se podría haber hecho bastantes meses antes, pero en fin, la vida y todo eso no siempre permite escribir cuando uno primero lo había pensado. Sería más adecuado probablemente analizar la última CEP, al menos sería más atingente, pero mejor tarde que nunca supongo.

La cacofonía en la Plaza Pública. Una observación sobre la Plaza de Armas de Santiago

Una de las cosas que ha aprendido, con alguna sorpresa, es que la Plaza de Armas puede ser un buen lugar para leer -uno se puede sentar por horas, si es un buen día soleado es agradable, y uno puede combinar concentración (nadie te molesta) con distracción (observar los alrededores). Al menos para mí no deja de ser una alternativa digna.

Realizando dicha actividad hoy pude darme cuenta de algo que es obvio pero que no había pensado bajo ese marco anteriormente: la yuxtaposición inconexa de las actividades que suceden en la Plaza es uno de sus mejores puntos.

Hoy hacia un costado, el del Orfeón, se realizaba un encuentro de cueca, y poder ver todo un lado de la Plaza llena de personas bailando cueca un sábado de noviembre no deja de llamar la atención. Al mismo tiempo se podía escuchar, si uno quería, las predicaciones de los evangélicos. Y ello en toda su variedad, desde aquellos que se centran en la amenaza del infierno y de la gloria de Dios y la necesidad de someterse a él a quienes están más interesados en la resurrección. No comparto para nada las creencias de los evangélicos, y hay varias que me parecen algo aborrecibles, pero no puedo dejar de admirar la convicción en el hecho de pararse en un lugar público a intentar convencer a alguien sabiendo que la mayoría ni siquiera se detiene a escuchar, bajo la vaga esperanza que alguien efectivamente sea salvado. Y todo esto sin contar todas las personas que realizan otras actividades en la Plaza (quienes descansan, quienes usan la pileta como piscina, la señora que vende té y café, los que pintan, los ajedrecistas en una de sus esquinas y así sucesivamente).

El resultado es cacofónico -y hoy esto fue literal en la combinación de música y predicación. Pero esa cacofonía, esa diversidad no reunida bajo unidad, ocupando espacios muy cercanos sin estorbarse entre sí, no deja de ser una expresión de la vida urbana contemporánea. Y el hecho que ello suceda en la plaza de armas de Santiago indica que, a pesar de todas las críticas que solemos hacerle a dicha ciudad, ya es finalmente una ciudad con vida urbana.

De triunfos y derrotas. Notas sobre la elección municipal del 2016

Las elecciones no se ganan o pierden sólo en las urnas sino además en la interpretación. En particular, cuando una elección no sólo se piensa por sí misma sino por la siguiente. Una elección municipal un año antes de una presidencial no sólo es una forma de elegir alcaldes sino también una forma en que las opciones políticas se miden a sí mismas para pensar la siguiente elección. Luego, observemos algunas de las cosas que se dicen en torno a la última elección bajo esa doble mirada (municipal y anticipo).

(1) La derecha ganó alcaldías importantes pero no constituye un triunfo aplastante ni tampoco una votación que le asegure el 2017

La votación de alcaldes da un punto y medio sobre la Nueva Mayoría (38,5% contra 37,1%). En concejales la votación es inferior -y siendo la votación de concejal más puramente política no deja de ser buen apronte para otras elecciones. La Derecha ganó municipios emblemáticos, pero varios de ellos son tradicionalmente de derecha (Providencia o Santiago) y en otros casos hay división de votación (Maipú). Hay que recordar que la elección de alcaldes es de una sola vuelta, y la presidencial es de dos; y por lo tanto un 40% de la votación es perfecta para ganar muchas alcaldías pero sigue sin ser una gran votación como apronte.

Más en general, el porcentaje de la derecha no es particularmente alto. Es sólo un punto más alto que el 2012 (en las que, se supone, sufrió una gran pérdida), y ha sido menor que el 2000 y el 2008 donde tuvo algo más del 40%. Tampoco la derecha mantuvo su votación absoluta, sólo que su pérdida no es muy amplia (250 mil votos menos entre 2012 y 2016)

En resumen, la elección del 2012 para la derecha no es una elección muy inusual; y en términos de posicionamiento para la presidencial no parece tampoco ser tan promisorio.

Pero para ganar una elección bien se puede decir que basta con sacar más votos que el contrario, lo cual nos lleva al siguiente punto.

(2) Pero la Nueva Mayoría perdió claramente la elección de alcaldes, con todo no está mal para el 2017

Si bien la Nueva Mayoría obtuvo más votos de concejales que Chile Vamos (47% contra 40%), obtuvo menos votos de alcaldes. Y quizás más crucial perdió muchos votos. El 2012 sacó un 44% de la votación contra un 37% esta ocasión. O sea siete puntos porcentuales menos. Y la disminución de votación absoluta en alcaldes es bastante clara: alrededor de 620 mil votos menos. En la elección de concejales también disminuye en 500 mil votos.

En este sentido, si bien vis-a-vis la derecha no está tan mal (no fue tan aplastante su derrota), en términos de evolución si se puede plantear que el resultado fue una derrota aplastante.

Ahora bien, ¿y en términos del 2017? Si pensamos que sacó más votos en concejales y que la diferencia con la derecha en alcaldes no es tan alta, la situación no es muy desastrosa. Más aún, si recordamos que las presidenciales son en dos vueltas y un candidato de la NM podría obtener votos de las listas de izquierda (algunos todavía quedarán disponibles para el tema del mal menor). En otras palabras, no están particularmente mal.

Lo anterior nos lleva, entonces, a las consideraciones de más largo alcance:

(3) Si las elecciones fueran puramente de opciones políticas, la NM sigue teniendo buenas posibilidades para el 2017; pero como también son asunto de los candidatos…

Dado lo anterior es claro que pensando en términos puramente políticos las posibilidades de la NM son más que aceptables: Para repetir, la diferencia en alcaldes es baja, tiene mayor votación de concejales y tiene más donde crecer: la votación conjunta de la izquierda fuera NM es relevante y podría estar disponible para una segunda vuelta.

Lo cual es cierto pero olvida que las elecciones unipersonales importa el candidato. En otras palabras, mientras que Piñera (para usar el nombre más probable de la derecha) es probable que sostenga toda la votación de su sector y además crezca en votación, no es tan claro que ello suceda hacia el otro lado. Los candidatos respectivos son en general más débiles, no es claro siquiera que aseguren el piso de su coalición; y menos es claro que puedan ganar hacia la izquierda. O para decirlo de otro modo, que puedan ganar hacia la izquierda sin perder hacia la derecha.

(4) Si bien las elecciones son un rechazo al gobierno, no se sigue que sean un rechazo a reformas.

Y vamos entonces a uno de los temas cruciales: ¿qué significan las elecciones en relación al tema de si el país quiere reformas o no?

Veamos:

(a) Es claro que la elección es una derrota del gobierno. La pérdida en términos porcentuales y absolutos es innegable.

(b) Por otro lado, esa votación no la ganaron quienes se oponen en general a la idea de reformas importantes. La derecha no obtuvo ni en términos porcentuales ni absolutos los votos perdidos.

(c) La izquierda, que recordemos en principio quiere más cambios que lo que ofrece la NM, obtuvo un 6% en alcaldes y un 9,9% en concejales. En votos de concejales se mantiene prácticamente igual desde el 2012 (455 mil el 2012 y  451 en esta ocasión). Comparo con concejales porque, al revés que las dos coaliciones grandes, no presentan candidatos en todas partes, pero al menos son más amplios en alcaldes. O sea, todos estos movimientos si bien no pierden votación -al revés que la derecha y la NM- tampoco la ganan.

(d) Luego, en líneas generales lo que pasó es que simplemente una parte importante del votante de la NM decidió no votar. A primera vista, esto no implica entonces que ese votante haya pasado a preferir que no se realicen reformas (no pasó a votar por la derecha) ni tampoco lo convence un discurso de cambiar el modelo (no pasó a votar por la izquierda). Se podría adelantar la idea que es sencillamente un grupo de personas que sí desea reformas pero crítica más bien cómo se han hecho -y luego, no puede votar por la NM (lo ha hecho mal) pero tampoco está disponible a cambiarse de tienda política.

(e) En conclusión, sigue siendo perfectamente plausible que existiría una mayoría por reformas. Entre NM e izquierda se alcanza la mayoría de los votos (en concejales ello es claro, es un 56%, y si bien no toda la votación NM aprueba las reformas, al menos podemos decir que no están por que se mantengan las cosas como están). Si además recordamos que los votantes perdidos tampoco es por mantener el status quo, se puede seguir en dicha interpretación. Lo que sí es claro es que todo ello no apuntala al gobierno; pero distinguir apoyo del gobierno de apoyo a cambios es la mitad del asunto.

(5) En realidad el tema es la abstención.

Ahora bien, alguien pudiera decir que toda la preocupación de quien ganó o perdió es menor frente al hecho que sigue disminuyendo la votación, elección tras elección. Y que ello dificultad cualquier lectura política (ya sea en términos de partidos o de posturas sobre la sociedad) porque lo que es más claro es que la mayor parte del país por diversos motivos no vota.

Las interpretaciones de la abstención son siempre disimiles. Pero no es difícil sostener que una parte importante de ello es hastío y rechazo (i.e algo similar al ‘que se vayan todos’). La política como tal no sirve, ni los políticos sirven. Y no sirven para hacer todo lo que hay que hacer, no creo que sea sostenible pensar que muchos de ellos son personas satisfechas con el rumbo de la política y la sociedad (por más que puedan estarlo de sus propias vidas).

Aquí podemos hacer notar lo siguiente. Uno podría decir que el efecto de los escándalos de corrupción es más bien menor. La UDI, supuestamente más golpeada, sigue siendo el partido más votado; varios candidatos con problemas importantes al respecto alcanzaron votaciones importantes etc. Pero eso olvida lo más importante: Que para la ciudadanía la corrupción no es algo que diferencia entre políticos, sino algo que caracteriza al grupo en su conjunto. Y frente a ello entonces a quien le importa la corrupción no es que castigue a un partido en vez de a otro, lo que hace es restarse de la votación. O sea, los 800 mil votos menos entre el 2012 y el 2016 se pueden achacar en parte importante a ello.

Por cierto, tampoco es claro que la tendencia al aumento de la abstención tenga tope

Una nota breve sobre la argumentación pública a propósito de la discusión de la ley de aborto.

Intervenciones de diversos parlamentarios (por cierto, no todas) en contra de la despenalización del aborto fueron reunidas y diseminadas con el objetivo de burlarse de ellas. Para quienes las reunieron y las diseminaron era claro que la mera enunciación de dichas opiniones era suficiente motivo de ridículo. Eran opiniones que eran su propia parodia. Al mismo tiempo no parece haber circulado algo similar pero del bando contrario: Que de forma masiva se diseminara un conjunto de opiniones de defensores de la despenalización expuestas como ridículas.

Las asimetrías siempre son interesantes, creo, en un proceso social. En principio, en una discusión pública uno puede esperar críticas acerbas (‘esto es inaceptable’) y fuertes descalificaciones, pero el punto de partida es que las opiniones en juego son mínimamente decibles porque no son directamente sandeces. Pensemos en la discusión reciente entre Peña y Chomali sobre el mismo tema: Por más fuertes que eran las críticas, en ningún caso se ocupó el procedimiento que discutimos.

¿Qué indica entonces la circulación de textos que, insisto en ello, se presume que son tan insensatos que sólo pueden producir risa?

Partamos del siguiente supuesto: El conjunto de argumentos que se puede sostener en una discusión pública y que es aceptado en ella como teniendo al menos cierto sentido representa el espacio del sentido común, el espacio del disenso entre personas razonables. Lo que pasó ayer entonces sería que ciertas frases han pasado a salir de ese espacio del sentido común razonable. Esto representa, en principio, un movimiento: Cosas que antes eran posibles de ser dichas seriamente, ahora dejan (empiezan a dejar) de serlo. Y ello porque sólo generan escarnio para quien las dice.

No es la primera vez que ello ocurre. Algunos, en torno al tema en discusión ahora, han recordado frases dichas en otros debates que ahora también aparecen como sin sentido ahora: Mira que dijeron quienes ahora piensan tal cosa, dijeron cosas que ahora ellos incluso darían por claramente equivocadas. Las discusiones sobre la ley de divorcio o sobre el trato igual para todos los hijos han sido usadas. Por cierto, la intención de una de las frases escarnecidas (la referencia a la esclavitud) tiene el mismo propósito: en alguna ocasión se podía defender públicamente ella, pero ahora todos estamos claros que no es aceptable.

El uso del escarnio y la burla no es la única forma en que ciertas argumentaciones pasan de ser razonables a dejar de serlo. Pero es uno de los indicadores más claros que ello ha ocurrido: El ridículo muestra con certeza que no es necesario siquiera refutar o escuchar la posición denostada. Ha llegado a ser una argumentación cuyo mero decir es su crítica.

Con lo cual volvemos entonces a observaciones sobre cómo funcionan las argumentaciones públicas. Ellas pocas veces, y en particular en pocas ocasiones en el corto plazo, cambian la opinión de las personas. Lo que sí pueden hacer, y ello incluso en el corto plazo, es cambiar el estado del sentido común: Modificar el conjunto de afirmaciones y argumentos posibles de ser tomados en serio. Y ello, bien se puede argüir, no deja de ser bastante relevante al largo plazo.

La supervivencia del pequeño comercio en el Centro de Santiago

Una de las tendencias de una sociedad mercantilizada y ahora globalizada, se supone, es el reemplazo del pequeño comercio por el gran retail: Los almacenes dan paso a los supermercados. Así, por ejemplo, Ruiz y Boccardo en Los Chilenos bajo el Neoliberalismo (2014) nos recuerdan la:

‘abrupta disminución del peso de los comerciantes detallistas dentro de esta categoría responde a su lento crecimiento absoluto, cuya recuperación se dificulta cada vez más, dados los escasos intersticios que para tales formas de “emprendimiento” dejan los importantes grados de concentración predominantes en estos rubros económicos’ (p 127)

Sin embargo, de hecho no disminuyen absolutamente (que es lo que también dice la cita). Difícil y todo parece que es posible mantenerse como comerciante detallista, si bien parece que no puede expandirse como peso el nicho todavía existe. Allí entonces, hay una pregunta a hacer: ¿cómo resulta ello posible?

Mi experiencia es que, al menos en Santiago, existen diferencias muy amplias por sector en torno a la preponderancia y pervivibilidad de estos comercios. Hay comunas (el barrio alto en particular) donde este tipo de comercio es poco común, pero hay otros sectores donde ellos todavía tienen buena salud. En particular, hablaré a continuación de la situación en un barrio residencial de la Comuna de Santiago (al sur de la Alameda).

Si me ubico en la esquina donde vivo y camino sólo una cuadra por cada una de las cuatro direcciones me puedo encontrar con 20 negocios pequeños: 9 almacenes, 4 restaurantes, 2 panaderías, 1 botillería, 1 verdulería, 1 minisuper, 1 tienda de productos médicos alternativas, 1 cyber-café (más un OK Market que, siendo parte de una cadena, no lo cuento).  Esto en un barrio que, si bien está repleto de edificios (que pueden llegar a tener 500 departamentos cada uno), al mismo tiempo está a 3 cuadras de la Alameda y tiene 5 supermercados en las cercanías. Entonces, ¿por qué no todas esas personas simplemente compran en los supermercados? ¿Para qué van a los almacenes y similares? (que son, al final, más caros).

Algunas posibles dinámicas:

  1. Que dada la combinación de niveles de ingreso medios y medios-bajos (C2 y C3 para usar la nomenclatura usual) con departamentos relativamente pequeños no resulta viable realizar compra sólo semanalmente
  2. Que esto es aún mayor dado ciertos productos: Por ejemplo, no tiene sentido comprar el pan por la semana (y algunos de los productos para el pan tampoco, pensemos en la tan común palta)
  3. Que para la compra diaria, y dado el lugar, el almacén puede tener ventajas sobre el supermercado: Es más rápido, en particular porque varios supermercados cercanos o no tienen o tienen estacionamientos pequeños; y en más de alguna ocasión el producto no está en ese supermercado (los del centro suelen ser relativamente pequeños); o de hecho, precisamente para esos productos perecibles, el producto del supermercado es de peor calidad.
  4. Que dado el tamaño de los hogares en varios casos (muchos hogares unipersonales por ejemplo) esas ventajas se pueden acrecentar.
  5. Que incluso si esas ventajas de un pequeño negocio sobre un supermercado sólo son reales para un pequeño subgrupo de quienes viven en las cercanías, o incluso si sólo son reales para un pequeño subgrupo de las compras de quienes viven ahí; el mero tamaño de la población de las cercanías lo permite (población que además probablemente crecerá en los siguientes años, ya están construyendo un nuevo edificio de dimensiones similares a las mencionadas anteriormente en un espacio que antes estaba ocupado por casas de un piso y por estacionamientos).

En cualquier caso, que para ese modo de vida la compra en almacén puede ser algo relativamente estable, es una conclusión que parecen haber alcanzado incluso los arquitectos de la zona. Hay varios edificios que, de hecho, tienen ya incluido el espacio para negocios en su estructura.

¿A que viene esta larga descripción de lo que no son ni siquiera cuatro cuadras completas? A una lección que, de hecho, es metodológica: La cita inicial de Boccardo y Ruiz, que es producto de una macro-mirada, no da cuenta de todos los procesos. Para entender la subsistencia de estos negocios tengo que ver los procesos concretos que los permiten, y que a su vez podrían usarse para intentar explicar porqué hay sectores repletos de estos comercios y otros no (i.e el barrio alto con estructuras completamente diferentes de ingresos, de densidad, de ordenamiento para el automóvil etc.). Es a ese nivel que se producen los procesos que terminan produciendo el resultado global.

Y para mostrar de qué negocios (y de qué diversidad estamos hablando) algunas fotos:IMG_20151212_190515649IMG_20151212_190459438IMG_20151212_190449364_HDRIMG_20151212_190045369IMG_20151212_190015750

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