Comparando Encuestas. CEP (Julio 2014) y UDP (Sept-Oct 2014) en Educación.

Una de las consecuencias positivas de que existan varias encuestas es la posibilidad de comparar sus resultados. Y como el tema de educación se ha tomado buena parte de la agenda pública en los últimos meses, algo de utilidad tendrá el ejercicio de comparar resultados en torno a esas preguntas.

Hace algunos meses atrás el CEP publicó resultados de preguntas de educación que fueron bastante discutidos por sesgados, y que también tratamos en este blog (link aquí y aquí). Recientemente el ICSO de la UDP publicó su encuesta regular de opinión pública, que también trataba el tema. Ahora bien, los resultados de la CEP daban la impresión de un fuerte rechazo a las reformas de educación, mientras que lo que mostraría la encuesta de UDP sería, en principio, lo contrario a ello. ¿Son las impresiones de disparidad ciertas? De serlo, ¿que nos indican sobre las encuestas y sobre lo que se puede interpretar de ellas?

Partamos con los datos generales de cada encuesta (resumidos en la siguiente tabla). En el caso de la CEP se ha mezclado elementos de la pregunta y de la respuesta para poder resumir la información -dado que en ella ambos elementos son significativos. La encuesta UDP, en general, tiene formas simples de respuesta (acuerdo o desacuerdo) con lo que la simple presentación de la pregunta es suficiente.

Ítem Porcentaje
Aprobación a que los padres puedan complementar el subsidio educacional que otorga el Estado a través de un copago (pagando matricula y/o colegiatura) para mejorar la educación de sus hijos? (CEP Julio) 52
Aprobación los colegios particulares subvencionados, además de entregar educación, generen ganancias a sus dueños siempre y cuando tengan un buen nivel y los padres estén informados (CEP Julio) 49
Aprobación que los colegios religiosos tengan un proceso de admisión que verifique si las familias están comprometidas con el proyecto educativo y los valores del colegio (CEP Julio) 37
Aprobación que los liceos de excelencia del país, como el Instituto Nacional, seleccionen a sus alumnos a través de pruebas de admisión (CEP Julio) 54
Aprobación que la Educación sea entregada por el Estado solamente, para que todos reciban la misma educación (CEP Julio) 41
Importancia terminar con el lucro en educación escolar, escala 1-7 (UDP Septiembre-Octubre) 5,94
Importancia terminar con el copago en educación escolar, escala 1-7 (UDP Septiembre-Octubre) 5,63
Importancia terminar con la selección de estudiantes en educación media, escala 1-7 (UDP Septiembre-Octubre) 5,55
Los colegios particular-subvencionados debieran pasar a ser del Estado (UDP Septiembre-Octubre) 57
No debiera haber colegios particulares pagados, sino que sólo colegios públicos (UDP Septiembre-Octubre) 49
Todas las universidades privadas debieran pasar a ser del Estado (UDP Septiembre-Octubre) 60

Lo primero es que en realidad no hay demasiada diferencia. Las preguntas donde se manifestaba opinión anti-reforma en la CEP no son las que hace el UDP. La pregunta de importancia de la UDP no es una pregunta de adhesión finalmente (‘es muy importante y es muy mala’ no es una respuesta contradictoria). Lo único que ambas preguntan es sobre el tema del rol del Estado y aunque hay diferencias, ambas básicamente dicen lo mismo: Un porcentaje muy alto de la población plantea que el Estado debiera hacerse cargo de toda la educación. Una cifra muy alta para un país que tiene provisión mixta de hace más de un siglo y donde ese tema, de hecho, no está entre lo que las reformas proponen.

¿Qué es lo que pasa?

Por un lado es posible insistir en el tema del sesgo. La comparación entre las preguntas UDP (que son más sencillas) y las CEP (que son más complejas, integran más de una consideración) es, en general, favorable a la UDP. Por lo menos son más simples de interpretar. Sin embargo, como ya hicimos mención en su oportunidad, lo del sesgo no es un tema tan central -el dato de todas formas es usable si se lo interpreta adecuadamente.

Lo que nos gustaría insistir es más bien otra cosa. Una persona tiene sobre un determinado tema múltiples consideraciones (piensa varias cosas). Cuando ellas están alineadas y se refuerzan el efecto de una pregunta es más débil en general (i.e si uno es consistentemente anti-X, no importa como se haga la pregunta uno responderá anti-X). Pero sí estas consideraciones no están tan alineadas, y hay algunas que impelen a pensar de determinada forma y otras que impelen a pensar de otra forma, entonces sí se producen efectos de preguntas (i.e si la pregunta me hace pensar en A, entonces respondo pro-X; si la pregunta me hace pensar en B, entonces respondo anti-X). Ahora bien, no hay pregunta que pueda evitar hacer pensar en alguna consideración y no hay pregunta que pueda hacer pensar en todas las consideraciones (Todo esto resumiendo algunas ideas que están en Tourangeau et al, The Psychology of Survey Response, que es un libro algo viejo -es del 2000- pero creo todavía es interesante y útil).

Pensemos, entonces, en nuestro caso. Podemos decir lo siguiente: Hablar que el Estado se haga cargo de colegios puede hacer pensar en las personas (es una hipótesis pero creo razonable explorarla) en la vieja educación fiscal, que tengo la impresión es relativamente bien vista. Luego, si se me hace pensar en ello, tenderé a estar de acuerdo con cambios ‘estatalizantes’. Hablar sobre copago para mejorar me hace pensar en las razones por las cuales pago ese copago (o me gustaría hacerlo si pudiera) y por lo tanto me hace pensar en oponerse a esos cambios. Lo importante es enfatizar que, si estamos en lo correcto, estas diferencias no son formas de falsear la realidad, corresponden a lo que ocurre en la realidad.

Reflejarían que en relación a la Educación, los chilenos y chilenas tienen múltiples ideas, que todavía no terminan de cristalizar. En otras palabras, que están pensando en ello. Esto puede ser un problema para quienes nos dedicamos a investigar y encuestar dicha opinión, pero no deja de ser algo positivo en términos de deliberación pública.

El derecho como teoría social aplicada

Décadas atrás Göran Therborn escribió un magnífico libro, Science, Class and Society (original de 1976) sobre la relación entre las disciplinas de las ciencias sociales, y mostraba que la sociología -desde sus inicios- se podía analizar como el estudio de la comunidad normativa. O al menos, que ese era un objeto que se había apropiado la disciplina y que había sido parte importante del trabajo de los que seguimos llamando padres fundadores. Aunque el énfasis en la normatividad ha variado en el tiempo, sí es cierto que es parte básica de la disciplina.

Lo anterior sólo para plantear la extrañeza por el hecho que el derecho, lugar de una normatividad fuerte en la vida social, ha perdido lugar en la sociología a lo largo del tiempo. En particular, no es difícil encontrar sociólogos que tienen un muy bajo conocimiento del derecho. Lo que, por cierto, no se puede decir de los clásicos. Al fin y al cabo, La División del Trabajo Social es, por ejemplo, un estudio que usa como base para entender la morfología de una formación social sus documentos jurídicos. Hay que decir, en todo caso, que la sociología alemana reciente (Habermas y Luhmann en particular) sí le han dado, finalmente, un lugar relevante. Por ejemplo, simplificando mucho en Facticidad y Validez (p 86-90 de la edición Trotta) Habermas plantea que lo que hace el derecho es integrar una sociedad donde la acción comunicativa sola ya no puede hacerlo, pero de forma de resguardar que no todo queda bajo el manto de la interacción estratégica, de alguna forma es el procedimiento a través del cual los sistemas no quedan -si se quiere- completamente autonomizados del mundo de la vida.

Esta pérdida representa una pérdida no menor, porque no es sólo que el derecho sea relevante socialmente, sino que la reflexión jurídica representa una teoría social aplicada. Las distinciones y principios básicos del derecho son reflexiones teóricas sobre la vida social -sobre sus elementos fundamentales. Al mismo tiempo, en la medida que es una reflexión de una práctica sobre ella misma, ha de dar cuenta de algunos elementos básicos de esas prácticas: Si el derecho es una forma social de tratamiento de los conflictos, claramente ha de reflexionar y actuar sobre los conflictos que se le presentan. En otras palabras, el derecho no puede olvidarse de características básicas de la vida social, simplemente porque esas características se le imponen a través de los conflictos que se le presentan.

Para dar dos ejemplos claros. Que la vida social no es sólo relación entre individuos sino además relaciones de ellos con las cosas es algo que a mucha teoría sociológica se le puede olvidar o minimizar, pero los códigos civiles nunca han podido olvidarlo. El hecho que los individuos que participan en la vida social mueren es también muchas veces no abordado, pero el derecho no puede olvidarlo (i.e las sucesiones son siempre tema relevante). Más aún, algunas distinciones básicas en el derecho (por ejemplo, entre personas y cosas) son a su vez distinciones básicas de la vida social, y que de hecho distinciones que buena parte de la teoría social usa sin reflexionar demasiado.

Cuando planteamos que el derecho es teoría social no estamos planteando que los artículos concretos de leyes específicas lo sean, sino que los principios y bases del derecho representan una reflexión teórica relevante. Las leyes específicas son aplicaciones diversas (y que pueden ser diferentes) de esos principios teóricos, y por eso esta entrada se llama derecho como teoría social aplicada.

En la medida que el derecho entonces es teoría social ‘encarnada’ en la práctica social, su observación puede resultar de alto interés para otras ciencias sociales. Pensemos en las lógicas de distintos sistemas jurídicos -mirados de forma muy sucinta y general, simplificados casi hasta lo absurdo- y lo que implican en términos teóricos en coordinación. Un sistema legal basado en el ‘derecho civil’ coordina decisiones basando cada una de ellas de forma separada en un cuerpo legal explícito. Eso se asemeja mucho a todas las tradiciones teóricas que piensan la vida social como aplicación de reglas. Un sistema de ‘common law‘ no asocia sus decisiones de ese modo, sino que cada una de ellas asocia a otras decisiones específicas (el mismo tipo de relación entre acciones que permite a las tradiciones ser flexibles en una forma que ningún tradicionalismo ‘codificado’ puede ser). Para usar otro ejemplo, Weber hace múltiples referencias en Economía y Sociedad (por ejemplo p 868-870 de la reciente edición 2014 de FCE) a la justicia del cadí, en la cual -finalmente- cada decisión ‘vale por sí misma’, con una relación muy laxa a principios generales (no derivada de decisiones específicas anteriores o a codificaciones explícitas estipuladas). Esta relación de la acción a principios generales, pero que no se pueden reducir a reglas explícitas es una forma de pensar que también es común a varias tradiciones intelectuales.

En otras palabras, los principales sistemas jurídicos se asocian a distintas formas de pensar la acción, y su relación con otras acciones. El derecho no es un campo de estudio cualquiera, y ni siquiera un campo de estudio particularmente interesante por su peso en la sociedad, es un campo de estudio relevante porque, para usar, una vieja frase de Lévi-Strauss es ‘bueno para pensar’.

La Construcción Social de la Investigación Cuantitativa.

Habiendo escrito algunas entradas sobre mi experiencia en el 8° Congreso de Sociología, supongo que es razonable además escribir algo (y subirlas) sobre las ponencias que expuse en dicho Congreso.

Una de ellas versaba sobre la investigación cuantitativa (y que de hecho sintetiza ideas expuestas en entradas anteriores). La idea central es que sí es cierto que la investigación social es un proceso social, y que los actores son investigadores (ideas a partir de las cuales se suele criticar o limitar las técnicas cuantitativas), entonces se sigue que la investigación cuantitativa es válida y produce información útil. En cierta medida, se radicaliza algunas ideas (en Ibáñez por ejemplo) de porque esta investigación funciona, pero mientras en muchas lecturas esta aceptación es para mostrar lo débil o secundario de lo cuantitativo, aquí es para mostrar su relevancia y potencia.

Lo cual, al final, dice relación con el título de la ponencia: la investigación cuantitativa es una construcción social, pero como cuando los actores construyen, están efectivamente construyendo realidad, de ahí se sigue que ella produce información real.  Sí se quiere, la ponencia es tomarse en serio el hecho que los actores construyen en serio.

Y aquí el link.

Refutaciones. O de la racionalidad de la Ciencia.

Las recientes medidas espectrales realizadas por O. Lummer y E. Pringsheim, y las aún más notables realizadas por H. Rubens y F. Kurlbaum, que en conjunto confirmaban un resultado obtenido anteriormente por H. Beckmann, muestran que la ley de distribución de la energía en el espectro normal, deducida por primera vez por W. Wien a partir de consideraciones cinético-moleculares y posteriormente por mí a partir de la teoría de la radiación electromagnética, no es válida en general.

En cualquier caso la teoría requiere una corrección, y en lo que sigue intentaré hacerla sobre la base de la teoría de la radiación electromagnética que he desarrollado (Max Planck en Hawking Los Sueños de los que está hecha la Materia, p 17)

Así inicia Max Planck el paper donde hace aparición la idea de los cuantos, y que representó el inicio de la física moderna (y que por lo tanto aparece en primer lugar en la compilación de Hawking sobre textos fundamentales de la física cuántica que estamos citando).

Ahora bien, recordando viejas (pero todavía algo usuales) discusiones sobre el carácter de las ciencias: ¿Hubo aquí una refutación aceptada? ¿O más bien un intento de mantener la teoría a como de lugar? (incluso si posteriormente, pero sólo posteriormente, se mostró que ello lo que hizo fue dar pie a un cambio fundamental de la física).

El inicio del paper, se puede observar, entrega elementos que permiten obtener ambas conclusiones: Se dice explícitamente que hay una ley que ‘no es válida en general’ y que ‘requiere corrección’. Pero por otro, la corrección, también explícitamente, plantea que eso se hará sobre las bases de las teorías ya desarrolladas, y luego en realidad la teoría no cambia. Todo esto puede leerse, finalmente, como una corroboración de Lakatos: los programas aceptan refutaciones de la periferia (esta derivación no es válida) pero no del centro.

En todo caso, más allá de lo anterior, el caso es que no hay nada en lo que nos planteaba Planck (o en el desarrollo posterior) que sea ‘irracional’ o incluso ‘poco razonable’. Se ha gastado mucha tinta en mostrar que las ciencias no cumplían los cánones de un método racional, y que luego no podían tratarse como racionales. Pero, creo, lo que nos muestra el caso de Planck (y otros) es que la conducta de los científicos era plenamente razonable, y que el problema -más bien- estaba en unas limitadas teorías de la racionalidad científica planteadas desde la epistemología. Sokal, de hecho, ha dicho algo similar al respecto: Los científicos no son popperianos, pero eso no implica que no sean racionales, sino que la teoría de Popper es una mala teoría de la racionalidad científica.

En última instancia toda consecuencia empírica de una teoría lo es de un conjunto de afirmaciones y de sus relaciones. Y cuando la consecuencia resulta equivocada, entonces menester es cambiar ese todo. Pero reemplazar un conjunto no equivale, para nada, a cambiar cada uno de sus elementos (un conjunto con solo unos elementos cambiados es ya un conjunto distinto). Declarar que es ‘menos’ racional modificar un elemento particular o todos los elementos es una simpleza y una definición a priori.  La práctica científica, al final, parece resultar mejor guía de la racionalidad que las teorías de la epistemología.

La interacción elemental, o sobre la doble contingencia

Si hubiera que copiarle algo a los físicos es su práctica de siempre partir con la situación más básica y elemental para comprender un fenómeno, y de ahí luego aumentar la complejidad. En el caso de las ciencias sociales la situación de dos individuos interactuando es nuestra situación más simple. No deja, entonces, de tener pleno sentido que algunas de las teorías más sistemáticas -léase Parsons y Luhmann- usan esa situación como punto de inicio, y ambas se enfrentan a lo que denominan doble contingencia. Por otro lado, no deja de resultar una pérdida el hecho que ambos rápidamente encuentren una solución a ello y pasen a partir de esa situación de forma casi inmediata a hablar de sistemas en general, sin proceder a una construcción sistemática de las mecánicas de esas interacciones básicas. Lo cual implica entonces que tiene algo de sentido analizar las situaciones básicas.

El inicio es la interacción.

Partamos entonces por dos individuos interactuando. Ahora bien, ¿que necesita esa interacción para que sea estudiada por las ciencias sociales? La interacción como tal es una categoría que claramente supera a estas ciencias. Hay claramente interacción en física. En las ciencias biológicas, incluso, podemos observar tipos de interacción que corresponden a preocupaciones constantes de las ciencias sociales, como conflicto y cooperación (que puede analizarse a nivel de relaciones celulares si se quiere). Al menos habrá que recordar aquí que en algún nivel los interactantes que nos ocupan suelen ser seres biológicos. Pero usualmente queremos analizar un conjunto más específico de interacciones.

Proponemos que las interacciones que son estudiadas por las ciencias sociales son aquellas que son mediadas simbólicamente. Lo cual nos viene a decir algo que ha sido hecho notar por diversos autores: que los sistemas sociales que analizamos son también sistemas culturales (por dar un ejemplo cualquiera, así Harrison White finaliza su Identity and Control, 2008: 376). Al mismo tiempo hay que recordar que la transmisión cultural no es algo exclusivo a los seres humanos, y que la vida social es más extensiva que la cultura, y en particular que no puede existir cultura sin sociedad (Schaeffer 2009: 209). En otras palabras, las ciencias ‘sociales’ estudian las relaciones sociales en las cuales está intrínsecamente ligada la cultura (i.e no todas las formas de relaciones sociales). O al menos, que tiene sentido distinguir un estudio de ese tipo específico de relaciones sociales, dentro del estudio del conjunto de ellas.

Ahora bien, el lector atento se habrá dado cuenta que, de hecho, no dijimos relaciones mediadas culturalmente, sino mediadas simbólicamente. ¿Cuál es la diferencia? La diferencia que queremos usar es que con mediación simbólica nos referimos a la aplicación de la transmisión cultural a sí misma. Un sistema de comunicación no-simbólico es uno que aplica códigos y diferencias (por ejemplo, uno que distinga ‘no hay predador a la vista’ de ‘predador a la vista’). Pero uno simbólico es uno que se aplica a sí mismo (que puede comunicar sobre él mismo, que puede decir ‘y ahora usaremos este código para diferenciar cuando hay predadores y no hay predadores’). En general, los lenguajes humanos son recursivos (aunque existen discusiones sobre si la recursión es la característica básica que diferencia el lenguaje como tal, y sobre si todos sus elementos son recursivos, Hauser, Chomsky y Fitch, 2002; Pinker y Jackendoff 2005; Fitch, Hauser y Chomsky 2005).

La importancia de insistir en esa característica específica de las interacciones básicas a analizar son sus consecuencias. Si estamos ante comunicaciones que pueden aplicarse a sí mismas (se puede comunicar sobre comunicar) y no ponemos más limitaciones, entonces el conjunto de todas las comunicaciones posibles es infinito. Pero incluso, se puede plantear algo más, que no sólo es infinito sino indefinido.

Existen muchos conjuntos que son infinitos y definidos. Los números naturales son un caso (y uno de los más sencillos; si parto de 1 puedo crear todos los otros números naturales aplicando reiteradamente la regla n+1, que es la razón por la cual la inducción matemática funciona). Los números reales lo son también (no hay una regla tan sencilla para generarlos, pero en principio todos ellos son ubicables e identificables en una línea -la recta numérica). La idea que en el caso simbólico el conjunto es indefinido proviene, en cierta forma, en el hecho que las formas en que puede aplicarse a sí mismo son, a su vez, ilimitadas (mientras que en los otros casos mencionados se produce un conjunto usando una regla en particular). No hay forma previa de poder mapear todas las distinciones posibles. Lo cual implica que no hay forma que un actor pueda conocer todas esas distinciones (porque el conjunto no está definido).

Volviendo a la situación básica.

La discusión anterior nos permite, entonces, dejar más en claro cuál es la situación básica que queremos analizar: Dos animales con capacidad simbólica que interactuan. Es importante constatar que estamos hablando de interacción y no de coordinación -que es de donde emerge el problema de la doble contingencia tanto en Luhmann y en Parsons. Esto es algo más general, sin embargo el tema de la doble contingencia sigue aplicando: Alter no puede saber cual de todas las posibles distinciones hará uso Ego; y Ego no puede saber como actuará Alter a su distinción.

Aunque no es coordinación, los lineamientos de la vieja argumentación luhmanniana en Sistemas Sociales de cómo se resuelve la doble contingencia siguen aplicando: Que en situaciones de doble contingencia, ella es autocatalítica, que en ellas todo es informativo y productor de orden (Luhmann 1995: 116).

Ego realiza una distinción, y eso es algo que no puede evitar hacer -porque no puede dejar de operar si se quiere. Esa distinción ya le dice cosas a Alter: Que de todas las distinciones Ego usa en particular esa, y que entonces conoce esa distinción. Eso puede agregarlo a su conocimiento de Ego. Más aún, estamos ante animales cuyos comportamientos implican -a lo menos- que tienen ‘preferencias’ (i.e hay cosas que los atraen y cosas que los repelen), y que esas preferencias alguna relación tienen que ver con su supervivencia. Luego, en principio Alter puede leer la acción/distinción de Ego como una que indica preferencias de Ego, y entonces Alter conoce también algo de las preferencias de Ego.

A su vez, Alter puede seguir o negar esa distinción de Ego. Esto en el sentido muy básico de usar esa distinción (y la valencia de esa distinción). Ahora bien, esas respuestas representan información para Ego (por las mismas razones que ya pusimos para Alter en el párrafo anterior, dado que en estas situaciones las perspectivas son recíprocas, Ego/Alter para Ego es Alter/Ego para Alter)

Más aún el propio proceso de realizar distinciones (Ego) / observar distinciones (Alter) genera a su vez información. Dado que una misma situación puede ser distinguida de diferentes formas, y dado que las distinciones pueden aplicarse a distintas instancias, entonces el uso de distinciones ya mencionado siempre deja abierta nuevas posibilidades y aplicaciones (Meyer 2013 pp 110-116 para una aplicación de la idea de la apertura fundamental de todo dicho para la argumentación y la retórica). En particular, dado que estamos ante animales que tienen motivos, cada uno de los participantes observa al otro para señales de sus motivaciones y las indicaciones como tal son señal de ello (si indicó esto es por algo, si infiero ese algo a su vez puede crear indicaciones a partir de ello).

Todo lo anterior es una forma larga de mostrar que a partir de esa situación básica de encuentro, de doble contingencia, se genera una interacción. Por decirlo de alguna forma, dejamos a nuestros individuos conversando. Cierto que esa conversación puede ‘fracasar’ o romperse en cualquier momento, pero es claro a su vez que en esa situación no parece ser complejo generarla.

En este sentido, hemos desarrollado, si se quiere, una de las ideas básicas de Luhmann ya mencionadas: que la doble contingencia se resuelve sola. Ahora bien, entonces ¿a qué la necesidad de explayarse en ello? En mostrar que tiene interés observar en cierto detalle estas mecánicas -en la breve descripción dada ya hay muchos elementos que podríamos empezar a complejizar en una argumentación teórica- en vez de simplemente saltarse a la descripción general del sistema (o sea centrarse, como Luhmann lo hace, en que se generó una unidad social autopoietica y de ahí hablar en general de sistemas sociales).

Volviendo al punto de partida: la idea no es tan sólo imitar la idea de partir del punto más simple y básico, es realizar efectivamente el camino de construcción sistemática a partir de esas bases.

Referencias Bibliográficas.

Fitch, Tecumseh, Hauser, Marc y Chomsky, Noam (2005) The evolution of the language faculty. Cognition 97: 179-210
Hauser, Marc, Chomsky, Noam y Fitch, Tecumseh (2002) The Faculty of Language: What is it, Who has it and How it did evolve? Science 298: 1569-1579
Luhmann, Niklas (1995) Social Systems (ed. original 1984) Stanford University Press.
Meyer, Michel (2013) Principia Rhetorica (ed. original 2008). Amorrortou
Pinker, Steven y Jackendoff, Ray (2005) The faculty of language: what’s special about it. Cognition 95: 201-236
Schaeffer, Jean-Marie (2009) El fin de la excepción humana (ed. original 2007) Fondo de Cultura Económica
White, Harrison C. (2008) Identity and Control. 2a edición. Princeton University Press.

El Crecimiento de la Física Social

Con física social queremos decir literalmente textos de Física que tratan sobre temas sociales, no textos de sociología que intentan aplicar ideas de la física. Porque de ser algo virtualmente inexistente ha adquirido relevancia a lo largo de todo este siglo.

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Si uno usa Web of Science de Thomson-Reuters y realiza las búsquedas correspondientes se encuentra, si se usa el año 2000 como línea base, con los datos que muestra el gráfico: Un aumento considerable de papers con tema redes sociales o simplemente social en física como área de investigación. Crecimiento que claramente es bastante superior al que tienen disciplinas como la física o la sociología. Usando el año 2000 como base 1000, el 2013 en Redes Sociales (en Física) alcanzamos 2.336, en Social (en Física) 1.066, en Física en general 149 y Sociología 172.

¿En términos absolutos que quiere decir? Que se pasa de un total de 11 artículos de redes sociales en Física o de 38 como tema social en la misma disciplina el año 2000, a un total de 257 y 405 documentos respectivamente el año 2013. El número de artículos puede parecer, quizás, no tan relevante, pero no estará de más acentuar que de números casi inexistentes a principios de siglo estamos en la actualidad con una literatura no despreciable. De todas formas se puede puntualizar que los papers publicados en física sobre redes sociales representan un número equivalente al 2,8% de todos los textos de sociología registrados en Thomson-Reuters; y los textos con tema social en Física equivalen a un 4,4% de todos los registros de sociología. Por cierto que hay muchos textos de Sociología que no están en la base, y eso implica un porcentaje sobre el total de textos menor, pero claramente estamos ante una tendencia que ya es relevante.

El impacto de este crecimiento se puede observar con mayor claridad en el tópico donde la relevancia de la física es mayor, y uno de larga tradición en Sociología: el estudio de redes sociales. En ambas disciplinas se observa un fuerte aumento de la cantidad de documentos sobre el tópico durante este siglo, pero el crecimiento en Física es claramente mayor. Los papers en física sobre redes sociales representaban alrededor del 10% de los de Sociología a principios de siglo, y alcanzan ya entre el 50% y el 66% en los años 2012-2013.

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En otras palabras, y resumiendo, algunos datos sólo para mostrar lo que es muy claro: El mundo de la vida social, tradicionalmente disputado entre sólo las ciencias sociales, tiene hoy nuevos actores.

Los datos y tablas en el siguiente link

 

La situación de los Sociólogos en Chile. Reflexiones a partir del 8º Congreso

En la entrada anterior describí un poco mi experiencia en el Congreso -los grupos y paneles a los que asistí. La idea ahora es dar algunas reflexiones a partir de esa experiencia -y de conversaciones sostenidas con otros asistentes.

Lo primero es que no deja de ser notorio el hecho que a los sociólogos siempre les extrañan las cosas más básicas del orden social. Lo que por un lado, uno puede decir, es algo necesario para investigarlo de buena forma: el que no parezca natural. Pero a veces es el mismo hecho que hay órdenes sociales, y que ellos tienen normas por ejemplo, lo que resulta extraño. Entonces se dice que la sociología nos limita -en particular, porque a través de ella se imponen exigencias metodológicas. Pero, ¿cómo podría una práctica que está algo instalada no imponerlas? Podría cambiar, e imponer así otras, pero reclamar porque la sociología opera como una práctica -y a través de ella se producen los mismos procesos sociales que en otras situaciones, no deja de ser extraño.

Lo segundo es que me llama la atención las repetidas veces que uno escucha que la sociología no está involucrada con la sociedad. Y eso me parece un espejismo de la academia. En una mesa se dijo que, por ejemplo, en relación al incendio en Valparaíso, los estudiantes (y varios profesores) se encontraban algo anonadados con el hecho que sólo se podía ofrecer una encuesta -como el paradigma de la no intervención. Pero de verdad, quién podría de verdad creer que una encuesta, o cualquier operación de investigación, no son claras intervenciones en la vida social. Y que ellas son parte integrante de la operación de muchas prácticas. Cómo varias investigaciones lo han puesto en claro (y algunas de ellas en nuestro propio país) las investigaciones sociales son elementos integrados en diversas prácticas de gobierno o de mercado. Claro, no es una intervención producida desde la Sociología, y quizás no es una intervención deseada; pero que la Sociología es un oficio con claras repercusiones prácticas, de hecho lo es.

El tercer tema es la tentación de acusar cualquier cosa de neoliberalismo. Los sociólogos parecen no poder referirse a cualquier mención, o defensa, del esfuerzo personal (o de cualquier idea de responsabilidad individual) sin denostarlo como parte de la detestable reproducción del modelo. Al mismo tiempo se propone la agencia como un elemento esencial de la vida social. Al parecer sólo cuando la agencia es colectiva puede ser vista de forma positiva por la Sociología. Pero no deja de resultarme algo extraño.

A este respecto es bueno recordar, y esto es algo que Cristián Bellei mencionó en la conferencia final del Congreso, es cierto que hay miles de limitaciones puestas por las estructuras, pero también algo existe de capacidad en los espacios micro para hacer distinto las cosas. Y eso requiere, finalmente, confiar algo en que hay algo más que la mera determinación estructural.

En cuarto lugar, la sociología es temáticamente dispera y metodológica y teóricamente plural, pero sus preocupaciones son bastante constantes. La desigualdad y el poder son elementos que cruzan paneles, grupos temáticos, lo que sea. Siempre están ahí. De alguna forma, a veces la disciplina es algo más unificada de lo que pensamos.

Lo último es un comentario al hecho mismo del Congreso. Al hecho mismo de lo grande del Congreso: muchas ponencias, mesas, sociólogos de múltiples universidades, y de múltiples ciudades a lo largo del país. Hace 20 o 30 años un Congreso de Sociología era un espacio ocupado por pocas instituciones y por algunos próceres bastante conocidos, ahora es un espacio múltiple. Y eso habla bien finalmente de la situación de la Sociología. Tenemos una impresión de una disciplina sobreviviente, y Milton Vidal nos recordó que el jueves 23 de Octubre fueron identificados del sociólogo Claudio Jimeno detenido el 11 de Septiembre de 1973, por lo cual esa impresión no es una equivocada.

Pero creo, eso sí, que ya hemos alcanzado un espacio y una vitalidad relevantes. Y aunque en el Congreso de Sociología no está toda la sociología chilena, sí está la suficiente, y yo diría que más bien problema de quienes se restan a estos esfuerzos.

Impresiones del 8º Congreso de Sociología en La Serena

Habiendo llegado recién del Congreso de Sociología será interesante declarar algunas de las impresiones de lo que pude ver del Congreso. Por cierto, sólo comentó las ponencias que a mí me resultaron interesantes –hay varias que, siendo buenas en sí mismas, a mí no me llamaron la atención.

Miércoles 22 de Octubre.

Las primeras sesiones que asistí fueron del GT 25 de Trabajo. El estudio de Pamela Caro sobre trabajadores migrantes en dos valles vitivinícolas (uno en Mendoza y Casablanca) mostró como dos situaciones que pueden parecer similares (trabajadores migrantes precarios) en realidad son muy distintos. En el valle de Mendoza tenemos inmigración internacional de familias, que se mueven itinerantemente de valle en valle; en Casablanca tenemos inmigración nacional más bien individual, y las personas tienden a quedarse en Casablanca.

Luego fui al Panel organizado por el COES sobre redes sociales y cohesión –que fue uno de los puntos altos del Congreso creo. Expuso Gabriel Otero de la UDP mostrando los conceptos fundamentales de teoría de redes. Luego Oscar Vásquez del DII de la U de Santiago mostrando sus intentos de formalizar los experimentos de grados de separación de Milgram, usando nociones de esfuerzo y de incentivo, y elementos de la teoría de agente-principal. Se veía interesante –aunque no sé cuanto entendieran quienes no conocen del tema, no tanto por las matemáticas sino por la falta de contexto del problema. Luego Felipe Link de la PUC que mostró un estudio muy bien hecho sobre redes personales en sectores populares del Gran Santiago. Todo en la presentación estuvo perfecto creo. El resultado es uno que ya ha aparecido en otros estudios, mostrando que las redes de sectores populares son muy densas y locales, pero con poca ‘salida’ a la ciudad como tal. Refuerza, profundiza y hace avanzar nuestro conocimiento al respecto. Finalmente Alfredo Joignant habló del cierre del campo político, donde al parecer está desarrollando una aproximación más general a los distintos capitales sociales. Pero habrá que esperar al libro para evaluar mejor estas ideas.

Jueves 23 de Octubre

El día lo inicié en el GT 11 de Malestar. Aquí hay que decir que la discusión posterior a las exposiciones estuvo particularmente interesante. Valentina Olivares expuso una aproximación freudiana al tema del malestar, Carla Azócar de la U de Chile habló de la relación del malestar con la salud mental, y se expuso una investigación de la U de Concepción, donde en principio exponía Bernando Castro, pero finalmente expuso otra persona del equipo de investigación, sobre construcción de la desconfianza. La discusión se centro en cómo se relaciona el malestar con declaraciones de bienestar (tenemos señales, por ejemplo, de malestar individual en salud mental, ¿cómo ello se relaciona con el hecho que las personas declaran estar satisfechas? ¿Qué pasa ahí?); en la construcción política del malestar (uno de los asistentes, que es parte junto a Azócar del grupo de Mayol, habló de una expresión espasmódica del malestar, precisamente por cómo se organiza la subjetividad); y de la relación del Estado con el malestar (las personas ‘piden’ Estado, pero al mismo tiempo hay expresiones de rechazo a él). Una mañana productiva creo.

A medio día fui al GT 15 de Ciencia y Tecnología. Siendo una especialización relativamente nueva, hay que decir que este campo está bastante bien en Chile al parecer. No fui, pero me comentaron varias veces, a una exposición de Claudio Ramos sobre las redes y obra de Brunner, Moulián y Morandé que parece estuvo brillante –pero Ramos siempre trabaja bien hay que decirlo. El día jueves Gabriel Otero nos mostró dos ‘ideales’ de formas de trabajo sociológico que están en juego en la actualidad en la academia, y cómo ellos han ido variando: El paso del modo tradicional –quien escribe libros sobre la situación general del país y se relaciona con la política- a un modo profesional (no me gusta mucho usar esa palabra, pero bueno hay que usar una para describir al fenómeno) –de quien escribe papers ISI sobre temas específicos y ya sin relación con la política. Jorge Gibert nos mostró las redes de colaboración en dos disciplinas –Bioquímica y Ciencias de la Información- y sus variaciones (Bioquímica con redes más integradas y con núcleos de colaboración más grandes) y el impacto de esas variaciones en la productividad. Alejandro Espinoza mostró un estudio también de redes de colaboración pero en este caso en Astronomía en Chile. Los resultados era muy distintos de la ponencia anterior, pero creo que esto se debe en parte a la diferencia metodológica (Gibert examino redes de personas, Espinoza redes de papers). José Coloma expuso un estudio sobre redes de co-ocurrencia de palabras en la investigación de la UFRO para identificar áreas temáticas de investigación, más allá de lo disciplinar. Como la metodología me podría ser útil para algunas cosas que quiero hacer me pareció muy interesante. Carolina Pinto presentó un estudio de entrevistas sobre estudiantes de postgrado y nos enfatizó la continua relevancia de la homogamia universitaria (i.e hacen clases en la U X quienes estudiaron en dicha U).

Finalmente, fui al GT 24 de Sociología del Individuo. Aquí, siendo un grupo muy variopinto, me llamaron mucho la atención en particular dos estudios. El primero presentado por Karol Morales de la U Valpo sobre las formas en que desde la política pública se piensa a los beneficiarios. Primero que son vistos como trapecistas (pensé inicialmente que era un nombre que le puso el equipo investigador pero después mostraron que el nombre se usa efectivamente en los mismos documentos oficiales) –o sea quienes se pueden arriesgar y aprovechar oportunidades porque la política pública les entrega una malla de seguridad si fracasan en esos riesgos. Felipe Acuña expuso sobre subjetividad de profesores, y mostró una metodología muy interesante para poder hacer explícitas elementos que pueden estar menos elaborados (para lograr hacer visible lo inédito viable usando conceptos de Freire). El uso de metáforas, lo que él llamo temas generadores (que se refieren a cómo te aproximas a problemas que debes resolver), un estudio en fases (primero haces un focus más normal, luego presentas al grupo lo que resulta del focus para ir más allá de esas impresiones). Las ponencias no descritas no lo son porque no fueran de calidad (por ejemplo Oriana Bernasconi presentó un estudio sobre una incubadora de emprendedores muy bueno pero como el tema no me interesa tanto no profundizo en él).

Viernes 24 de Octubre

En la mañana fui al GT 12 de Metodología (donde expuse, pero obviamente no hablaré de mi exposición). Luego Emmanuelle Barozet (U de Chile) y Oscar McClure (U de Los Lagos) nos presentaron la metodología de juegos que han usado en el marco de sus estudios de desigualdad. Un juego de clasificación (a las personas se les presentan una serie de cartas donde hay personas concretas que deben agrupar, y como lo hacen en grupo además deben hacer jugar y validar sus criterios), un juego de personaje desconocido (orientado a descubrir que criterios usan las personas para identificar socialmente a las personas) y el juego del dictador (en que una persona distribuye pesos ficticios entre varios personajes que sirve para descubrir orientaciones sobre desigualdad). Muy interesante. Luego Salvador Vargas nos mostró como logró validar un indicador de desafección política usando LAPOP, y bueno, otra muestra más de cómo el trabajo metodológico es siempre complejo cuando uno se la toma en serio. Hector Mora de Temuco hizo una presentación sobre las retóricas científicas, y en particular sobre las retóricas de la objetividad: Cómo para presentar datos los investigadores muchas veces eligen (y sobreusan) una presentación objetivizante, que en realidad no da cuenta de lo que están haciendo. Algunos de los ejemplos –de cosas publicadas o presentadas- eran bien claros en las exageraciones del estilo objetivizante (unos gráficos bien horribles a decir verdad). Me gustó el grupo a decir verdad.

A media mañana fui al GT 5 de Emplazamientos a la Sociología (que en realidad, lo mencionaron los co-ordinadores del grupo ocupa un poco la posición de ‘varios’). Primero expuso Nicolás Sanhueza de la UAH sobre la teoría de la actor-red, lo que produjo un debate bien interesante sobre Latour (en todo caso, tengo la impresión que Bernasconi está creando escuela al respecto en la UAH). Luego Adela Bork de la U de Valparaíso sobre como nuestras prácticas de enseñanza y académicas disciplinan y cierran más que permitirnos estar abiertos a lo que sucede en la sociedad. Finalmente Felipe Rivera de la UCEN más que nada nos anunció un tema –el de Big Data, el que creo muy central para entender lo que se nos viene: Es efectivamente un emplazamiento, algo que hacen otros que pone en juego lo que la Sociologìa tiene que decir. Pero, como él mismo dijo, es el inicio de una reflexión.

Finalmente estuve en el GT 25 de Trabajo, porque también me tocaba exponer (y de nuevo no diré nada de mi exposición). Las dos ponencias de mayor interés, y las que generaron mayor debate fueron las siguientes: Maureen Berho de la UDP expuso sobre los seguros de cesantía y como afectan la subjetividad –que tuvo el siempre bienvenido hecho y actitud de decir, bueno una de nuestras hipótesis no funcionó, aunque al menos estás otras sí lo hicieron. En cualquier caso un estudio bien serio multinivel comparativo a nivel global. Alexander Páez de la Fundación Sol expuso sobre el endeudamiento y su relación con el mundo laboral. Básicamente la idea es que los niveles de endeudamiento no se explican por factores individuales (que son consumistas etc.) sino por el tema de bajos salarios (que en los últimos años no han seguido el aumento de la productividad) que hace que muchos no puedan enfrentar sus gastos cotidianos con sus sueldos y requieran el uso del crédito.

Y todo concluyó con una conferencia de Cristián Bellei sobre, finalmente, como se ejerce el oficio del sociólogo en Chile –que estuvo bien interesante a decir verdad. Pero como en realidad estas charlas finales no reflejan lo que sucede en el Congreso lo dejaremos fuera de nuestro reporte.

Cultivar nuestro Jardín. La reacción de los Chilenos al ‘Modelo’

En estricto rigor, la tesis que se desarrolla en esta entrada tiene, creo, cierto carácter histórico: el diagnóstico sobre las visiones existentes en Chile sobre el modelo económico creo que se aplican mejor  hasta la primera década de este siglo. Además es necesario plantear que el tipo de evidencia que está detrás de ella es más bien de reflexión sobre varios estudios (cualitativos y cuantitativos), y corresponden más bien a hipótesis de trabajo -para usar ese eufemismo- que a ideas manifiestamente bien pensadas y fundamentadas. Dichas estas precauciones procedamos a la idea central.

Si uno examina lo que ha sido el debate sobre la sociedad chilena en los últimos años, en particular sobre la profundidad de las críticas al ‘modelo’, ‘sistema’ observaremos que resulta relativamente común la impresión que se había dado una transformación cultural en Chile que implicaba que éste había sido aceptado o se estaba en camino de aceptarlo. Y entonces algunos plantearán que esa aceptación se encuentra ahora en tela de juicio o que, por el contrario, no está en tela de juicio, y que el modelo sigue siendo aceptado. La intención de esta entrada es más bien discutir esa posición, y ubicarse más bien de parte de quienes han dudado de la aceptación del homo neoliberal (por ejemplo Araujo y Martuccelli) en la sociedad chilena.

Estimo que detrás de la idea de la aceptación del modelo aparecen varias confusiones que cabe diferenciar. O al menos se puede plantear como hipótesis que se confunden con aceptación cosas que empíricamente resultan (o al menos resultaban) distintas, y que nos permiten dudar de esa presunta aceptación de la lógica cultural del así llamado modelo económico.

La primera son reduccionismos en torno a cómo se leen las reacciones y posiciones de las personas. Así, si las personas valoran la competencia, o aceptan ciertos niveles de desigualdad, entonces se sigue que aceptan en general el modelo chileno (identificado así, simplificadamente, a éste con el capitalismo o el Mercado a secas) o incluso se plantea que oponerse al modelo es oponerse al capitalismo (o a la iniciativa privada o al consumo etc.). Para entender la realidad de las opiniones de los chilenos hay que salir de observaciones monolíticas. Hay diversos datos que muestran aceptación de algunos elementos de una postura pro-mercado, que enfatizan el esfuerzo individual, pero esto no obsta para que tengan una fuerte demanda por una mayor participación -desde formas de regulación a propiedad- del Estado en la vida social. Y esto sin contar que, de hecho, algunos aspectos de aceptación de las ideas del modelo pueden traducirse en una crítica y molestia incluso más acerba del modelo en su aplicación real -que no está a la altura de su promesa: Que precisamente porque la competencia es algo positivo es que el modelo chileno real es criticable porque no es competitivo (lo mismo con la idea del mérito).

Una segunda confusión es en torno a la naturaleza de la ‘aceptación’. En otras palabras, es relevante no confundir naturalización del modelo (i.e ‘así es el mundo’) con una aceptación de la situación (i.e ‘que bueno es que así sea el mundo’). Es claro que procesos de naturalización del modelo han ocurrido en la sociedad chilena, como ha sido un argumento ya tradicional del PNUD en varios Informes de Desarrollo Humano, y que en diversos espacios se difundió la idea que no había otra forma posible de hacer las cosas, o que era la única forma que funcionaba (toda alternativa termina necesariamente en un desastre aún mayor). De ahí a concluir que eso es además positivo hay un paso, y esto fue algo que al parecer una parte no menor de la población se resistió a dar.

Una tercera confusión dice relación con la confusión entre resignación con aceptación. Dado que no hay alternativa a la realidad actual, entonces no queda más que realizar conductas adaptativas. ‘Es lo que hay’ para usar una expresión común en nuestra sociedad. Pero de lo anterior no se sigue que esos comportamientos ni esas elecciones sean ‘buenas’ elecciones desde el punto de vista de quienes lo realizan. Pero dado que entre medio hay que vivir, se toman las decisiones más prácticas al interior de ese estado de cosas, pero ellas son vividas no como buenas decisiones sino de forma crítica. Así sucede en muchos casos con decisiones sobre educación de los hijos (quienes quieren educación pública, gratuita y de calidad pero que envían a sus hijos a colegios privados de alto costo; quienes critican el consumismo pero se integran en esas acciones). Ello puede ser leído como simple hipocresía, pero detrás de ello hay una adaptación a una realidad que se evalúa negativa pero que se juzga difícil de cambiar–y ello tiene una significación bien distinta..

Si la lectura de esta entrada es correcta, entonces podemos concluir que frente al modelo los Chilenos nunca fueron unos panglossianos, que creían que vivían en el mejor de los mundos posibles. Lo que sí se puede plantear es que, al igual que el protagonista de Cándido de Voltaire, frente a los problemas del mundo, concluyeron que lo mejor era retirarse a cultivar su jardín. Pero ese retiro, que no cambiaba  activamente el mundo, nunca fue una aceptación de éste.

Trayectorias de Trabajadores por Cuenta Propia, Chile 1999-2008

Analizar datos es, que se le va a hacer, una de las cosas más agradables del mundo en mi humilde parecer. Y habiendo, entonces, empezado a realizar tan placentera tarea con los datos de mi tesis, no estará de más -aunque sea de forma muy preliminar- mostrar algunos de los primeros resultados.

Datos y Metodología.

El lector bien puede saltarse esta sección si quiere ir directo a los resultados. Pero hay que describir de donde salen estas cosas: La fuente de los datos es la Encuesta de Protección Social, que permite trabajar con historias laborales (en principio desde 1980). Ahora bien como las historias laborales en la EPS son recogidas por memoria, y bien sabemos que de la memoria de los entrevistados no cabe exigir demasiado, hemos pensado que 1999 (a 3 años de la primera ola, realizada el 2002) puede ser un buen punto de inicio. Se finaliza el 2008 de forma de tener una década completa -que permite que ‘sucedan’ diversas cosas en la historia laboral-, y porque es el último año del cual se tiene información completa en la EPS (la EPS 2009, la última publicada, no tiene datos de todos los casos para todos los meses 2009).

Se usaron solo casos con información completa (i.e sin brechas y que respondieran todas las olas), y se usaron -dado que nos interesan trabajadores por cuenta propia- casos de personas que tuvieran al menos una de sus situaciones laborales como trabajador de este tipo. Esto arroja un total de 3.282 casos para análisis.

El análisis realizado fue análisis de secuencias (se usó en particular el paquete TraMineR para R –aquí el manual en línea-). Las secuencias fueron generadas mediante combinación de condición laboral (trabaja, desocupado e inactivo) y de categoría laboral (empleador, cuenta propia, asalariado, otros -por ejemplo, Familiar No Remunerado). Ellas fueron simplificadas para el análisis a 4:

  1. Empleador
  2. Cuenta Propia
  3. Dependiente (incluye asalariado y otros)
  4. Sin Trabajo (desocupado e inactivo).

Otros tenía menos de 1 mes promedio por persona por lo cual en general resultaba mejor -para simplificar el análisis- reunirlo con asalariados (todos los otros eran, de una forma u otra, dependientes). Y aunque la diferencia entre desocupado e inactivos es muy importantes, para nuestros propósitos lo más crucial es sencillamente que ninguno de ellos trabaja).

Para generar segmentos -que es uno de los usos comunes de este tipo de análisis- se usó como medida de distancia Optimal Matching (hay otras alternativas, pero OM tiene más tiempo y algo mejor lo conozco, aún cuando se ha discutido bastante sus limitaciones en la literatura), y los grupos fueron generados mediante un cluster jerárquico (usando Ward como mecanismos de aglutinación).

Y ahora a los datos.

 

Resultados Generales.

Antes de describir los segmentos, resulta de interés -en todo caso- determinar algunas características generales de las historias: ¿Cuanto tiempo pasan nuestras personas en cada estado? ¿Por cuantas situaciones laborales pasan las personas? ¿Que tipo de secuencias de estados son las más comunes?

Los resultados de todas estas preguntas llevan a una conclusión clara: los trabajadores por cuenta propia no son, finalmente, un conjunto de personas aparte y claramente separado del resto.

En primer lugar, porque entre quienes han tenido esa experiencia, el porcentaje de tiempo (en una década completa) que están como trabajadores por cuenta propia es menos del 50%. Específicamente, un 46,2%.

Tabla 1. Tiempos Medios por Estado.

Variable Empresario Cuenta Propia Dependiente Sin Trabajo
N° Meses (en 10 años) 5,5 55,4 29,8 29,3
Porcentaje 4,6% 46,2% 24,8% 24,4%

En segundo lugar, y claramente asociado a lo anterior, porque sólo tener como experiencia ser cuenta propia es algo relativamente escaso entre estos trabajadores: Sólo un 11% de las trayectorias son de trayectorias de personas que sólo han sido trabajadores por cuenta propia. El gráfico muestra además que en nuestros datos existe una gran variedad de secuencias (las 10 primeras suman sólo un 44.2% de ellas)

Gráfico 1. 10 Tipos de Secuencias más Frecuentes (en Porcentaje)

Gr+ífico_1_-Secuencias_m+ís_frecuentes

Esta diversidad de secuencias (y estamos observando sólo en términos de pasos en ellas, no tomando en cuenta la duración) hace entonces preguntarse también, ¿cuantas situaciones pasa alguien que ha sido trabajador por cuenta propia en una década? Los números al respecto son bastante claros, en promedio son 3,98 situaciones (o sea, la duración por situación es de alrededor 2,5 años en promedio). La mediana es 3, y el cuartil 1 ocurre en 2 situaciones y el cuartil 3 tiene 5 situaciones (o sea, el 50% de los casos tiene entre 2 y 5 situaciones distintas en 10 años). El máximo en la muestra es de 28 situaciones distintas (que es casi 3 por año). Si tomamos en cuenta que la medida de cambio de situación es sólo el cambio de categoría laboral y no incluye, por ejemplo, cambiar de trabajo siendo en ambos asalariado, podemos observar la inestabilidad de estas trayectorias.

La diversidad de trayectorias envía de inmediato a la siguiente pregunta: ¿Qué tipos de trayectorias existen?

3 tipos de trayectorias entre trabajadores por cuenta propia.

Una clasificación jerárquica tiene la ventaja que permite, al observar el dendrograma completo, determinar visualmente el mejor número de grupos, y además permite establecer cómo ellos se relacionan entre sí. El dendrograma generado para este análisis muestra que 3 es el número más adecuado para clasificar (como lo muestra con claridad el gráfico 2). De hecho, realice algunos análisis con otro número de grupos (6 que correspondía el punto en que cada uno de los principales se dividía), pero no arrojaba mayores diferencias. También nos muestra el dendrograma que dentro de estos 3 grupos centrales hay dos que están más cercanos entre sí (el grupo de la derecha es el primero que se diferencia). En los gráficos y tablas que se presentan a continuación entonces los Grupos 1 y 3 son más cercanos entre sí que lo que lo son en relación al Grupo 2.

Gráfico 2. Dendrograma de Historias Laborales de Categoría.

 

dendograma_4_condcat

Una primera forma de determinar en qué consisten estos segmentos consiste en observar la evolución de los estados a lo largo del tiempo, que es lo que muestra el siguiente gráfico (la escala es mes, por lo que y229 se refiere al mes 229 desde el inicio del período de la EPS, que es Enero de 1980, para publicación serán corregidos estos problemas)

 Gráfico 3. Evolución de Estados Laborales entre Segmentos

 

seqdplot_4_condcat_3_grupos

Los resultados nos muestran que:

  • El G1 (40,2% de la población) es claramente un grupo de alta predominancia de trabajadores por cuenta propia (aun cuando esta es algo más baja posteriormente)
  • El G2 (36,1%) es un grupo de trabajadores asalariados que convive con períodos de independencia (y de estar sin trabajo)
  • Y finalmente el G3 (23,7) es un segmento de personas que no tienen trabajo pero que cuando lo hacen son trabajadores por cuenta propia.

Uno de los segmentos que aparecía en el análisis con 6 grupos era uno que combinaba ser empleador y luego pasaba a ser trabajador por cuenta propia (y era el único que tenía una personalidad propia al desglosarse en mayor detalle los grupos), este grupo queda subsumido en el G1 en la actual clasificación.

Estos resultados se muestran también con claridad cuando se examina el tiempo promedio de cada grupo en cada uno de los estados como se hace en la siguiente tabla:

Tabla 2. Tiempos Medios por Estado en cada Segmento (Porcentaje)

Estado G1 G2 G3
Empresario 7,7% 3,1% 1,7%
Cuenta Propia 76,5% 24,6% 27,7%
Dependiente 6,4% 57,1% 6,8%
Sin trabajo 9,3% 15,2% 63,8%

Efectivamente el G1 es un grupo centralmente de trabajadores por cuenta propia. Ahora bien, ni siquiera en ellos la mayoría sólo ha sido trabajador por cuenta propia: un 27% del segmento tiene ese tipo de trayectoria. Es además el grupo que tiene mayor presencia de situaciones empresariales (de hecho es tan común como ser dependiente para ellos).

El G2 es un grupo de asalariados que además tiene experiencias de cuenta propia: 57% del tiempo como asalariado y 25% como cuenta propia. Es interesante que este grupo tiene mayor permanencia sin trabajo que el G1 (15,2% contra 9.3%). Es además un grupo muy diverso en sus tipos de trayectorias: las 10 más comunes suman un 35,8% del total del grupo.

El G3 se define por el hecho de ser inactivo (64%), y que cuando trabaja tiende a ser cuenta propia (28%), más que dependiente. De hecho, las 4 secuencias más comunes del grupo son solo movimientos entre ser cuenta propia y estar sin trabajo.

Las referencias a la diversidad de trayectorias también nos hace preguntarnos sobre el número de situaciones laborales. Es relevante mencionar que sólo en el G1 es posible tener un solo estado (i.e el estado de ser sólo cuenta propia quedo en ese grupo, y dado que el universo tiene esa condición no es posible un sólo estado en los otros grupos). Los gráficos de Boxplot que se muestran  a continuación son una indicación, en todo caso, de la diferencia que existe entre los grupos a este respecto:

Gráfico 4. Boxplot de Número de Situaciones Laborales por Segmento

boxplot_4_condcat_3_groups

 

Los resultados nos muestran que claramente el grupo 2 es el de mayor dispersión (el único donde el rango intercuartil supera las 5 situaciones, y donde más se extiende la dispersión hacia arriba -aún cuando es el G3 el que tiene la mayor dispersión absoluta, producto de algunos outliers. Por otra parte, el G1 tiene una dispersión bastante más baja -el Cuartil 3 se ubica al nivel o debajo del nivel de Cuartil 1 de los otros segmentos. En otras palabras, a pesar que ser cuenta propia es un estado relativamente inestable, y que se tiende a combinar con otras alternativas, quienes se concentran en ser trabajadores por cuenta propia tienen mayor estabilidad (y por lo tanto menos cambios de estado).

Entre la inestabilidad y la estabilidad, la diversidad y las combinaciones de estado hay mucho que decir. Y eso que no hemos tomado en cuenta hasta ahora nada de su ubicación social (no hemos dicho quienes son), ni tampoco de sus otras características laborales (por ejemplo, que tipo de oficios o en que sectores de la economía trabajan). Pero todas esas cosas son para otras entradas sobre el tema.