La crisis de la Representación

(Si, volviendo a la programación habitual).

El modelo normal de representación es que uno vota por un representante que -más o menos- tiene en general opiniones parecidas a las mías. El representante es parte de un partido o facción que tiene entre sus labores agregar / integrar diversas ideas y demandas en una sola plataforma. Ahora, ambas características están relacionadas: es necesario agregar demandas porque uno vota por un ‘agregador’, alguien que votará por múltiples temas. Representar y agregar son caras de la misma moneda.

Ese esquema, creo. estructuralmente está en crisis.

Por una parte, el nivel de individuación de las sociedades hace que la probabilidad de encontrar a un representante que esté cercano a mis opiniones disminuya, y la disminuye la disposición a aceptar distancias relevantes. Más aún, una ideologías más o menos organizadas (que por definición integran muchos aspectos bajo una sola visión) facilita el hecho de la cercanía con un movimiento que me represente totalmente (si compartimos la ideología). Ahora, en tiempos más dudosos de ideologías integradoras (no es que las personas dejen de tener ideologías, pero tener una que sea consistente es menos habitual) la distancia aumenta.

Por otra parte, esa misma diversidad hace que la necesidad de agregar las demandas en una sola plataforma parezca menos necesaria. En cada uno de los temas de mi interés me juntaré con aquellos que están de acuerdo conmigo, grupos que no necesariamente son comunes. Un sujeto movilizado participa de la discusión pública agrupándose en cada tema con los suyos, pero dado que la diversidad de temas de interés hace que un grupo común sea menos probable no se ve la necesidad para una intervención exitosa de la agregación (a lo más, una pérdida de tiempo). La discusión se hace en la esfera pública, no en la congregación de agregadores que es el Parlamento; la presión política se hace a través de otros medios, nuevamente no necesariamente a través de la congregación mencionada.

Además. un argumento adicional que se ha dado para favorecer la representación ha sido la  condición de experto: Nadie tiene el tiempo para revisar todos los temas públicos, luego mejor que las leyes y regulaciones las revisen quienes se dedican a esa actividad, que presumiblemente tendrán mayor conocimiento sobre ella. Ahora, el caso es que en los temas que está interesado el ciudadano movilizado probablemente sí tenga mejor conocimiento que un representante común y silvestre. En los temas que no esté interesado,   puede suceder que el representante sí tenga más conocimiento -pero dado que es en los temas que no le interesan a ese ciudadano, eso no es relevante para él. En una sociedad en que progresivamente las personas, para usar una palabra fea, se ’empoderan’; entonces cada vez debiera ser más probable que para cualquier tema el conjunto de ciudadanos interesados maneje más conocimiento que los representantes.

En resumen, entonces, la idea y las práctica se encuentran estructuralmente en crisis en las sociedades contemporáneas (no es, por cierto, algo que sólo ocurra en Chile). Lo que la sigue manteniendo en pie es la inercia institucional que está estructurada en torno a la representación -toda la lógica de elecciones y parlamentos sigue ese paradigma. La representación sigue siendo neceasria porque las instituciones creadas para hacerla posible siguen en pie. Pero ya no tiene el sostén de una sociedad para la cual la lógica de representación efectivamente funcione.

Pequeño Manifiesto Teórico

Tenía un poco abandonado este blog, pero entre la entrega del proyecto de tesis, trabajo y ganas de descansar un poco, el ánimo no nos acompañaba. Así que para volver a postear, aprovecharemos cosas que ya estábamos escribiendo con otros propósitos-

A continuación algunas ideas básicas sobre teoría en Sociología. Sin comentarios que expliquen porque esas posiciones son relevantes; sin discusión crítica de autores que muestren desde donde viene la cosa. La pura posición. Que para ello es pequeño manifiesto.

 

La unidad social elemental es la interacción

No hay vida social sin interacción. La interacción es, entre todos los elementos para los cuales lo anterior es verdadero, el más sencillo y el único donde acaece que si ella se disuelve, con ello se disuelve lo social. Todo análisis social debe dar cuenta como momento elemental la interacción. Ello no implica que ella sea más relevante; sólo que es ineludible.

En la interacción aparecen todos los elementos de las discusiones basales en ciencias sociales. Implica un análisis de los agentes que constituyen esas interacciones; dar cuenta de las limitaciones estructurales (en la propia interacción, los límites puestos por Alter; y más en general, por las otras interacciones); se puede observar todas las posibles explicaciones de construcción de orden, ya sea poder, legitimidad o contrato; y así sucesivamente. Dimensiones que aparecen de la forma más sencilla para analizar y comprender.

 

¿Qué estudian las ciencias sociales?

Las ciencias sociales no han estudiado todas las interacciones sociales. Más bien han analizado las interacciones de una especie específica, la nuestra. Esta delimitación ya no es sustentable. El hecho que interacciones sociales en otras especies muestren alguna transmisión de cultura o la creación de objetos que operan como actores en, por ejemplo, las bolsas de valores, vuelven esa identificación discutible.

En relación a lo anterior, se puede observar que tanto hormigas como seres humanos entran en interacciones que pueden caracterizarse como conflictos armados entre sociedades. Pero las hormigas, al parecer, no firman tratados de paz, ni tienen políticas cambiantes de alianzas ni crean historias épicas sobre esos conflictos. La gama posible de interacciones se reduce cuando salimos del foco tradicional en seres humanos. La delimitación del campo de estudio la da el hecho de mantener la gama de posibilidades de ese foco tradicional, que parece ameritar estudiarse con herramientas específicas. En otras palabras, las ciencias sociales tratan de interacciones producidas por actores que son al menos tan complejos como el mismo analista.

Esta delimitación se hace sin establecer un conjunto de características bien definidas o de propiedades que las produzcan. Con lo anterior podemos un tipo de relaciones de interés sin presuponer analíticamente que cualidad las distingue. Eso queda, de haberlo, para la investigación.

 

El ámbito de la teoría.

La tarea de una teoría general es dar cuenta de los elementos que construyen interaccione entre estos agentes con capacidades ‘plenas’; y que establece los elementos y procesos que ellas construyen. Ese es el ámbito de una teoría general.

Los análisis específicos en ciencias sociales asumen la existencia de diversos elementos: Capacidades de sus actores (que aprenden o o que tienen auto-identidades), ordenamientos sociales (comunidades, o reglas y resultados de juegos). Una teoría general sirve a la investigación específica al producir y explicar los elementos que ellas asumen y requieren.

Ella postula formas y procesos de la vida social, pero nada dice sobre sus contenidos y resultados. Plantea que la construcción de prácticas sociales implica una teoría universal, pero nada plantea sobre las prácticas particulares creadas.

Sobre la Actitud del Analista Social

A propósito de otra discusión, pero para que no se me olvide.

Uno de los primeros textos que uno podría plantear hablan desde una perspectiva de análisis social, de ‘ciencia’ social es el panfleto del Viejo Oligarca (pseudo-Jenofonte). Un análisis desde una perspectiva crítica, aristocratizante, de la democracia ateniense.

¿Por qué digo que tiene la perspectiva de la ciencia social? Es cosa de leer su inicio:

I do not approve of the form of government which the Athenians chose for themselves, for in so choosing they benefited the rabble rather than the citizens of a better sort. On these grounds, as I say, I disapprove. But granting that the Athenians did decide to establish such a form of government, I shall show that they preserve it well and, contrary to the belief of the rest of the Greeks, practice it successfully.

¿Qué es lo que transforma a ese texto en una muestra de la actitud de alguien que desea analizar la sociedad? El hecho que -teniendo muy clara su visión, y su carácter crítico (por más que a nosotros no nos guste su crítica)- entiende que eso es algo distinto de la tarea del análisis empírico: Desapruebo la democracia de los atenienses, pero  eso no obsta para que me pregunte sobre cómo funciona y porque se mantiene. Es esa distancia de la propia opinión para intentar realizar un análisis empírico lo que todo analista debiera intentar tener.

El texto, además, muestra con gran claridad como algunas discusiones típicas de las ciencias sociales no tienen mucho sentido: Toda la oposición entre neutralidad valorativa y el compromiso del científico. El compromiso del Viejo Oligarca es claro en su crítica a la democracia (y nunca pierde el tiempo en recordar la distinción entre los pocos y nobles frente a los muchos y sin valor), pero también es impecablemente empírico en muchas partes del texto (como la relación entre el poder naval y la democracia en Atenas, en la explicación de porqué los atenienses insistían en que las controversias jurídicas de las polis bajo su poder se resolvieran en Atenas, en la importancia del gasto público etc.). Que ambas cosas -el compromiso y la neutralidad- son posibles al mismo tiempo es algo que era claro ya en este primer texto de análisis social.

 

Una nota sobre universalismo y colonialismo

Entre los llamados estudios poscoloniales es común la idea que las teorías presuntamente universales no son más que una herramienta del poder, que pasa su situación como lo universal y su experiencia como el baremo para todos. Y en la crítica a ello se pasa a defender entonces la idea de desarrollar teorías particulares, válidas para cada tipo de experiencia histórica, una teoría, por ejemplo, latinoamericana.

Aunque la crítica me parece correcta, la propuesta no. En última instancia equivale  a pensar que solo el centro puede hacer teoría universal y que la periferia solo puede hacer teoría teoría particular. Y eso creo también es un efecto del colonialismo. De hecho, es posible argumentar que desde la periferia es más fácil hacer teoría universal. Simplemente porque es más difícil que cometa el error de confundir su experiencia con la de todos. Ese es un provincianismo del centro. La periferia también puede pensar el universo.

De hecho, la negación de la aplicabilidad de las teorías ‘europeas’ a la periferia puede uno creer que es una crítica a esas teorías. Pero en realidad es una defensa. Porque miradas universalmente, una teoría ‘europea’ que no aplica fuera de Europa es una mala teoría que debiera rechazarse. Pero sin la pretensión de universabilidad en vez de quedar como una teoría deficiente que no sirve (porque no aplica en Quito), queda como una buena teoría que algunos aplicaron mal (los que intentaron ver si funcionaba en Quito). Y como podemos ver, entonces el abandono de esa pretensión es una forma de defender esas teorías, de mantenerlas como ‘adecuadas’ para su lugar de origen.

¿Qué es necesario hacer para tener una teoría universal que no niegue la variedad de la experiencia particular? Creo que aquí resulta útil observar como la biología resolvió un problema similar; y darse cuenta que el darwinismo es una teoría de procesos, pero que no determina los resultados ni las historias concretas (no es posible derivar los diversos caminos que llevan a tal especie, ni su diversidad; no es posible derivar los distintos atributos de los seres vivos etc.), pero sigue siendo muy útil para el análisis y explicación de esos resultados e historias; y dichos resultados e historias siguen siendo útiles para contrastar la teoría. He ahí, entonces, un camino para una teoría histórica que sea universal.

Antropología y Sociología (II) Una nota sobre la visión histórica

Aunque en general no es mucho lo que un sociólogo sabe de historia, tiene una imagen bastante clara de sus principales características. Primero, que el suceso básico de la historia es el paso de las sociedades tradicionales a las modernas (con discusión si ahora no estamos viviendo otro suceso tan básico como el anterior). Segundo, y aunque su relación con la afirmación anterior no siempre es clara o coherente, que la historia no puede analizarse como evolución, y menos como un cambio lineal hacia el presente. En cualquier caso, los eventos más importantes de toda la historia de las sociedades son recientes, y de hecho no mucho más antiguos que la sociología misma, y para quienes la modernidad nace en el siglo XIX de hecho tan antiguo como la disciplina.

No deja de ser interesante que esta imagen, tan difundida al interior de la disciplina, sea tan distinta a lo que ocurre en antropología. En ese campo es más usual (al menos tradicionalmente) distinguir entre bandas, tribus, jefaturas y estados como los pasos centrales de la evolución social. Aquí, como podemos observar, los eventos importantes son antiguos -el nacimiento del Estado es alrededor de 5 milenios en el pasado. Y hay menos problemas con el tema de la evolución como tal.

No deja de ser interesante que la evolución en ciencias sociales sea muchas veces pensada como algo lineal y con un telos -que se dirige a un lugar determinado. A más de un siglo que  escribiera Darwin, y por lo tanto de un pensamiento en que la evolución no tiene telos ni es lineal no deja de ser curioso, y una buena muestra de la independencia y aislamiento de las disciplinas de las ciencias sociales del resto del mundo.

Un aislamiento que se muestra además, como hemos visto, en el hecho de esta coexistencia de visiones tan distintas sobre la historia social. Aunque, en última instancia, hay que reconocer que al menos los antropólogos no sufren del sesgo de lo reciente.

Antropología y Sociología (I) Una nota sobre métodos cualitativos en dos disciplinas

A veces hacer clases implica que uno se da cuenta que cosas que son un poco obvias, pero uno las había pasado por alto.

Revisando para una clase de metodología el libro editado por Manuel Canales sobre Metodologías de Investigación Social, me di cuenta que en el listado de técnicas cualitativas sólo están representadas técnicas de entrevista. Lo cualitativo, es finalmente, un análisis de discursos.

Ahora bien, eso es muy extraño (y lo extraño también es no haberlo notado antes). Porque en antropología, la técnica cualitativa ‘clásica’ es la etnografía -que no puede reducirse, para nada, a una operación de entrevista. Lo que desaparece en el texto es todo lo relacionado con la temática de la observación y de la integración en aquello que será estudiado.

Y esto tiene que ver, creo, con un tema disciplinario. El texto de Canales es un texto escrito por sociólogos para sociólogos, y la introducción de lo cualitativo en la disciplina (y en particular en Chile) ha estado centrada en el tema del discurso. El sentido se piensa como algo inscrito en discursos y en textos. Y lo social se piensa en términos de ese sentido.

Pero reducir el sentido al discurso y al texto (y esto sin entrar siquiera al tema de reducir lo social al discurso y al texto) no tiene mucho sentido. El sentido es (también) algo que está inscrito en las prácticas, y las prácticas no se dejan abordar solamente como texto. Es por ello que hay que observarlas -y es por ello que se inventó la etnografía.

Ahora, tampoco hay que olvidar que las prácticas incluyen habla, y que lo que intentamos es recuperar sentido. En otras palabras, una observación interna no una externa. La observación cualitativa incluye conversación. Pero claro está, eso es ya sabido en antropología, y por eso es la etnografía el método ‘clásico’ para investigar cualitativamente.

Si la entrevista es un medio para indagar sentidos en los discursos; la etnografía es un medio para indagar sentidos en las prácticas. Lo que no debiera olvidarse en sociología es lo que la antropología siempre supo: el sentido no se puede pensar solamente como discurso.

 

La representación de la realidad social en las encuestas, o sobre la opinión real de las personas

Todo partió en Chilesoc. José Manuel Ferreiro envío un correo a la lista haciendo notar que  en El Mostrador se había publicado una columna de Sabrobsky a propósito de las encuestas -la columna en este link-, y que ‘por otro lado, creo que todos quienes directa o indirectamente hemos trabajado con encuestas (como encuestadores o en su diseño y/o análisis) hemos tenido varias de las dudas que aquí se plantean (y probablemente hemos activado mecanismos para dejarlas de lado y seguir trabajando)’. Escribí una réplica, y para que no se me olvide, la escribo también en este blog, y aparece -tal cual fue enviada a Chilesoc- a continuación:

En realidad yo discrepo con el supuesto básico de la columna: Se dice que las encuestas no representan la opinión real de las personas y que eso es un problema. Pero es evidente que las encuestas no pueden representar la opinión real de las personas (i.e la opinión real sobre un tema siempre va más allá de las cuatro o cinco alternativas que se le presentan, es claro que no siempre tienen claro lo que creen etc.). Las encuestas funcionan porque la sociedad no funciona sobre la opinión real de las personas (por ejemplo, muchas veces la opinión deseable tiene más implicancias reales en la sociedad que la supuestamente real), y la opinión limitada que responden en una encuesta es muchas veces la opinión limitada que efectivamente usan en la vida social.

De hecho en mi opinión, la mayoría de los problemas con las encuestas de opinión es un problema de interpretación más que de pregunta. Hay un caso famoso de efectos de contexto en encuestas. A los gringos en los años 50 se les preguntaba si creían si un reportero soviético tenía el derecho a ir a EE.UU y volver a su país a decir las cosas que quisiera. La mayoría se opuso. Ahora, si eso se preguntaba luego de hacerles la misma pregunta pero invertida (sobre un reportero gringo en la Unión Soviética) las cifras cambiaban. La pregunta se repitió en los ’70 con el resultado que el efecto se mantuvo pero mucho más diluido. Ahora, todo eso es informativo y nos dice cosas acerca de la sociedad norteamericana. Imagínese la pregunta más sesgada que le sea posible pensar, e incluso esas respuestas serán informativa de algo.

Si uno recuerda lo limitado que es la respuesta a las preguntas de una encuesta (están seleccionando una alternativa ente las que les presenté, en ese contexto específico de cuestionario; no me están dando la opinón real sobre el tema), entonces no dejan de ser útiles e informativas; tratarlas como otra cosa genera una serie de problemas

Que las encuestas generan realidad y no sólo la describen es bien sabido. Pero todas las acciones en la sociedad construyen sociedad. No es algo particular de las encuestas.

BTW, la paradoja inicial es falsa. La siguiente afirmación podría caer bajo paradoja: ‘Yo, que soy chileno, afirmo que ningún chileno en ocasión alguna dice las cosas de frente’. Ahora la siguiente afirmación no es equivalente a la anterior: ‘Yo, que soy chileno, afirmo que es propio de los chilenos no decir las cosas de frente’. El sujeto bien puede pensar que el no hace las cosas típicas de los chilenos, o al menos que no lo hace siempre (incluyendo la respuesta a la pregunta). Ya dije que el principal problema de las encuestas era la interpretación y ahí aparece de nuevo

A propósito de la fenomenología

Supongo que es de rigor conseguirse y leer los libros de los profesores. Así que empecé a leer el libro ‘Socio-fenomenología‘ de Ulises Toledo, y en su lectura encontré que, a pesar del sentido que tiene el programa, aparece una de las razones por las cuales la fenomenología se encuentra, al final, creo con problemas importantes.

El libro presenta todos los argumentos sobre los cuales se fundamenta la aproximación fenomenológica, y creo que la exposición de Toledo es en general bastante clara -lo que en una teoría que no es la más fácil del mundo es de agradecer. Y la idea de fundamentación aquí es central: es la búsqueda de aquello que fundamenta nuestros conocimientos lo que genera todo el programa. Simplificando mucho, y recordando que no estoy exponiendo aquí la doctrina (para ello mejor lea el libro), el caso es que los objetos no son cosas dadas a la experiencia, sino que se forman en la experiencia. Luego, el conocimiento objetivo externo es derivado si se quiere.

Pasando más propiamente al tema social, podemos decir que los sentidos compartidos son básicos: la vida social es posible y se forma a través de los sentidos y significados, y los procesos centrales para entenderla son aquellos a través de los cuales se forman esos sentidos. Las ideas de horizonte, de mundo de la vida son forman de conceptualizar y comprender esas temáticas.

Esto no implica que el conocimiento cuantitativista-objetivizante no tenga cabida. Pero es claramente derivado. Una vez que cierto sentido se ha tipificado -se ha estabilizado como un significado compartido y se ‘usa’ en nuestras acciones- por cierto que cabe estudiarlo cuantitativamente. La posición fenomenológica entonces da cuenta tanto del sentido de hacer investigación cualitativa como de las razones por las cuales se hace tanta investigación cuantitativa (y no deja ese tipo de estudios como algo meramente ideológico).

Hasta acá entonces, todo bien. Pero iniciamos la entrada declarando problemas importantes, ¿cuáles son estos?

(1) El primero es la orientación básica. La fenomenología, y así lo deja claro el libro de Toledo que analizamos, desde sus inicios es una búsqueda de fundamentos, las cosas esenciales. Pero las ciencias no requieren fundamentos. No es esa la lógica de su operación. Operan a nivel de los fenómenos (y cómo se relacionan), no a través de los fundamentos de ellos. En ese sentido, la fenomenología puede ser buena filosofía (bien por Husserl) pero no es claro que encontrar fundamentos sea relevante para las ciencias sociales (digamos, el valor de Schutz no es tan claro). Pero este también es un punto más bien filosófico, y no afectaría el valor de la aproximación en realidad.

(2) El segundo, que creo más crucial, es que la idea de lo cuantitativo como derivado tiene una afirmación escondida: Que las características de lo derivado dependen de su sustrato inicial. Las dinámicas cuantitativas de la votación son derivadas del proceso significativo que constituye los significados del acto de votar, de la elección etc. Aceptemos eso. Pero no por ello las dinámicas dependen de esos significados.

Es perfectamente posible pensar que al menos algunas dinámicas cuantitativas son independiente de sus sustratos. Por ejemplo, es un tema de sentido y significado el que constituye la relación de amistad y otro tipo de relaciones, y por lo tanto sin sentido no hay relaciones: ellas son derivadas del sentido. Pero las dinámicas que surgen a partir de una red centralizada pueden ocurrir independiente de qué tipo de relación sea. Y en ese sentido, la dinámica cuantitativa es derivada pero no dependiente de los procesos de significación.

Una de las ventajas en general de las argumentaciones a favor de las aproximaciones cualitativas es que, como ya vimos, dan cuenta no sólo de por qué su propia aproximación funciona, sino también explican la aproximación contraria. Ese es de hecho algo destacable, porque las aproximaciones cuantitativas de hecho no suelen explicar porqué puede tener sentido lo cualitativo. Pero a pesar de ello, la argumentación cualitativa tiende de todas formas a disminuir la relevancia de lo cuantitativo: A dejarlo como secundario. Pero creo que la relación entre cualitativo y cuantitativo no es entre lo que es central o secundario, sino lo que es relevante para distintos aspectos de la vida social.

Chernilo sobre el nacionalismo metodológico

nacionalismoDaniel Chernilo.
Cosmopolitismo y Nacionalismo.
Ediciones UDP, 2010.

La crítica al denominado nacionalismo metodológico, a la idea que el estado-nación es la unidad implícito y básico de las sociedades, ha adquirido gran importancia en las últimas décadas. Chernilo desarrolla en el texto al menos dos argumentos al respecto: El primero que es sencillamente falso que la tradición sociológica, los ‘clásicos’, estuviera tan ciega en torno a las limitaciones del estado-nación y que lo considerara equivalente a sociedad. Muestra para cada autor como el concepto de nación no era un concepto obvio o claro, y que todos trabajaron sus complejidades. El segundo es que, de hecho, por todo lo que supuestamente ha sido uno de los supuestos eternos del pensamiento sociológico, no tenemos de hecho una buena teoría o explicación del estado-nación, no hay buenos conceptos para ello.

En relación a esos puntos no habría mucho que discutir. El uso de las fuentes por parte de Chernilo es lo suficientemente claro para mostrar su punto. Sin embargo el punto es insuficiente. Y esto porque más que nacionalismo metodológico, lo que la Sociología ha sufrido es de estadocentrismo.

La crítica a la idea que la sociología usa estado-nación como equivalente a la idea de sociedad en realidad se aplica más bien al Estado. Es si mal no me acuerdo, el punto de Luhmann: Que cuando decimos sociedad, decimos ‘sociedad chilena’, ‘sociedad japonesa’ y cada una de ellas está delimitada por el territorio de un Estado. En ese sentido, mostrar que los clásicos tenían sus dudas en relación a la idea del estado-nación no los exime de, en general, estar usando un concepto estatal de sociedad. Si al decir ‘Alemania’ o ‘Francia’ estaban equiparando una sociedad con el estado, entonces estaban cometiendo ese problema. De hecho, uno puede decir que, en general, cuando se habla de sociedad en otro nivel (‘sociedad moderna’, ‘sociedad desarrollada’) en realidad se está hablando de categorías de sociedades, pero la unidad sigue siendo el Estado. Charles Tilly, en relación a los análisis comparados, ha hecho también una acotación similar. En ese sentido, la crítica a la sociología clásica y a su concepto de sociedad todavía se mantiene.

Y de hecho esta equiparación entre sociedad y un Estado no es para nada necesaria. Si uno observa lo que sucede en Economía, uno bien puede observar que el concepto de mercado no necesariamente comparte los límites con el territorio de un Estado. Los límites del ‘mercado del pan’ pueden, o no, ser equivalentes a los de un estado determinado; pero no existe esa asociación casi inmediata.

En ese sentido, no es el nacionalismo del estado-nación el problema central, sino más bien el estatalismo de la Sociología lo que ha constituido una barrera.

Criterios de evaluación internos al campo científico: Una comparación de los criterios de avance y completitud del conocimiento

La idea original es más bien sencilla, y está desarrollada en el siguiente link de este mismo blog:

Que las discusiones de conocimiento general en sociología se encuentran entrampadas, repitiendo las mismas dicotomías y aporías de siempre (acción / estructura, cualitativo / cuantitativo). Incluso cuando el practicante de esas áreas se da cuenta de ello e intenta superarlo, la operación no termina funcionando. Bourdieu observa la dicotomía acción / estructura, intenta superarla y por todos sus esfuerzos termina siendo criticado como no reconociendo la acción. Por otro lado, los conocimientos particulares en sociología no sufren esa dinámica y uno puede observar construcción de acervos. Sabemos más sobre revoluciones que hace 100 años, o sobre la relación entre educación y desigualdad y en otros espacios específicos de investigación.

Lo anterior adquiere relevancia como observación basado en la idea que la oposición estancamiento / avance es una distinción básica en las ciencias. Es una normatividad interna al sistema, que premia y valora los avances y observa negativamente lo que está estancado. La mera popularidad de la idea de sobre hombros de gigantes nos muestra la potencia de esta distinción. Por lo tanto, aplicando las reglas del juego de las ciencias a la sociología, reglas que son las del juego que supuestamente está aplicando, se sigue que la evaluación del conocimiento general debiera ser negativa y la del particular positiva.

Conversando ayer sobre el tema, se me hizo la acotación que existe otro criterio interno de evaluación, pero que este tendría el resultado contrario: Es la distinción parcial / completo o no fundamentado / fundamentado. La crítica tradicional a los conocimientos particulares es que no son parciales, que no dan cuenta de los fundamentos de lo social (o de ellos mismos). Y por lo tanto, en términos de esas observaciones usando la normatividad interna al sistema que observamos no podemos concluir una evaluación positiva del conocimiento particular.

Pero creo que la acotación es insuficiente. Porque, y aquí entramos en el núcleo de este post, los dos criterios son distintos en términos de su importancia en la operación del campo científico. La distinción avance / estancamiento es basal: Premiamos y valoramos lo que hace avanzar (‘es un aporte’) y no se le da mucha importancia a lo que mantiene las cosas como están. Así están estructuradas las operaciones de publicación, de premiación, de prestigio etc. Incluso en sociología, donde el criterio puede estar en discusión, son los textos que proponen nuevos modelos los que citamos y estudiamos, no la enésima vez que se discute sobre esa propuesta. Si recordamos por ejemplo el reciente caso del descubrimiento del bosón de Higgs podremos observar que existieron lamentos porque si bien era un avance, esta era sólo en términos de reforzar la teoría existente, y por lo tanto era menor avance que algo que mostrara que era necesario ir más allá del modelo estándar. La capacidad de un trabajo científico para avanzar en la construcción del conocimiento de su campo es la forma básica de evaluación.

Ahora, la discusión sobre los fundamentos, o sobre lo parcial / completo no es tan basal. Si bien se usa el criterio, los conocimientos parciales no dejan de ser reconocidos como científicos o como buenos e importantes conocimientos. El caso canónico de esto son las críticas a la ley de gravitación de Newton. Porque una crítica fue, precisamente, que era parcial o que no estaba fundamentada ni explicada: la ecuación daba cuenta de los fenómenos pero nadie entendía porque sucedía, no había una explicación mecánica (que era lo que en la época hubiera sido una explicación satisfactoria). Ese es el contexto de la frase de hypothesis non fingo: Tenemos esta ecuación que da cuenta de los fenómenos, con ello ya es suficiente. Con ello ya se puede construir un trabajo científico de gran poder y prestigio al interior del campo.

No es que el criterio no se use, no es que no sería preferible tener una explicación fundamentada; pero no es un criterio necesario. Al contrario, el criterio de avance es un criterio basal y central.

Y por lo tanto, usando los criterios internos al campo analizado se puede concluir que efectivamente el conocimiento general en sociología no funciona, y el conocimiento particular sí lo hace.