El Informe de la Comisión Internacional del Censo

Cómo la recomendación de la Comisión Internacional del Censo (disponible en esta dirección el informe completo) es muy distinta de la recomendación de la Comisión Nacional (disponible aquí) y que fue discutida en entrada en el blog en este link, en un caso se dice que los datos del censo 2012 se pueden usar y en otro se recomienda hacer un censo corto, no resultara banal comparar los análisis de las comisiones.

El análisis se puede dividir en los siguientes apartados:

Consideraciones que ambas comisiones coinciden.

Lo primero es que las dos comisiones coinciden en que las estimaciones realizadas en base a hogares no observados son inaceptables. Es la primera recomendación de la Comisión Internacional, página 59 y en el análisis se dice:

The imputation of housing units that were not observed in census field operations, and of then imputing households and persons to these imputed housing units, is not a generally recognized international practice. We find no mention of it in the United Nations Handbook on Population and Housing Census Editing (Informe Comisión Internacional, página 29)

Para un informe que está escrito en el estilo de funcionarios internacionales son palabras relativamente fuertes. En ese sentido, esa decisión -que es responsabilidad plena del anterior director del INE- ha quedado a firme como una decisión deplorable, y la salida del INE de la mencionada persona está plenamente justificada.

Lo segundo es que, aunque le da menos importancia y los desarrolla en mucho menor detalle, hay varias de las críticas que realizó la Comisión Nacional que se mantienen en la Comisión Internacional.

Por ejemplo en lo relativo a la ausencia de pre-test. El hecho que se realizara un cambio desde un censo de facto a uno de jure sin analizar mayormente las consecuencias de ese cambio fue uno de los puntos relevantes de la crítica de la Comisión Nacional y se repite en la Comisión Internacional. Esta dice:

Some aspects of field operations, such as the packing, delivery and return of census materials, are similar for de facto and de jure censuses. Other aspects, such as recruitment and training of the staff, field organization, monitoring and reporting during the enumeration are very different.
Implementation of a pilot census is a widely accepted practice and is internationally recommended (UN Principles and Recommendations paragraph 1.195). It is a main milestone to evaluate the quality of census operations (UN Principles and Recommendations paragraph 1.430).
A pilot census would have also supported to measure the level of participation and the response rate of the population, and the appropriate use of the concept of “usual resident” which characterize a de jure census (Informe página 21)

De hecho, en las recomendaciones para futuros censos se puede leer implícitamente varias críticas a la forma en que se realizó el censo por parte de la Comisión Internacional. Por ejemplo que el período de terreno no debiera superar 2 semanas (página 57) o que se de un tiempo relevante para planificar el Censo (página 60) no dejan de ser, finalmente, críticas.

Temas abordados en mayor profundidad por la Comisión Internacional

La Comisión Internacional dedica un largo espacio al procesamiento de datos para concluir que, en general, este no presenta problemas mayores (y fue uno de los pocos datos que aparece en el comunicado de prensa): Que

The report on the data capture prepared by INE indicates a data capture error rates of  0.14% for housing unit data and 0.29% for person data. These rates indicate good quality of data capture (Informe, página 58).

Ahora el caso es que eso no fue parte de los elementos de los cuales estaban centradas las dudas -sobre la calidad de las cédulas recibidas-. Que la Comisión Internacional, al revisar todas las etapas, registrara lo anterior es parte de su tarea; pero no deja de ser necesario puntualizar que la discusión del Censo verso sobre otros motivos.

Otro aspecto en que la Comisión Internacional pone más atención es en relación a las medidas correctivas que el INE ha desarrollado (o empezado a desarrollar) sobre el Censo, Y la conclusión en ambos casos es que se recomienda que ellas se detengan: Tanto la encuesta post-enumeración como la muestra de viviendas no entrevistadas. Es curioso, a decir verdad, que en ambos casos la Comisión es bastante crítica de las decisiones técnicas y metodológicas del INE. Por ejemplo, “INE developed the PCS estimation methodology which is not statistically defensible” (página 45 del Informe). No deja de ser curioso porque la misma institución que desarrolla estimaciones que no son defendibles sí parece ser capaz de realizar un censo aceptable sin por ejemplo tener una planificación adecuada (que es lo que dice la Comisión sobre el Censo 2012). Por decir lo menos, no es un informe que -de hecho- entregue mucha confianza sobre las decisiones del INE a este respecto.

Discrepancias entre comisiones.

Recordemos que aquí nos estamos centrando en el análisis no en las recomendaciones, por lo que no abordaremos la última discrepancia. En términos de análisis la discrepancia más importante dice relación con la tasa de omisión: La Comisión Nacional la estimó en un 9,3 usando estadísticas vitales.

La Comisión Internacional dice:

Demographic equation estimates of the total population of Chile as of the 2012 census may be made using vital registration numbers of births and deaths (it appears that international migration numbers may be too small to have an appreciable effect). Lacking the requisite evaluation of data quality, however, these estimates do not, based on international recommendations, provide a statistically sound basis for estimating 2012 census omission (Informe página 49)

La Comisión Internacional plantea que en general en Chile se estima que las estadísticas vitales son precisas y registran de manera exhaustiva los nacimientos y muertes. Pero que, en realidad, no hay un estudio que lo avale. Lo cual suena razonable.

Lo que quizás no es tan razonable son las conclusiones que sacan a partir de ello. Porque el problema es que la Comisión Internacional recomienda usar el censo sin tener evidencia alguna que el censo cumple con estándares de calidad, y el hecho que no sea posible calcular la omisión es ya un problema importante. Que el procesamiento de datos hecho muestre que las cédulas respondidas fueron trasladadas adecuadamente a las bases no implica que el Censo fue bien hecho cuando los problemas están puestos en otros elementos (sobre los cuales, de hecho, la Comisión Internacional no se pronuncia, como todos los problemas en el proceso de terreno que documentó la Comisión Nacional).

Más aún, como puro razonamiento técnico tiene debilidades. Porque el nivel de omisión que se calculo (9,3%) tiene consecuencias. La estimación es tan alta que para que ese calculo no indicara problemas en el censo (i.e que la omisión estuviera en estándares normales), las estadísticas vitales en Chile debieran ser extremadamente inexactas.  Una cosa es que no exista un estudio que establezca el nivel de validez de las estadísticas vitales, otra cosa es aceptar como posible una situación bajo la cual no tengan casi nula validez. En otras palabras hay que optar por dos posibilidades: (a) las estadísticas vitales están meridianamente bien hechas, y el registro de nacimientos y muertes opera razonablemente o (b) el Censo 2012 es plausiblemente válido. Pero no se pueden tener ambas cosas. De más está decir que en mi no muy comisionada opinión, la alternativa (a) me parece más probable.

En cualquier caso, uno observa una diferencia sustancial entre las comisiones en el estilo del análisis. Un caso específico puede observarse en lo relativo a la capacitación Así la Comisión Nacional desarrolla un análisis específico de las dificultades de capacitación, realizando una estimación del número de encuestadores no capacitados. La Comisión Internacional hace una observación similar, pero sintetizada al punto de ser casi críptica:

Even with 20% of staff planned as reserve, in some areas of the country many enumerators resigned during the enumeration period and some local census offices faced difficulties to replace them (Informe página 21)

Esa diferencia en el nivel de exhaustividad del análisis, y de la presentación de él, es recurrente a lo largo del informe de la Comisión Internacional.

En conclusión.

En última instancia, creo que las Comisiones tienen recomendaciones distintas porque sus criterios eran diferentes. El baremo de ‘la información es útil’ es más bajo que usar como criterio el ‘la información es válida’. La Comisión Internacional se centró en la primera pregunta, la Comisión Nacional en la segunda. Los antecedentes para decir que el Censo es válido son escasos y débiles; pero ello no obsta para que, con mucho cuidado, algo de utilidad tengan.

NOTA: Tengo la impresión, pero esto es puro mal juicio mío, que la diferencia es una de expectativas también. La Comisión Internacional no nos evalúo a nosotros con un baremo muy alto -‘de todas formas algo se puede usar’. No estoy seguro que  hubieran evaluado con la misma mano si hubieran encontrado estos problemas en un Censo de país desarrollado. Pero, claro, al fin y al cabo; un país desarrollado no llama a una Comisión Internacional para que le digan como se hace el Censo.

 

Retomando el Censo: Los Anexos al Informe de la Comisión Revisora del Censo

En el día del 30 de Agosto de 2013 se publicaron en el sitio del INE los anexos del Informe de la Comisión Revisora del Censo (link aquí). Si bien no aparecen nuevas conclusiones en los antecedentes que presentan los anexos, se manifiestan con mucha mayor claridad los elementos que llevaron a la Comisión a obtener las conclusiones que comentábamos en la entrada sobre este tema.

En una revisión muy preliminar, los anexos tienen más de 1.000 páginas, destacan al menos las siguientes situaciones:

Del análisis realizado por la comisión, tanto de las tabulaciones recibidas por el trabajo supervisado por Lenin Aguinaga de CELADE como de las muestras, se pudo concluir que no se puede llegar de manera precisa a la BASE 0, deshaciendo el proceso de fase previa a partir de las bases actualmente disponibles en el INE. Es decir, en el INE no se ha logrado reconstruir todo el proceso de chequeo de consistencia y correcciones por no respuesta, pues el proceso no había sido plenamente documentado, y se habían “pisado” versiones sucesivas de las bases. por lo tanto, no existe una manera confiable y documentada de aseverar que se cuenta con una base de datos de la población efectivamente censada aún cuando la comisión estimó que los números de personas podrían no variar de manera significativa. Esto adquiere relevancia por cuanto la Comisión pudo constatar que en la fase previa, se introdujeron correcciones por no respuesta en las variables que no quedaron registradas en el informe realizado de manera ex post (página 67)

Según el informe elaborado por INE, un meta de gestión del año 2012 era capacitar el 100% del personal contratado por el proyecto Censo. Sin embargo, “en la práctica se observa que no fue capacitado el 100% de los funcionarios que se desempeñaron en el proyecto”, en cambio, “solo fue posible evidenciar que el personal capacitado fue un 73,62% (11.472 personas) de las 15.583 personas contratadas al mes de julio 2012”. Respecto del 26,38% restante del personal que participó en el censo, en su informe INE dice no contar con registros de la capacitación de estas personas, lo que indicaría que no recibieron la capacitación de 5 días con una evaluación final contemplada para el proyecto, sino que podrían haber recibido una capacitación sin la evaluación final y con un tiempo de desarrollo menor (página 158)

Las citas anteriores, supongo, no requieren comentario.

Lo que sí requiere comentario son algunas de las declaraciones de Francisco Labbé, ex-director del INE. que están registradas en la Comisión, Labbé declara que hay muy pocos especialistas técnicos en Censos en Chile y que las personas que excluyó no lo eran, aún cuando por más artesanales que fueran mal que mal se habían logrado realizar varios de ellos en nuestro país (página 182). Ahora, el caso es que el mismo Labbé muestra en sus declaraciones que tampoco él era un experto al respecto. Porque si la decisión de cambiar a un censo de derecho, y la mera existencia de censos de derecho, fue algo que Labbé sólo conoció una vez que entró a Internet a investigar y merced a algunas conversaciones (página 176), entonces de eso se sigue que no manejaba esa información previamente. Por cierto no hay problema alguno en no contar con información, y obtenerla, pero alguien que es experto debiera ya saber cosas de antemano.  Si Labbé se defiende atacando a otros por falta de expertise, algo con lo cual también atacó a la Comisión, debiera partir reconociendo su propia ignorancia. Pero bueno, esperar eso quizás es demasiado.

En cualquier caso, más de 1.000 páginas o no, es un documento a leer para toda persona que usa cifras y números de estudios en Chile.

A Propósito del Informe de la Comisión Revisora del Censo

9,3% de omisión general de población, cifras que es bastante superior en algunas comunas y grupos de edad; inconsistencias en el número de viviendas en varias comunas; un 12,3% de viviendas desocupadas, cifra muy superior al de censos anteriores. Todo ello, entre otras muchas otras cosas, amerita a ojos de la Comisión Externa Revisora la necesidad de hacer el censo de nuevo el 2015 (ver el informe aquí).

Esos son los resultados. De particular interés es la descripción del proceso del Censo que realiza la comisión, porque es de los múltiples errores cometidos durante ese proceso que se generaron los resultados ya mencionados. Los principales errores se pueden clasificar en dos grupos que procederemos a analizar a continuación:

A) Errores asociados a la implementación del Diseño. Cambiar de un censo de hecho a un censo de derecho no es un error, como lo muestra con claridad el mayor número de países que realiza este tipo de censo en años recientes. Lo que sí es un error es realizar ese cambio sin realizar las acciones que la hacen posible y sin tomar en cuenta la complejidad que el cambio involucra. En última instancia, fue una actitud de no hacerse cargo de las decisiones. Veamos algunos de los problemas de esta área:

  • Tomar la decisión de cambiar de tipo de Censo cuando el proceso de éste ya se encuentra en curso. Esto ya es problemático, pero lo es más el que no se adapten las actividades ya realizadas al nuevo estándar. Por ejemplo, si bien el Censo contó con pilotos, no se realizó uno para validar los procedimientos después del cambio de la decisión a un censo de derecho.
  • No cambiar la programación de validación del censo, basado en uno de hecho, a la nueva situación, con el resultado que no contamos todavía con una base plenamente consistente.
  • No tomar en serio las necesidades de recursos requeridos para hacer un censo de derecho. Sobre la estimación inicial de costos, la Dirección pidió 800 millones menos. Y ante el hecho que la estimación inicial estuvo bajo lo necesario, en vez de buscar nuevos recursos se toman decisiones como trabajar con un número menor de encuestadores.

B) Errores asociados a la implementación del Terreno. La última consideración nos empieza a dirigir del diseño al terreno. En este ámbito aparecen varios problemas graves que además, muchos de ellos, eran de fácil solución o resultaban previsibles.

  • El hecho de pagar al encuestador por día y no por encuesta realizada, esta última la práctica habitual en las empresas de encuestas, puede que haya resultado inevitable -dado como funciona el Estado-. El hecho de no reforzar la supervisión para resolver los problemas esperables dada esa situación sí constituye un claro error.
  • Establecer que el estado de vivienda desocupada no requería nueva visita, mientras que ocupada sin moradores requería 3 visitas corresponde a un error; cuando el incentivo del encuestador -que recordemos era pagado por día y no por encuesta- era claramente a declarar como desocupada toda vivienda en que no encontrara alguien que respondiera.
  • Falta de dirección frente a los problemas encontrados. Durante el desarrollo del Censo, al aparecer el problema de entrevistas no logradas, la dirección se reduce a plantear que se realicen todos los esfuerzos posibles. Pero no hay protocolos, instrucciones o recopilación de buenas prácticas que provengan desde la dirección, sino que cada equipo regional opero por su cuenta.
  • Los horarios en que se realizaron las encuestas correspondió a un horario laboral, contra la práctica habitual de terreno, Y dado que ese horario es más probable que no se encuentren personas en el hogar, esto claramente ayuda al problema de casos no logrados.
  • Los problemas de terreno también incluyeron una alta rotación de entrevistadores. Esto suele generar problemas logísticos en el terreno, y en este caso en particular implicó que cerca un 27% de los entrevistadores tuviera problemas de capacitación.

Todos los problemas anteriores son relevantes y afectan el contar con un buen censo. Y todo esto sin entrar siquiera en otros problemas, como cuestionario, o la decisión -invento de la dirección del INE de ese momento- de estimar el número de viviendas no censadas y proceder a ‘poblarlas’ de personas e incluir esto en las cifras oficiales. Sin entrar en los problemas de resultados e imputaciones, ya nos encontramos con problemas muy graves.

Dada la centralidad del Censo en la generación de estadísticas sobre la realidad nacional, y su relevancia en generar marcos muestrales para buena parte de los estudios del sistema estadístico nacional, sí parece ser necesario seguir la recomendación de la Comisión.

Siguendo con el Censo

La situación sobre el Censo que discutíamos en un post anterior tuvo resolución ese mismo día en el sentido de la renuncia del director del INE -con investigación del Ministerio Público. Teniendo director nuevo y habiendo tomando algunas decisiones, uno puede proceder a observar que lo que está pasando con el INE. El domingo apareció una nota en La Tercera sobre el tema y lo que uno puede sacar en limpio es:

  • Al parecer la base para realizar ajustes y estimaciones existe y estaría en condiciones adecuadas. Los 15.8 millones de cuestionarios lo permitirían.
  • Se revisará cómo se hicieron las estimaciones a partir de la información existente, porque todavía no hay claridad de cómo se hicieron. Por lo menos uno debiera esperar que las estimaciones cambiaran, y hay promesa que lo que es estimado será así claramente mencionado.

En general, el nuevo director parece serio y las medidas de auditoria (interna y externa) también parecen bien encaminadas.

Sin embargo (siempre hay un sin embargo) tenemos lo siguiente:

También está en revisión la cobertura real del último censo y su tasa de omisión, que se situó en torno a 1,5%. Todo indica, señalan Flores y Coeymans, que si se contabilizaron personas estimadas como personas censadas, esa cifra ya no corre. Sobre la noción de que si hubo 800 mil personas estimadas sobre un total de 16.600.000, esa tasa de omisión podría ser más cercana a 5%, no se pronuncian, pero sí manifiestan que sigue siendo “una buena muestra de la población”, muy representativa.

“Una muestra en que se levantó el 95% de la población nos entrega una certeza (de la realidad del país). Esto, porque se puede presumir que ese 5%, la tasa de omisión que no encuestaste, al ser aleatorio, no tiene un comportamiento tan distinto con el resto del 95% de la población censada”, señala Flores (ver entrevista página 6). En el Censo 2002 la tasa de omisión alcanzó el 3,8%.

Lamentablemente no es tan claro. Una tasa del 95% de cobertura suena muy bien, y ¿como podrían estar tan descaminados los datos? Pero precisamente el tema es si la omisión es aleatoria. No es claro que ella lo sea. Y la hipótesis de una no aleatoriedad de la atrición debiera al menos ser tomada en serio.

En el censo, cada casa fue visitada varias veces. Lo mismo que en una encuesta normal, sólo que más acucioso. Ahora, la probabilidad de encontrar a una persona en un hogar no es igual ente todos los hogares. Precisamente por eso se visita varias veces. Ahora, los hogares que no pudieron ser censados a pesar de varias visitas probablemente son distintos -al menos tienen mayor probabilidad que no se encuentre nadie en el hogar. Hogares de una sola persona, o donde todos trabajan, u hogares más jóvenes (presumiblemente más propensos a salir) etc. Bien se sabe en encuestas que hay segmentos que son más difíciles de encontrar que otros.

Lo anterior ocurre bastante menos en un censo de hecho (si es que los patrones de atrición de esos censos son los que están usando y estos se estimaron como no aleatorios). Esto porque la instrucción a la ciudadanía era a no abandonar sus hogares -y eso en general se cumplía. Por lo que incluso un hogar en el que habitualmente no se encuentra persona alguna, de todas formas tenía el día del censo a sus personas presentes.

Tengo la impresión que otras posibles causas de atrición no aleatoria no serían relevantes -pero es sólo una impresión. La dificultad de encontrar el hogar en zonas de difícil acceso, por ejemplo algunas rurales, no sé si sea relevante. A los censistas, al parecer, se les pagaba por día, así que usar todo un día para encontrar una vivienda censada (por ejemplo) no debiera ser mayor problema -y nuevamente si había que visitarla de nuevo. Si las personas de viviendas rurales tienden a estar fuera de sus hogares (en sus labores por ejemplo) eso podría afectar, pero ese era el tema que mencionábamos con anterioridad. Eso sí, es probable que los niveles de atrición no sean homogéneos a lo largo del país, y que a niveles comunales existan varias con atriciones muy superiores.

Otra causa posible es que existan segmentos que tengan una menor disposición a contestar el censo, que se resistan a él (y que por ello no contestaron). Si esto ocurre claramente produce un sesgo, pero no tengo evidencias que eso ocurra. De hecho, la circunstancia que fuera común que los no censados reclamaran hablaría en contra -pero eso tampoco es evidencia concluyente.

En cualquier caso, existe una probabilidad de atrición no completamente aleatoria y debiera ser trabajado.

Más aún, hay dos tipos de procesos de atrición no completamente aleatorios. El primero es atrición aleatoria (missing at random) en la cual la atrición no depende de la variable que estamos midiendo, aun cuando puede depender de otra variable. Supongamos que estamos midiendo desempleo y el hecho de estar desempleado no afecta la atrición, pero podría estar afectada por sexo (los hombres responden menos). Pero como no está asociado a la variable, el sesgo puede ser solucionado por otras formas (digamos ponderación, dado que los hombres que responden son iguales a los que no responden). El segundo es atrición no ignorable, en la cual la probabilidad de la atrición depende de lo que estamos midiendo, y por lo tanto ya no es solucionable con ponderación -sino que se requieren modelamientos más complejos. Ahora en el caso del censo, incluso suponiendo que estamos ante atrición aleatoria (i.e los hombres tienden a responder menos que las mujeres, y recordemos que al parecer habrían 200.000 hombres menos) el ajuste no es sencillo -precisamente porque es el censo el que usamos para calibrar otros datos.

Qué es lo que habría que hacer para detectar y solucionar los posibles sesgos que tenga la atrición del Censo no es algo que con la información que tenemos disponible en la actualidad se pueda determinar. Si podemos plantear, en todo caso, que la realización de un trabajo de campo (ya sea re-encuastaje o derechamente otro estudio) sobre las viviendas habitadas sin moradores podría resultar adecuado.

 

NOTA. Y este fue el post 300 de este blog. No deja de ser un hito supongo.

La Situación del Censo

Una cosa son las discusiones metodológicas (digamos el cambio de censo de hecho a uno de derecho), en el que siempre se pueden tener controversias; y otra cosa también es que siempre en las mediciones hay problemas. Creo que lo del Censo supera ambas cosas.

La entrevista a Mariana Alcérreca en CIPER es bien devastadora:

En primer lugar. porque revela temas de incompetencia bien importantes. Por ejemplo, en lo relativo al cálculo de la fecundidad. Me llamó la atención que la cifra de fecundidad fuera un promedio de hijos por mujer en edad fértil (revisar página 16 de la síntesis en el sitio del censo). Yo algo había escuchado que en realidad es un número estimado (dado que, por ejemplo, las mujeres en edad fértil no han tenido todos los hijos que tendrán). Pero, bueno, no siendo  especialista en el tema quizás estaba mal. En la entrevista se plantea que:

La tasa de fecundidad: la calcularon simplemente tomando el total de hijos y el total de mujeres en edad fértil, y lo dividieron, por desconocimiento de cómo se calcula y por no preguntar a la gente de Demografía. Y ese cálculo erróneo lo hizo el propio director. Y lo sé porque a la semana, en una reunión con el equipo de Demografía, cuando nos dicen por qué hay un error y cómo se calcula la tasa de fecundidad –que se calcula desde las estadísticas vitales- el director dijo que la cifra entregada la había calculado él mismo. La filtración la hizo alguien que tuvo acceso al documento de síntesis de los resultados que se iba a entregar al día siguiente. Allí estaba la errónea tasa de fecundidad que después debió corregirse, al igual que las otras cifras con errores.

En segundo lugar, porque hay elementos directos de manipulación. En la entrevista hay varios así que sólo presentaré el que me parece más impresentable porque implica manipulación directa de datos. Incluso el tema relativo a la diferencia entre los 5.800.000 censados y 6.600.000 estimados podría achacarse, si uno tuviera buena voluntad, a un tema de comunicación y a un deseo de no complicar la difusión con detalles que nadie entiende. Pero lo siguiente no tiene esa excusa:

Finalmente, el director hace un viaje a Arica a mediados de marzo y el jefe del Censo, Eduardo Carrasco, se sienta conmigo y me dice: “Mariana, tengo un problema, con la base de datos estoy llegando a 16 millones 300 mil”. Le respondo que es grave porque cómo vamos a llegar a menos población que la que dijimos en agosto. ¡Imposible! “La diferencia la hacen esas personas de aquellas viviendas con moradores ausentes que estimamos en la primera vez”, agrega. ¿El director sabe?, le pregunto. “No”, dice. El director llega al día siguiente. Me voy a su oficina y le digo lo que pasa. De inmediato Labbé llama a Eduardo Carrasco. Y escucho que le dice: “Pero esto hay que arreglarlo, tienen que ser más, agrega la población”

De hecho, el tema del ocultamiento de información, primero frente a los propios equipos del INE, luego en relación incluso a la Presidencia también es muy notorio en la entrevista.

En aras de presentar cifras que avalaran la idea que estábamos frente al mejor censo de la historia se esconden varios antecedentes que muestran problemas relevantes. Nuevamente el punto no es que el Censo tuviera problemas -con cambio de metodología se pueden esperar algunos-, el tema es cómo se manipula la información.

Por ejemplo, en relación a la cobertura:

El dato de cobertura de viviendas no mide la calidad de un Censo. Según todos los papers internacionales lo que mide la calidad de un censo es la omisión de población, no de viviendas, porque uno no tiene ningún dato que le permita decir con exactitud cuántas viviendas hay. Como se habló de una cobertura del 98% de las viviendas, a partir de ahí el director y sus asesores empiezan a hablar del “mejor Censo de la historia de Chile”, porque la información que existe de los censos anteriores te hablaba de coberturas menores.

Pero la realidad de la omisión puede ser bastante más preocupante:.

Ese documento lo conoce todo el equipo de Demografía y el director. Por lo que sé, este demógrafo no tuvo acceso tampoco a la base completa del Censo, le pasaron solamente la parte demográfica. Entonces, él asumió que los 16 millones 600 mil que le estaban reportando, era población censada [y no que era un dato estimado]. Incluso así estimó la omisión en un 4,8%

En otras palabras, esto implica que ya se salió del ámbito normal de las dificultades y problemas de la medición social, que siempre es compleja. Estamos ante otra cosa.

Dada la relevancia del Censo como información y como generadora de información (los marcos muestrales de muchos estudios provienen de él, y espero que esto no se haya visto afectados -al menos la información que se sabe hasta ahora nada indican al respecto, pero no sabemos que puede aparecer mañana), como mínimo alguna auditoría externa sería necesaria.

PS 1. Si es sociólogo o en general usa datos de mediciones sociales, lea la entrevista.

PS2. Si hace clases de metodología, haga leer la entrevista a sus alumnos.