Impresiones del 8º Congreso de Sociología en La Serena

Habiendo llegado recién del Congreso de Sociología será interesante declarar algunas de las impresiones de lo que pude ver del Congreso. Por cierto, sólo comentó las ponencias que a mí me resultaron interesantes –hay varias que, siendo buenas en sí mismas, a mí no me llamaron la atención.

Miércoles 22 de Octubre.

Las primeras sesiones que asistí fueron del GT 25 de Trabajo. El estudio de Pamela Caro sobre trabajadores migrantes en dos valles vitivinícolas (uno en Mendoza y Casablanca) mostró como dos situaciones que pueden parecer similares (trabajadores migrantes precarios) en realidad son muy distintos. En el valle de Mendoza tenemos inmigración internacional de familias, que se mueven itinerantemente de valle en valle; en Casablanca tenemos inmigración nacional más bien individual, y las personas tienden a quedarse en Casablanca.

Luego fui al Panel organizado por el COES sobre redes sociales y cohesión –que fue uno de los puntos altos del Congreso creo. Expuso Gabriel Otero de la UDP mostrando los conceptos fundamentales de teoría de redes. Luego Oscar Vásquez del DII de la U de Santiago mostrando sus intentos de formalizar los experimentos de grados de separación de Milgram, usando nociones de esfuerzo y de incentivo, y elementos de la teoría de agente-principal. Se veía interesante –aunque no sé cuanto entendieran quienes no conocen del tema, no tanto por las matemáticas sino por la falta de contexto del problema. Luego Felipe Link de la PUC que mostró un estudio muy bien hecho sobre redes personales en sectores populares del Gran Santiago. Todo en la presentación estuvo perfecto creo. El resultado es uno que ya ha aparecido en otros estudios, mostrando que las redes de sectores populares son muy densas y locales, pero con poca ‘salida’ a la ciudad como tal. Refuerza, profundiza y hace avanzar nuestro conocimiento al respecto. Finalmente Alfredo Joignant habló del cierre del campo político, donde al parecer está desarrollando una aproximación más general a los distintos capitales sociales. Pero habrá que esperar al libro para evaluar mejor estas ideas.

Jueves 23 de Octubre

El día lo inicié en el GT 11 de Malestar. Aquí hay que decir que la discusión posterior a las exposiciones estuvo particularmente interesante. Valentina Olivares expuso una aproximación freudiana al tema del malestar, Carla Azócar de la U de Chile habló de la relación del malestar con la salud mental, y se expuso una investigación de la U de Concepción, donde en principio exponía Bernando Castro, pero finalmente expuso otra persona del equipo de investigación, sobre construcción de la desconfianza. La discusión se centro en cómo se relaciona el malestar con declaraciones de bienestar (tenemos señales, por ejemplo, de malestar individual en salud mental, ¿cómo ello se relaciona con el hecho que las personas declaran estar satisfechas? ¿Qué pasa ahí?); en la construcción política del malestar (uno de los asistentes, que es parte junto a Azócar del grupo de Mayol, habló de una expresión espasmódica del malestar, precisamente por cómo se organiza la subjetividad); y de la relación del Estado con el malestar (las personas ‘piden’ Estado, pero al mismo tiempo hay expresiones de rechazo a él). Una mañana productiva creo.

A medio día fui al GT 15 de Ciencia y Tecnología. Siendo una especialización relativamente nueva, hay que decir que este campo está bastante bien en Chile al parecer. No fui, pero me comentaron varias veces, a una exposición de Claudio Ramos sobre las redes y obra de Brunner, Moulián y Morandé que parece estuvo brillante –pero Ramos siempre trabaja bien hay que decirlo. El día jueves Gabriel Otero nos mostró dos ‘ideales’ de formas de trabajo sociológico que están en juego en la actualidad en la academia, y cómo ellos han ido variando: El paso del modo tradicional –quien escribe libros sobre la situación general del país y se relaciona con la política- a un modo profesional (no me gusta mucho usar esa palabra, pero bueno hay que usar una para describir al fenómeno) –de quien escribe papers ISI sobre temas específicos y ya sin relación con la política. Jorge Gibert nos mostró las redes de colaboración en dos disciplinas –Bioquímica y Ciencias de la Información- y sus variaciones (Bioquímica con redes más integradas y con núcleos de colaboración más grandes) y el impacto de esas variaciones en la productividad. Alejandro Espinoza mostró un estudio también de redes de colaboración pero en este caso en Astronomía en Chile. Los resultados era muy distintos de la ponencia anterior, pero creo que esto se debe en parte a la diferencia metodológica (Gibert examino redes de personas, Espinoza redes de papers). José Coloma expuso un estudio sobre redes de co-ocurrencia de palabras en la investigación de la UFRO para identificar áreas temáticas de investigación, más allá de lo disciplinar. Como la metodología me podría ser útil para algunas cosas que quiero hacer me pareció muy interesante. Carolina Pinto presentó un estudio de entrevistas sobre estudiantes de postgrado y nos enfatizó la continua relevancia de la homogamia universitaria (i.e hacen clases en la U X quienes estudiaron en dicha U).

Finalmente, fui al GT 24 de Sociología del Individuo. Aquí, siendo un grupo muy variopinto, me llamaron mucho la atención en particular dos estudios. El primero presentado por Karol Morales de la U Valpo sobre las formas en que desde la política pública se piensa a los beneficiarios. Primero que son vistos como trapecistas (pensé inicialmente que era un nombre que le puso el equipo investigador pero después mostraron que el nombre se usa efectivamente en los mismos documentos oficiales) –o sea quienes se pueden arriesgar y aprovechar oportunidades porque la política pública les entrega una malla de seguridad si fracasan en esos riesgos. Felipe Acuña expuso sobre subjetividad de profesores, y mostró una metodología muy interesante para poder hacer explícitas elementos que pueden estar menos elaborados (para lograr hacer visible lo inédito viable usando conceptos de Freire). El uso de metáforas, lo que él llamo temas generadores (que se refieren a cómo te aproximas a problemas que debes resolver), un estudio en fases (primero haces un focus más normal, luego presentas al grupo lo que resulta del focus para ir más allá de esas impresiones). Las ponencias no descritas no lo son porque no fueran de calidad (por ejemplo Oriana Bernasconi presentó un estudio sobre una incubadora de emprendedores muy bueno pero como el tema no me interesa tanto no profundizo en él).

Viernes 24 de Octubre

En la mañana fui al GT 12 de Metodología (donde expuse, pero obviamente no hablaré de mi exposición). Luego Emmanuelle Barozet (U de Chile) y Oscar McClure (U de Los Lagos) nos presentaron la metodología de juegos que han usado en el marco de sus estudios de desigualdad. Un juego de clasificación (a las personas se les presentan una serie de cartas donde hay personas concretas que deben agrupar, y como lo hacen en grupo además deben hacer jugar y validar sus criterios), un juego de personaje desconocido (orientado a descubrir que criterios usan las personas para identificar socialmente a las personas) y el juego del dictador (en que una persona distribuye pesos ficticios entre varios personajes que sirve para descubrir orientaciones sobre desigualdad). Muy interesante. Luego Salvador Vargas nos mostró como logró validar un indicador de desafección política usando LAPOP, y bueno, otra muestra más de cómo el trabajo metodológico es siempre complejo cuando uno se la toma en serio. Hector Mora de Temuco hizo una presentación sobre las retóricas científicas, y en particular sobre las retóricas de la objetividad: Cómo para presentar datos los investigadores muchas veces eligen (y sobreusan) una presentación objetivizante, que en realidad no da cuenta de lo que están haciendo. Algunos de los ejemplos –de cosas publicadas o presentadas- eran bien claros en las exageraciones del estilo objetivizante (unos gráficos bien horribles a decir verdad). Me gustó el grupo a decir verdad.

A media mañana fui al GT 5 de Emplazamientos a la Sociología (que en realidad, lo mencionaron los co-ordinadores del grupo ocupa un poco la posición de ‘varios’). Primero expuso Nicolás Sanhueza de la UAH sobre la teoría de la actor-red, lo que produjo un debate bien interesante sobre Latour (en todo caso, tengo la impresión que Bernasconi está creando escuela al respecto en la UAH). Luego Adela Bork de la U de Valparaíso sobre como nuestras prácticas de enseñanza y académicas disciplinan y cierran más que permitirnos estar abiertos a lo que sucede en la sociedad. Finalmente Felipe Rivera de la UCEN más que nada nos anunció un tema –el de Big Data, el que creo muy central para entender lo que se nos viene: Es efectivamente un emplazamiento, algo que hacen otros que pone en juego lo que la Sociologìa tiene que decir. Pero, como él mismo dijo, es el inicio de una reflexión.

Finalmente estuve en el GT 25 de Trabajo, porque también me tocaba exponer (y de nuevo no diré nada de mi exposición). Las dos ponencias de mayor interés, y las que generaron mayor debate fueron las siguientes: Maureen Berho de la UDP expuso sobre los seguros de cesantía y como afectan la subjetividad –que tuvo el siempre bienvenido hecho y actitud de decir, bueno una de nuestras hipótesis no funcionó, aunque al menos estás otras sí lo hicieron. En cualquier caso un estudio bien serio multinivel comparativo a nivel global. Alexander Páez de la Fundación Sol expuso sobre el endeudamiento y su relación con el mundo laboral. Básicamente la idea es que los niveles de endeudamiento no se explican por factores individuales (que son consumistas etc.) sino por el tema de bajos salarios (que en los últimos años no han seguido el aumento de la productividad) que hace que muchos no puedan enfrentar sus gastos cotidianos con sus sueldos y requieran el uso del crédito.

Y todo concluyó con una conferencia de Cristián Bellei sobre, finalmente, como se ejerce el oficio del sociólogo en Chile –que estuvo bien interesante a decir verdad. Pero como en realidad estas charlas finales no reflejan lo que sucede en el Congreso lo dejaremos fuera de nuestro reporte.

Del sesgo de la encuesta CEP y de cómo analizar datos sesgados

Que la reciente encuesta CEP (ver aquí resultados) tiene sesgo en sus preguntas, y en particular en las de educación, es tan evidente que en menos de un día desde su presentación ha quedado, en cierta medida, establecido como un hecho.

El sesgo de las preguntas.

Y si alguien quisiera que esa percepción de sesgo se argumentara, bastaría con hacer notar que no es procedente hacer preguntas dónde a una opción se le da en la forma de pregunta una razón para elegirla y a la otra no. Es la forma más obvia de sesgo. Tampoco corresponde, en general, hacer preguntas cuyas alternativas no cubren todas las posibles respuestas.

Dados esos lineamientos generales preguntas y alternativas como las siguientes claramente no resultan preguntas aceptables (para decirlo de forma clara: son el tipo de preguntas que si las presentara un alumno en un curso de metodología harían que su trabajo fuera reprobado)

¿Qué le parece que los colegios particulares subvencionados, además de entregar educación, generen ganancias a sus dueños? Alternativas:

  1. Le parece mal que se obtengan ganancias y debiera estar prohibido por completo
  2. Le parece bien, siempre y cuando tengan un nivel educacional bueno y los padres estén informados

¿Cree Ud. que es bueno que los padres puedan complementar el subsidio educacional que otorga el Estado a través de un copago (pagando matricula y/o colegiatura) para mejorar la educación de sus hijos, o Ud. cree que esto debiera estar prohibido? Alternativas:

  1. Es bueno que  los padres puedan complementar el subsidio
  2. Debiera estar prohibido que los padres puedan complementar el subsidio

A los sesgos de las preguntas hay que sumar los sesgos de la interpretación. Por ejemplo,  ayer 14 La Segunda tuvo como titular que el 63% apoyaba que el Gobierno negociara con la oposición. Lo que la población respondió fue: Me gustaría que se tratara de llegar a acuerdos entre las coaliciones políticas antes de la votación en el Congreso. Ahora bien, ¿es la oposición equivalente a lo anterior? (¿es la oposición, léase Alianza, la única coalición con la que hay que discutir?) Más aún, pensando en posibles interpretaciones políticas, eso no es necesariamente un apoyo a democracia de los acuerdos. Más aún, eligió en un 63% esa respuesta frente a la alternativa de ‘Me gustaría que se impusiera el programa de gobierno sin consideración de la minoría en el Congreso’.

O pensemos en preguntas específicas. Por ejemplo la pregunta sobre selección académica: ¿Está usted de acuerdo o en desacuerdo con que los liceos de excelencia del país, como el Instituto Nacional, seleccionen a sus alumnos a través de pruebas de admisión? Ahora bien el 54% está de acuerdo con ello. De eso no se sigue que en general estén de acuerdo con la selección académica -la pregunta ex profeso fue sobre liceos de excelencia. O la pregunta sobre si las universidades deben ser gratuitas para todos o sólo para estudiantes de menos recursos. Un 57% declaró que las universidades debieran ser gratuitas para quienes tienen menos recursos. Ahora bien, ¿quienes son, para la población, los estudiantes de menos recursos? No es claro que esa frase les diga lo mismo a quienes respondieron la encuesta que a la élite que lo interprete.

Quizás lo más central es lo siguiente: El rechazo a la reforma como presentada, y a sus principios, no es igual a la aceptación del status quo (o incluso, de preferir sólo cambios leves). Las personas pueden desear cambios muy importantes a pesar que no les convenza la reforma actual y sus parámetros.

 

¿Cómo se puede usar los datos del CEP?

Una vez establecido que las preguntas son sesgadas, ¿se sigue de ello que la información que entrega la encuesta no es usable? Creo que la respuesta a lo anterior es negativa, y que la información de la encuesta puede usarse con provecho.

Primero porque las respuestas a una pregunta de encuesta son, indefectiblemente, respuestas a una pregunta de encuesta. No hay tal cosa como la expresión de la opinión real de las personas a través de estas preguntas. Las personas siempre eligen entre alternativas ya dadas a una pregunta ya dada. Tampoco es que ello ‘distorsione’ la opinión, porque eso implicaría que hay tal cosa como una actitud establecida distinta del hecho de responder a cuestiones en una conversación. Si preguntadas de tal forma responden X y preguntadas de esta otra forma responden Y, ambos son datos importantes para entender el proceso social. Al fin y al cabo, en la vida social sucede que se nos plantean preguntas dadas con alternativas pre-existentes, y no por estar dadas dejan de tener efectos sociales reales. Luego, si bien las preguntas están mal planteadas representan un hecho real: Es lo que la gente piensa cuando se le presentan alternativas tan sesgadas como esas.

Segundo porque si uno tiene conciencia de lo anterior, entonces es posible interpretar mejor los resultados y efectivamente encontrar un mejor uso de ellos. En otras palabras, si en vez de hacer una lectura inmediata tomo en cuenta que estamos ante respuestas específicas dadas en una situación concreta los datos me permiten entender algo de lo que sucede en Chile. Los resultados de las preguntas son resultados ‘exactos’ a condición que los analicemos en lo que son exactos (como respuestas a esa pregunta), al salirnos de ello pierden esa ‘exactitud’.

Una vez dicho lo anterior, entonces ¿que nos dice la encuesta?

  • Es un hecho real de la sociedad chilena que, presentadas alternativas sesgadas como lo hizo la encuesta, la mayoría de los chilenos rechaza eliminar la selección y el copago. Para todo aquél que le interese influenciar los términos del debate, eso es una información muy relevante.
  • Es un hecho también que frente a alternativas y preguntas sesgadas entre un 35% y un 40% de la población responde en cada pregunta a favor de un cambio radical: Por ejemplo un 37% piensa que el copago debiera estar prohibido incluso sí se le dice que es para mejorar la educación de sus hijos. Ese es un núcleo duro.
  • Es un hecho, anómalo en el contexto de la encuesta y en el contexto histórico de Chile, que un 41% de la población declare que ‘Es bueno que la educación sea entregada por el Estado solamente, para que todos reciban la misma educación’. Va en la misma lógica de un núcleo duro importante a favor de cambios muy radicales (de hecho, más radicales de lo que cualquiera ha planteado)
  • Es un hecho que la respuesta de las persona varía de acuerdo a las consideraciones que se pongan explícitas. La situación de las dos preguntas de selección es interesante. El CEP (y esto es un acierto de la encuesta, reconozcamos lo que está bien hecho) diferenció la selección por proyecto educativo y la selección académica y encontró resultados dispares. La selección académica, si es que además se plantea en relación a liceos de excelencia, es aceptada (54%) pero en relación a proyecto educativo no es aceptada (55% en desacuerdo). Si la CEP hubiera hecho un juego similar en otras preguntas hubiera sido de interés.
  • Es un hecho que las personas prefieren colegios de estatus socioeconómico similar: Prefiero que mis hijos vayan a colegios con sus ‘iguales’ a qué estén en colegios con ‘distintos’. Una posible interpretación es que el miedo a juntarse con ‘los de más abajo’ es mayor que la posibilidad de ‘mejora’ por compartir con ‘los de más arriba’. En una sociedad altamente segregada en general no es raro que eso se siga valorando en el colegio. Ahora bien, la pregunta es comparada (se realizó también el 2006, por lo que no es un problema de este cuestionario) y nos muestra una disminución leve de esa preferencia. Sí se quiere, ese es el núcleo duro contra la reforma (del mismo modo que ya vimos algo del núcleo duro a favor de cambios).

Para calibrar los datos sería bueno disponer de las bases (el CEP no las ha liberado al momento de escribir estas líneas) y quizás sería excelente poder disponer de una encuesta con el sesgo contrario: Que buscara respuestas pro-reforma. Al tener los efectos de dos sesgos distintos podemos calibrar la variación de las respuestas de acuerdo a las consideraciones que cada pregunta instala.

Las necesidades generales de conocimiento en la vida social y la dimensión objetual (IV)

(NOTA: Esta entrada continúa la anterior en la serie sobre investigación cuantitativa, y la habíamos dejado en la conclusión que hay dimensiones que son inherentemente objetuales de la vida social. En esta última entrada de la serie procedemos a hacer unos comentarios a este respecto).

El carácter ineludible de estas dimensiones objetuales nos hace ver que en todo espacio de la vida social existen elementos que no cabe analizarlos ni estudiarlos solamente a través del sentido. Luego en toda vida social hay un espacio para una investigación objetual, lo que se ha convertido usualmente en investigaciones cuantitativas.

A propósito de este espacio resulta menester realizar algunas observaciones que ayudarán a entender mejor el argumento:

(1) La base de la dimensión objetual es una distancia entre el significado de las acciones y sus variadas realizaciones. Es por ello que sólo a través del medio del sentido no es posible garantizar la adecuación de la información. Esto impele a buscar otras fuentes de información al respecto. Ahora, esas fuentes requieren, para poder ser usadas como conocimiento, pasar a través del medio del sentido (i.e las intuiciones requieren categorías para ser inteligibles usando las categorías de Kant, o para mencionar otra conceptualización, que el medio del sentido es universal e no es posible acceder al no-sentido, como lo plantea Luhmann). Pero si no se puede acceder a estos elementos más que a través de un medio que necesariamente implica una distancia con ese elemento quiere decir que este tipo de conocimiento es necesariamente incompleto e incierto. Todo lo que tenemos es nuestra opinión (individual) y nuestra conversación (colectiva) sin forma de poder establecer con certeza si dicho conocimiento es adecuado. Es importante no olvidar la centralidad de este concepto de distancia porque él resulta imposible de cerrar: la búsqueda de información objetual es una forma de enfrentarse a ello pero no es una forma de cerrar ese espacio.

(2) La búsqueda de elementos que den cuenta de lo que está más allá del sólo sentido requiere en última instancia observaciones de esas objetivaciones. La indagación de esa objetivación no requiere, como tal, técnicas explícita y formalmente cuantitativas. Pensemos en el ejemplo de la amistad que hemos examinado: para obtener información sobre si tales personas se comportan como amigos se requiere una serie de observaciones, pero no necesariamente una cuantificación de ella. Incluso, aunque la observación puede ser la última ratio de este tipo de información, el caso es que en múltiples ocasiones no será necesario llegar a ella. Bien podemos quedarnos solamente con información obtenida a través de conversaciones con sujetos -o sea, directamente a través del sentido. De hecho, dado que estos temas interesan a los agentes será posible presumir que efectivamente contarán con representaciones al respecto, que están disponibles para los agentes que las busquen. Incluso, se podría argüir que, aunque nada puede garantizar su corrección, dado ese interés de los agentes es plausible que en muchas ocasiones de hecho esa información ya disponible, y accesible mediante sólo el medio de sentido, será relativamente correcto para los fines de los agentes. Lo crucial es que sólo usando el sentido no se puede evaluar dicha corrección -lo que sí es posible para otras dimensiones como vimos con anterioridad. La dimensión objetual entrega una base para explicar el uso de herramientas cuantitativas pero no exige que ellas sean las formas efectivamente usadas para obtener este tipo de información

(3) Del hecho que el medio del sentido sea omnipresente en la vida social y que las dimensiones objetuales de la vida social sean producidas por la interacción significativa, no cabe deducir, como lo hacen algunos, que la investigación cuantitativa sea secundaria o, incluso, limitada sólo a establecer distribuciones de las categorías de sentido. Porque es posible que algunas de las reglas que se encuentren en un análisis objetual dependen sólo generalmente del sentido (i.e sólo requieran que sean agentes que usen ese medio); y se apliquen de forma invariante a cualquiera de ellos- Pensemos en la pregunta sobre que le sucede a los agentes con muchos amigos. Puede que algo de las respuestas depende del significado particular que en un contexto social dado tenga ese concepto, pero es también posible que algunas de estas respuestas se aplican generalmente (que sean cosas que les pasan a todos los que tienen muchas relaciones, sin importar de qué tipo de relación estamos hablando). El que el sentido esté siempre presente no implica que todo sea sentido, ni que todo dependa en sus atributos del sentido, Si bien no estamos planteando en este texto que sí existan estas reglas invariantes, sí queremos enfatizar que ellas resultan posibles; y que nada en una perspectiva que reconozca el carácter significativo de la vida social impide que ello suceda.

(4) La última observación dice relación con las técnicas cualitativas. Aunque este texto no aborda esta aproximación, sí resulta relevante hacer algunas precisiones. Del mismo modo que en la dimensión objetual, aunque diferente del sentido, puede ser investigada a través de éste; ocurre que son posibles investigaciones sólo cuantitativas sobre significados (análisis que no saben cosa alguna sobre sentidos). Estos estudios pueden encontrarse con limitaciones, pero lo mismo ocurre en relación a la aplicación de análisis cualitativos a la dimensión objetual, pero no cabe duda que ellos entregan información.

Aparte de lo anterior, es relevante observar que los casos de investigación cualitativa que examinamos son sobre los sentidos y las interpretaciones de otros, pero no sobre los propios. Ahora bien, ¿tiene sentido la investigación de sentido sobre el sentido propio, sobre la práctica propia? Si el supuesto es que los agentes no pueden equivocarse en relación con sus propias prácticas, cabe colegir que en principio la respuesta a ello es negativa. Empero la reflexión sobre las propias prácticas bien puede representar efectivamente nueva información sobre ellas. En esto cabría observar que esa corrección garantizada cubre los sentidos inscritos en las propias acciones y prácticas, y ellos no son necesariamente idénticos a los discursos que sobre ellos poseen los propios actores: los actores necesariamente conocen los sentidos de sus prácticas en su operar pero no necesariamente en su reflexión. Esto genera entonces el espacio para que el estudio del sentido sea informativo para los propios actores. Esto no quiere decir, por cierto, que ese estudio sea correcto en contra del equivocado discurso del agente. La distancia existe para todos y la separación de la práctica y su discurso es una posibilidad no una certeza; y por cierto el propio agente puede realizar esa reflexión (o ser más reflexivo que el analista externo).

El posible uso de la pregunta por el sentido al interior del grupo no se reduce a lo anterior. Cómo el espacio de la práctica es algo que se establece en la propia práctica (¿hasta donde llega la amistad?) ese tipo de intentos de clarificar preguntando por los sentidos de la práctica son pare del proceso a través del cual se constituye la práctica como tal. En este sentido, es relevante plantear que la reflexión, en todo caso, no está separada sino que es parte de los procesos prácticos (y en sí misma es una práctica). Es cierto que la práctica escolástica, al decir de Bourdieu, se define por su separación de toda preocupación práctica concreta, pero ella no caracteriza a toda reflexión. En este último sentido, estas investigaciones crean, al menos en parte, los estados que investigan. En ello vuelve a aparecer el atributo que los agentes no pueden equivocarse en relación a los sentidos de las prácticas con la que operan: porque la reflexión que produce información es a su vez incorporada en esa práctica y la constituye. (¿Por qué no abordar estas situaciones anteriormente cuando se discutía las necesidades de investigación que emergen de la vida social? Hacer la pregunta es dar la respuesta: porque estas últimas no son necesidades sino potencialidades).

Por cierto, de estos temas cabría decir mucho más, pero con lo ya expuesto será suficiente para mostrar la pertinencia del estudio del sentido propio.

 

En las páginas (y entradas) anteriores se ha discutido sobre investigación del sentido e investigación objetual en el marco de aquellas situaciones que generan necesidades de conocimiento en toda vida social y para todos los agentes. No hemos entrado a discutir sobre las situaciones en que aparecen necesidades de conocimiento especializado sobre la vida social, o en que surgen agentes dedicados a ello. Ello sería tema de otras entradas.

Baste ahora con destacar la conclusión general: Que en el proceso de la vida social emergen búsquedas de información y que parte de ellas dice relación con una dimensión objetual de dicha vida social, una que se explora mejor con la aproximación cuantitativa. Y luego, esos son parte de los procesos sociales de la vida social significativa a través de los cuales emerge un tipo de investigación que usualmente se olvida de ese carácter significativo. Que era uno de los ejes de este conjunto de entradas.

Las necesidades generales de conocimiento en la vida social y la dimensión objetual (III)

(NOTA: Esta entrada continúa la anterior en la serie sobre investigación cuantitativa, y cómo se planteaba al final de ella se discutía la adecuación de las representaciones que los actores tienen sobre la vida social).

Las representaciones que se refieren a los conceptos que son parte constitutiva de las prácticas y de las acciones de los actores tienen como propiedad el que éstos no pueden estar equivocados sobre dichas representaciones. Para poder operar en la práctica de la amistad se requiere conocer de manera adecuada los conceptos que son parte de ella y quién no posee dicho conocimiento no participa de dicha práctica. La amistad, al fin y al cabo, no es más que la puesta en acto de los conceptos con los que operan quienes participan de ella. Luego, en relación a qué es la amistad y que la constituye los actores como grupo no pueden equivocarse. Los actores, individualmente, sí pueden estarlo -y es por ello que requieren buscar conocimiento sobre de ello de manera continua como hemos visto-, pero en estos casos el conjunto de practicantes puede entregar una respuesta (“tú pensabas que la amistad era X pero en realidad ahora, o en tal grupo, es Y”). Sí todo el grupo estuviera en confusión en relación al significado y aplicación de dicho concepto, dicha confusión no refleja una insuficiencia de conocimiento, sino más bien una situación real: En la práctica de los actores como tal es la que no tendría una operación clara. Dado que, para usar una formulación común en la tradición cualitativa, los conceptos constituyen esas prácticas, entonces no hay posibilidad de distancia entre esos conceptos y la realidad a la que se aplican.

Ese atributo no existe para las otra necesidades cotidianas de información que hemos discutido. En ellas sí hay distancia entre las representaciones de los sujetos y el mundo al cual aplica. Esto porque ni las configuraciones de interacciones ni, en general, las consecuencias de las acciones y las prácticas son parte constitutivas de las acciones y prácticas como tal: Son producidas por ellas, pero representan elementos distintos. Por ello, entonces, es posible que los actores -ya sea en forma individual o grupal- no tengan información adecuada bajo sus propios términos. Un agente puede pensar que está ante una situación X (tales personas son amigos) aún cuando eso no sucede así -siguiendo los conceptos de amistad al uso en dicha comunidad. Un agente puede pensar que sucede el proceso Z (quienes tienen muchos amigos son más felices) pero eso no ser efectivo -nuevamente siguiendo los conceptos de amistad y felicidad de dicho grupo.

Por cierto que las creencias que hemos mencionado provienen. también, de procesos sociales (que son los que permitieron colegir que tales personas eran amigos o que tales cosas le pasan a quienes tienen muchos amigos), y también es cierto que ellas en si mismas son parte de un determinado estado social (las creencias sobre la amistad) y además que ellas tienen consecuencias: Cómo representaciones son parte de la vida social y bien se podría argumentar que son, entonces, tan constitutivas de esa vida como las definiciones de los conceptos que son parte de la práctica.

Ese argumento olvidaría de hecho el punto de vista del agente. Para el investigador todas esas representaciones pueden ser vistas como simplemente parte de la vida social. Pero para el actor estas son elemento claramente diferentes: Para el agente la diferencia entre la situación social y la representación de ella es una diferencia relevante. Para la agente es distinto su representación de X (tales personas son amigos) de lo que sucede en la vida social (si es que efectivamente lo son); y ello afecta sus acciones. Lo cual nos vuelve al punto inicial: en este último caso las necesidades de información no pueden ser respondidas sólo con arreglo al sentido de las prácticas o al sentido de la acción, porque van más allá de lo comprendido intrínsecamente en esa práctica o esa acción.

En aquellos casos en que el requerimiento de información sólo opera a través del sentido es posible encontrar toda la información relevante y responder de manera acertada a la pregunta en cuestión a través de las interacciones cotidianas usando el medio del sentido. En términos concretos: conversando con los actores relevantes y en el medio del entendimiento se resuelven dichas preguntas. En los casos en que el requerimiento de información supera a los elementos de sentido ello no resulta garantizado: Puedo conversar con todos los agentes relevantes y producir discusiones y aun así puede que no se alcance una respuesta adecuada a la pregunta en cuestión. Es esperable que se encuentre una respuesta -las representaciones sobre dichas situaciones probablemente existen- pero en principio esa respuesta no es necesariamente la adecuada para los fines del actor

Aquí es posible plantear que no es posible diferenciar en la práctica entre las representaciones de los agentes y esas realidades. Dado que nadie posee un acceso especial a dicha realidad, entonces no podemos diferenciar entre la representación ‘errada’ y la ‘correcta’. Si bien la anterior aseveración es correcta en principio, que es indistinguible para nosotros, el caso es que la diferencia efectivamente existe aun cuando no seamos capaces de poder identificar con seguridad cual es la representación real. Dada la existencia de esa diferencia es una experiencia que nuestras expectativas no siempre funcionan. La forma de reaccionar frente a lo anterior son muy distintas, pero el caso es que hay acciones. Pero que no basta con la sola interpretación se muestra en que los agentes -en las conversaciones de reacción frente a esa falta en las expectativas- pueden usar información que nos producida a través de la sola interpretación, sino a través de nuevas observaciones (‘me dí cuenta que tales personas hacen tales acciones, luego es probable que sean o no amigos’). Si bien esa observación sólo es posible a través del medio del sentido, y se incorpora a la conversación usándolo, que ‘leen’ tales observaciones como muestra de que algo (o no) sucede -en este caso la amistad. Pero la observación no es sólo sentido, que es el punto básico.

La anterior discusión lo que nos muestra es que hay dimensiones que son inherentemente objetuales en relación a la vida social, y que ellas existen aún cuando se reconozca que las prácticas sociales dependen de los conceptos de los sujetos, que -de hecho- son constituidos por ellos. Esto se debe a que, en última instancia, las acciones son acciones, y no solamente un conjunto de significados. La materialidad de la acción -y a ello, en última instancia, revierten tanto la configuración de las interacciones como las consecuencias de la acción- implica algo que es distinto de la significación de la acción.

Este nivel objetual de la vida social no puede pensarse como producto casi de un error ‘intelectual’ de los agentes: Que sería producto solamente que dichos actores olvidan, por decirlo de alguna forma, que el mundo social es algo producido por ellos mismos, y por lo tanto sólo merced a ese olvido es que se puede observar como un objeto externo. Es para evitar esta equivocación que se ha insistido en estas líneas que partiendo de la base que la vida social es producida por los actores, ese proceso de producción cuenta entre sus resultados una dimensión objetual.

Si se quiere, para usarlos términos de la tradición de pensamiento social que más se ha dedicado a estos temas: Objetivación no es alienación. Los seres humanos son realmente productores de su vida social, y luego la producen también objetualmente.

(NOTA: En la entrada siguiente, que debiera finalizar esta serie cerramos con algunos comentarios para entender mejor el argumento)

Las necesidades generales de conocimiento en la vida social y la dimensión objetual (II)

(NOTA: Esta entrada continúa la anterior en la serie sobre investigación cuantitativa, y cómo se planteaba al final de ella se examinan las necesidades de conocimiento cotidiano para las cuales lo cualitativo no es en sí suficiente).

El primero de ellos dice relación con que, para cualquier agente particular, la totalidad de las relaciones sociales es desconocida. Para ser precisos: no hay proceso automático que garantice a algún agente que efectivamente las conoce. Las relaciones de otras personas es muy probable que sean como tal desconocidas para el agente, o incluso de conocer su existencia no conozca sus características. El conjunto de estas interacciones constituye uno de los contextos del actor y de ese contexto se desprenden diversas potencialidades para el agente -tanto positivas como negativas-. En este sentido, el conjunto de las interacciones es parte del posible campo de interés del sujeto, y no es uno que necesariamente conozca.

Estas características si bien están imbuidas plenamente de sentido, no son solamente sentido ni se dejan estudiar sólo investigando sentidos: Múltiples configuraciones son compatibles con los mismos sentidos, y por lo tanto requieren de otro tipo de información si es que el agente desea conocer la configuración específica. Como las acciones del agente dependerán de la situación particular, es dable suponer que ese interés será común.

El segundo de estos casos corresponde a las consecuencias de la acción. Toda acción implica un cierto cambio en el mundo, y ello implica que tiene consecuencias. Ahora bien, estas consecuencias son de diverso tipo, y a continuación nos centraremos en las sociales (para evitar el posible contra-argumento que son las consecuencias no-sociales las que requieren una aproximación objetual). Bajo consecuencias sociales incluimos los recursos que los agentes tienen a su disposición, desde la información hasta elementos materiales, pero también las reacciones de otros agentes a la acción en cuestión. Del mismo modo que en el caso anterior, las consecuencias no son necesariamente conocidas por el agente. Incluso podemos plantear que el conjunto total de consecuencias es necesariamente desconocido para cualquier actor en particular: el entramado de lo que se deriva de una acción es lo suficientemente amplio y diverso para que los actores no puedan darse cuenta de todos los efectos. Pensemos, por ejemplo, en que de hecho un resultado puede ser el efecto de esta acción en un agente cuya existencia sea desconocida para el agente involucrado en la acción original. O también pensemos en el hecho que uno de los agentes que experimenta las implicancias de la acción bien puede tomar ciertos resguardos en torno a ellas que no son conocidas para el originador.

También del mismo modo que en el caso anterior, esta situación no puede abordarse solamente a través de herramientas que indaguen en el sentido. la forma en que se comprende cada consecuencia puede depender de los sentidos inscritos en las prácticas pero la circunstancias que esos efectos sucedan o no (o su grado de relevancia) no es algo que pueda entenderse solamente a través del puro significado. Siendo esas circunstancias parte del posible interés para el agente, cuando ello ocurre el tipo de conocimiento requerido no puede ser sólo un conocimiento de los significados.

Para ilustrar estas necesidades de información pensemos en el caso de las relaciones de amistad. Dado que nos interesa el caso del participante pleno asumiremos que el individuo ya sabe en que consiste la amistad. En este caso si el agente se enfrente a otros agentes que no comparten las mismas prácticas es de su interés conocer cómo se relaciona el propio concepto de amistad con los conceptos de los otros agentes (¿qué es la amistad para ellos?). Asimismo también es de interés para el actor saber si el significado de la amistad se mantiene o ha experimentado cambios (determinadas acciones que indicaban amistad, ¿lo siguen indicando? ¿son otras? ¿hay nuevas formas de relación?). En ambos casos estas necesidades de información ocurren íntegramente al interior de la esfera del sentido: son preguntas sobre categorías, sobre que señalizan y como serán leídas las acciones (¿será interpretado como amistad lo que intenté que así fuera?). Es la interpretación lo que está en juego en esos casos.

Hay otras preguntas. también de interés cotidiano para cualquier agente, que no se refieren solamente a interpretaciones. Un agente bien puede preguntarse, ¿quién es amigo de quién? o ¿es X amigo de Y? o ¿es un ambiente ‘amistoso’, con muchos amigos o no? Estas preguntas descansan sobre elementos de sentido -en definiciones de amistad- pero no se reducen solamente a ello: Supuestas esas definiciones de amistad todavía no puedo responderlas. Para ello requiero observar (o que la información que recibo descanse en algún momento en observación) que interacciones se han dado entre los actores en cuestión. También puede hacerse preguntas sobre ¿que le pasa a la gente que tiene muchos o pocos amigos?, lo que es una forma general de inquirir sobre copnsecuencias; o preguntas sobre cómo se accedió o se podría acceder a través de amigos o de un amigo determinado a tal situación, evento, información o recurso, que es una pregunta particular sobre los efectos de las acciones. Aquí se sigue descansando en conceptos y sentidos, pero las preguntas no se limitan a ellos por la misma razón anterior: Porque conociendo perfectamente bien los significados todavía no permite responder estas preguntas. Necesito agregar otro tipo de información y es a través de esos otros tipos (examinando esas consecuencias) es que puedo contrastar mis respuestas a ellas.

Luego, podemos observar que entre las necesidades rutinarias de información para todo tipo de agente existen algunas que no pueden ser respondidas solamente a través del sentido y a través de interpretaciones. Para poder entender las herramientas que pueden ser útiles en este caso resulta útil darse cuenta de al diferencia que tienen estos últimos en cuanto representaciones del agente.

Con representaciones del agente nos referimos a lo siguiente. Se ha planteado en este texto que los agentes están interesados en conocer diversos elementos. Luego, se puede esperar que desarrollarán respuestas para al menos algunos de estos elementos. En otras palabras, circularán ideas sobre lo que pasa en la vida social. Estas ideas, dado que los agentes los requieren para poder actuar, están inscritas y son parte de esa misma vida social. No hay esfera social sin que exista conocimiento sobre ella, y ese conocimiento es -en sí mismo- parte de dicha esfera.

Ahora bien, la adecuación de esas representaciones depende de su tipo. Con adecuación nos estamos refiriendo no a una adecuación en abstracto, o una válida en general o con fines científicos (como se expresan aquellos que prefieren dividir la ciencia de la vida), sino nos referimos a adecuación desde el punto de vista del agente: A que sea conocimiento que le permita actuar y desenvolverse en su mundo social.

(NOTA: Y en este punto dejamos esta entrada, para continuar en la siguiente de la serie)

Las necesidades generales de conocimiento en la vida social y la dimensión objetual (I)

La investigación social es siempre un proceso social. Al mismo tiempo conocer sobre la vida social es una actividad en la cual están insertos todos los actores sociales. Dado lo anterior la primera pregunta a resolver por la investigación cuantitativa es ¿bajo qué procesos sociales emerge y tiene sentido realizar una forma de investigación social que ostensiblemente no toma en cuenta estas afirmaciones iniciales?

Se dice ostensiblemente porque en cualquier presentación estándar de las técnicas cuantitativas no sólo no hay mayor reflexión sobre las condiciones que se han mencionado, sino que  -de hecho- suelen operar bajo la idea que en la investigación social se estudian objetos que son distintos de los sujetos investigadores. La circunstancia que estos objetos no se comporten como otros objetos es visto como una complicación, como un problema que vuelve el estudio de lo social una tarea particularmente difícil, como un obstáculo a superar; no como una de las condiciones que vuelve el conocimiento de lo social posible.

También se ha dicho ’emerge y tiene sentido’. Detrás de la frase mencionada está la hipótesis que no es casual que se hayan creado estas formas de conocer lo social en los contextos que se hicieron. El hecho que existen contextos sociales donde estas herramientas son usadas de manera rutinaria y regular obedece a causas; y en esas condiciones se sigue que su uso tiene sentido para los agentes que las usan: que se genera conocimiento de la vida social que es, al menos, útil para esos agentes. En otras palabras, esta investigación no puede estar completamente descaminada. Más aún, si se usa rutinariamente, entonces, es probable que la información que entrega sea de mayor utilidad para quienes la demandan que otro tipo de información(1).

Para poder entender entonces las circunstancias bajo las cuales se genera el conocimiento cuantitativo es menester tener en cuenta que la actividad de investigación no se limita, y es previa, a la emergencia de agentes especializados en investigar sobre la vida social. Todos los actores sociales están, de manera continua, interesados en conocer que sucede en los ambientes en que interactúan recurrentemente. Una parte no despreciable de la vida social cotidiana y rutinaria consiste en conversar para obtener información de ella.

Ahora, este monitoreo y búsqueda implica que hay elementos de la vida social que son desconocidos para los agentes, de otra forma no realizarían esa actividad. Si la vida social es algo producido por los agentes, y los agentes para poder operar en dicha vida han de conocer los significados que constituyen esos ambientes, ¿en qué pueden consistir esos elementos?(2)

La pregunta anterior se desglosa en varios niveles. En primer lugar, dado que esa práctica de investigación es universal, se refiere a los elementos que en todas circunstancias resulta relevante investigar. En segundo lugar, dado que es en ciertos contextos que surge una actividad específica de investigación, se refiere a los elementos que hacen relevante investigar también mediante agentes especializados, e incluso agentes con pretensiones científicas de conocimiento. No cabe olvidar, por cierto, que incluso en ambientes con agentes especializados en investigación social, todos los agentes siguen investigando: Ello es una operación social básica para todos quienes operan en la vida social.

En ambos casos analizaremos las necesidades de un participante pleno, no las de alguien que está aprendiendo una práctica social. Empero, análogo a una situación de aprendiz es cuando una persona se relaciona con agentes que usan prácticas distintas de las que el primer agente usa, aun cuando no pretende constituirse en un practicante de esas prácticas (y luego, no es un aprendiz de ellas). En todos los contextos sociales en que coexisten gran números de prácticas sociales es probable que cada agente se encuentre en diversas ocasiones en esta situación; y en general en cualquier contexto social es posible que el agente se encuentre en esta situación.

Asociado a lo anterior, está la situación cuando la práctica como tal evoluciona y se modifica. Alguien que ha aprendido y dominar un lenguaje bien puede encontrarse con palabras o frases que no entiende, aun cuando es considerado por todos un hablante nativo de éste lenguaje: sencillamente son nuevos elementos de esa práctica.

Las necesidades de investigación en estos dos casos surgen de una señal clara -aun cuando puedan existir otras: Cuando en el curso de la interacción aparecen elementos que no tienen sentido para el participante, y más en general cuando se enfrenta a expectativas que no se cumplen y los alter reaccionan de una forma inesperada.

Lo que tienen en común las situaciones anteriormente señaladas es que son equivalentes a los procesos mediante los cuales un agente aprende las normas, reglas y usos de las prácticas en que está involucrado. En el primero, el agente se enfrente a otra práctica y le interesa conocer los elementos de ella (sin entrar a participar plenamente); en el segundo realiza su aprendizaje en relación a las novedades que aparecen en la práctica. En ambos casos el agente se enfrenta a un elemento que no tiene sentido y ha de descubrir cuál es -que fue exactamente lo que estaba haciendo cuando se incorporaba a sus propias prácticas. Ahora bien, si son equivalentes, ¿por qué enfatizar estos casos? Para mostrar con claridad que estas necesidades de información y conocimiento son permanentes y continuas. Lo que no sucede es que los agentes pasan de una etapa de aprendizaje-socialización a una de ejecución-participación: Siempre están aprendiendo. Si bien pueden existir etapas de mayor o menor énfasis en el aprendizaje, éste no es algo que sólo opere en circunstancias específicas.

Se desprende del hecho que sean equivalentes al proceso de incorporación que se usan los mismos tipos de herramientas para adquirir esos conocimientos. Como los procesos que se han discutido son procesos que implican adquirir y comprender significados -su paradigma bien puede ser la adquisición del lenguaje-, entonces las herramientas de investigación cualitativa serán las más adecuadas.

Sin embargo, las necesidades cotidianas de investigación no se reducen a las anteriores. Existen al menos dos procesos cotidianos que requieren conocer el medio ambiente social y para los cuales una aproximación solamente de sentido no resulta suficiente.

NOTA: Esta es la primera entrada de una serie sobre técnicas cuantitativas, que espero se transformen en un Curso Práctico de Investigación Cuantitativa. Esta de hecho sería el inicio del Capítulo 1 ( El Rol del Investigador). Allí veremos que pasa con la iniciativa.

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(1) Se podrá decir que esta utilidad no está en su capacidad de conocer el mundo social sino de producirlo de acuerdo a intereses bien específicos. Aceptemos eso. Pero sigue siendo cierto plantear que todos los agentes requieren conocer el mundo social en que viven, y que la adecuación es, al menos, uno de los elementos que constituye la utilidad que discutimos.
(2) Dado que los significados son aprendidos, hay un momento en que el actor debe aprenderlos, y por lo tanto no los conoce. Sin embargo, la búsqueda de información a la que se está haciendo referencia sobrepasa, con mucho, al aprendizaje del aprendiz. Se está hablando de la conducta de investigación del participante pleno.

La producción de la unidad del individuo (II)

Siguiendo con la entrada anterior (La producción de la unidad del individuo I) entonces ahora corresponde intentar responder a la pregunta de por qué el individuo tendría prioridad.

En parte esta prioridad se debe a que la unidad como actor del individuo se puede postular como algo ‘dado’. El hecho que un contexto afecte al actor de forma tal que después actúa en consonancia, ese proceso a través del cual se asume su unidad (i.e es el mismo el que fue afectado y luego actúa, tiene continuidad), en los individuos se puede simplemente asumir -por la continuidad corporal de ellos.

Ahora bien, asumamos por ahora esa afirmación. Pero en ese caso podremos observar (y de hecho, el mismo Coleman lo hace) que los procesos sociales generan unidades colectivas con esa unidad: las llamamos organizaciones y nos relacionamos con ellas como si fueran actores. Por ejemplo, pueden ser demandados o demandar, y e cada caso el juez entenderá y actuará como su la organización, no individuo alguno, fuera el demandado o el demandante etc. Esta unidad claramente es producida, más aún, la acción de la organización en el momento X puede entenderse como resultado de los actores que pertenecen a ella en el momento X (que el individualista metodológico nunca olvidara de mencionar). Pero lo que resulta es un actor.

Si alguien quisiera discutir la conclusión anterior es posible aducir otra razón adicional. Este carácter producido del actor colectivo puede a su vez (y es el mismo Coleman quien hace la sugerencia y algunos resultados recientes en neurobiología lo avalan) aducirse para el individuo: Que la acción individual -de un actor que posee unidad- es producida por la forma en que se combinan diversos elementos internos (i.e que tu decisión es producida por un conjunto, por una ‘comisión’ interior).

Lo anterior se puede a su vez radicalizar, y con ello ya salimos fuera de Coleman, haciendo ver que la unidad del actor depende de la malla de interacciones en que se encuentra inserto. Y como cada ‘actor’ en realidad pertenece a diversas mallas bien se puede constituir en diversas ‘unidades’: teniendo características diferentes en cada red. En algún sentido, lo que es el actor depende de las interacciones en que se inserta. Ago además que puede aplicarse de manera indistinta a cualquier tipo de actor, como Harrison White ha destacado.

Si lo anterior es correcto entonces el individuo como actor no tiene ninguna prioridad ontológica si se quiere: El individuo es tan construido como los actores colectivos que se crean en la interacción.

Sin embargo, hay un sentido en el que el individuo físico, corporal, tiene características especiales. Puede que el realismo ‘vulgar’ que piensa a los individuos biológicos como unidades prioritarias y dada no sea sostenible teóricamente, pero dado que el realismo ‘vulgar’ es parte de a vida social entonces tiene consecuencias. Así piensan los actores y aí se relacionan -parte de lo que genera la unidad del actor individual es que otros actores lo reconocen como unidad y lo tratan como una unidad (recordemos un poco como Mead trabajaba el tema de la formación de la persona en la interacción). El individuo no estará dado, pero el proceso de construcción usa a los individuos como elemento sobre los cuales construir. Representa así la unidad más evidente y básica, la más fácil de operar.

Si se plantea que este pretendido carácter ‘evidente’ del individuo es sólo algo producto de la modernidad / del capitalismo / del racionalismo, bien se puede retrucar que hay una malla que opera en todas las sociedades que es individualizante: las relaciones de parentesco ‘individualizan’ cada sujeto  -dado que ocupa posiciones diferenciadas en esa malla. Al mismo tiempo, por más que se disuelva al individuo en sus mallas de interacción hay elementos (por ejemplo, su memoria) que el actor, el individuo en este caso, traslada a través de sus ubicaciones.

La unidad del individuo es construida. Esto tiene múltiples consecuencias (por ejemplo, en lo relativo a cómo el actor identifica sus propios intereses). No se lo puede tomar como una unidad dada, en eso es equivalente a cualquier otro actor. Pero, al mismo tiempo, representa un sustrato sobre el cual se pueden construir más fácilmente esa unidad del  actor. Por así decirlo, el individuo biológico es el lugar desde el cual más fácilmente se puede ‘entrar’ en ese proceso de construcción de unidades de acción. Es una relevancia especial que no alcanza a fundamentar las pretensiones del individualismo metodológico, pero no por ello deja de ser relevante.

La producción de la unidad del individuo (I)

Entre las disputas perennes del análisis social se encuentra la relativa al individualismo metodológico: Entre quienes postulan que sólo los individuos existen real y concretamente y que todo elemento colectivo tiene, a lo más, una realidad derivada; y quienes plantean que las entidades colectivas tienen tanta (o incluso más) realidad que los individuos.

La versión anterior está dicha en términos ontológicos, de realidad. Más popular finalmente, y diferente pero asociada, es la idea del individualismo metodológico: Que todas las explicaciones han de reducirse a una explicación a través de actores individuales. Aquí bien se puede reconocer que existen situaciones colectivas, pero en lo que concierne a los actores -que es donde debe radicar la explicación- ellos deben ser individuales (o reducibles a individuos).

En años recientes se ha expandido en ciertos círculos sociológicos un esquema particular de explicación que sigue estos lineamientos, que está basado en un esquema desarrollado por James Coleman en su Foundations of Social Theory (1990), y que fue pensado inicialmente en lo relativo a las relaciones micro-macro, terminología tan cara a la sociología norteamericana en esos años (de hecho, en el texto citado se usa para analizar la argumentación Weberiana sobre el origen del capitalismo).

Bote-Coleman

 

Analizando a Weber, Coleman nos dice que hay una situación sistémica (la doctrina protestante). El origen de ello no es parte del argumento, así que para esta explicación aparece como dada (aunque a su vez a ella misma se le puede aplicar el mismo esquema). Luego, a partir de ello se generan cambios en el individuo (es influenciado por su contexto): Adquiere ciertos valores. Teniendo esos valores entonces desarrolla ciertas conductas (ascéticas). Coleman plantea que el último paso del argumento sería mostrar como esas conductas generan un cambio a nivel sistémico: el capitalismo, pero que de hecho Weber no lo hace -y por ello es incompleta su explicación.

A partir del ejemplo podemos observar como, desde esta perspectiva, se observa la relación entre el actor individual y la sociedad. Lo colectivo genera un contexto que influencia al actor (pero la forma en que influencia depende de las características del actor en última instancia), este elabora y desarrolla su acción, y el conjunto de estas acciones de los agentes a su vez genera un resultado colectivo. En este argumento no se niega que existan realidades colectivas, pero se les quita de toda relevancia causal: El lazo que está prohibido en el esquema es el directo de contexto colectivo a inicial a resultado colectivo inicial. No hay lazo macro-macro, debe pasar por lo micro, usando la terminología de Coleman.

Usemos ese esquema como punto de partida. Una primera observación es que, de hecho, hay muchas explicaciones que usan el camino prohibido (por ejemplo, tales sociedades -con alta desigualdad o basadas en la dominación urbana. no son compatibles con democracia). Las formulaciones clásicas de esos argumentos eran puramente colectivas. Recientemente Acemoglu y Robinson publicaron The Economic Origins of Dictatorship and Democracy -calcando su nombre del clásico de Barrington Moore; para darle un basamento micro a esos argumentos, bajo la idea que ellos estaban incompletos porque a no pasar por el actor no explicaban desde ‘primeros principios’. ¿Pero le quita eso carácter de explicación a la primera, puramente colectiva?

Una explicación incompleta no por eso deja de ser una explicación. Al fin y al cabo, muchos individualistas son reduccionistas en general, y en buen reduccionismo habría que ir del individuo a sus neuronas y así sucesivamente. Pero eso no se hace,  o al menos no se declara como indispensable para la investigación (*). El reduccionista dice que ello es posible en principio, pero no exige que cada explicación realice esa operación. Pero si se acepta ello, ¿por qué no será posible detenerse en la explicación macrosocial y no pasar por los individuos? Allí también se podría asumir como ‘en principio esto pasa por conductas de individuos’ pero no estudiarlas, quizás porque se las observa como asuntos más bien triviales en ese caso (del mismo modo que el individualista no procederá a estudiar neuronas porque lo que sucede a ese nivel es trivial, algo asumido, para su nivel de investigación). ¿Por qué el individuo tendría prioridad?

Y dejamos el desarrollo de la respuesta para la siguiente entrada -al fin y al cabo, hay una extensión sensata para entradas de blog, y con lo que queda da para otra entrada.

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(*) No se realiza el camino completo de una sola vez en todos los casos. Cada paso de ese camino puede ser realizado (y algunos de hecho son realizados, por ejemplo reduciendo procesos biológicos a interacciones químicas entre moléculas y etc.). Más allá de si esta estrategia funciona o no efectivamente, lo que nos interesa simplemente es recordar que en modo reduccionista de todas formas nunca se exige que realice el movimiento completo a primeros principios; y lo que se considera primeros principios depende de lo que se intenta explicar en cada caso. Nada obliga en una estrategia reduccionista a usar el individuo como unidad estándar en todas las explicaciones

 

 

El proceso del análisis cualitativo

Terminando el curso de metodología cualitativa escribí algunas notas en torno al análisis cualitativo, y no estará de más adaptarlas para una entrada del blog.

Si uno quisiera, como a veces es útil al trabajar sobre metodología, reducir y simplificar al máximo las cosas, bien se puede decir que el análisis cualitativo está compuesto de 3 momentos, que procederemos a detallar brevemente a continuación:

  1. El momento de extracción de información.
  2. El momento de construcción de relaciones.
  3. El momento de interpretación del sentido.

El momento de Extracción de Información.

Este es un momento que es fácil pasar por alto, especialmente cuando se requiere poco tiempo para hacer el análisis (que es muy común en la práctica). El hecho que estemos predispuestos a encontrar significados en el habla de las personas, habilidad que  es consustancial a operar en la vida cotidiana, hace que el trabajo de extracción sistemática de la información cualitativa sea muchas veces no tomado en cuenta: Prontamente, y no pocas veces durante la ejecución del terreno, ya generamos interpretaciones y conclusiones. Por eso mismo, un momento de extracción sistemática es incluso más necesario: Al fin y al cabo, el problema no es tanto que la interpretación ‘inmediata’ esté equivocada como suele ser extremadamente incompleta.

Es necesario siempre una lectura atenta y minuciosa del texto (o imagen o mapa o lo que sea que estemos analizando). Párrafo por párrafo, oración por oración, y en general unidad de sentido por unidad de sentido. Una lectura minuciosa que debiera plasmarse, en lo posible, una codificación detallada. Si bien los códigos posteriormente normalmente se agrupan es relevante que en la primera lectura estar muy atento a las diversos significados que aparecen en un habla determinada.

En una sola oración hay muchos significados y oposiciones, y ver como cada una de ellas se desenvuelve y qué función ocupan en relación al texto es relevante. Pocas veces es posible analizar en profundidad y detalle cada elemento del habla de las entrevistas, pero en la medida en que uno se acerca a  ese nivel es que se entiende lo que el sujeto quiere decir. No hay que olvidar que una buena hipótesis de trabajo en relación al discurso analizado es que todo en el habla es significativo.

El momento de construcción de relaciones.

Un conjunto de códigos no representa un análisis. Los códigos están relacionados entre sí: Desde que se dicen conjuntamente hasta que tienen relaciones lógicas entre ellos (de oposición, de implicancia, de parte / todo etc.). Una vez obtenidos los códigos entonces el siguiente momento requiere hacerlos jugar entre sí.

Es importante en este sentido recalcar lo siguiente: Aunque estamos presentando los momentos de forma secuencial (primero se extrae, luego se construyen relaciones), en el análisis real existe retroalimentación: Bien puede ser que una razón por la cual no puedo relacionar un código con otros sea simplemente que éste no era completamente adecuado (algún matiz de significado se perdió al codificarlo de esa forma, se reunieron bajo un código frases que quizás sería mejor separar, y viceversa). Ahora, no hay que olvidar que la dificultad puede ser en sí parte del discurso, y por lo tanto el código bien puede mantenerse como tal -pero revisar cómo engarzan los códigos entre sí no deja de ser relevante en la tarea de entender el discurso que analizamos.

Cómo establecer relaciones entre códigos difiere entre las múltiples formas de realizar análisis. Ahora bien, las siguientes observaciones pueden tener alguna utilidad sobre estas relaciones

  • La relación puede ser directa (en una frase están los dos códigos) o indirecta (hay una relación de significado entre códigos que no aparece en la misma frase); sin embargo la relación siempre debe tener evidencia en el texto (que puede ser una o varias citas). Si el analista intenta ejemplificar la relación y tiene dificultades para hacerlo eso implica que es útil revisar esa relación
  • Las relaciones deben cubrir las diversas áreas. Si tengo varios esquemas de relaciones entre códigos en que cada uno cubre un área determinada es necesario hacer jugar esos esquemas entre sí. Lo que no resulta posible es simplemente dejar separados las diversas partes del discurso. En principio, una de las ideas que sirve como hipótesis de base es que estamos ante un discurso integrado.

El momento de interpretación de sentido.

Para poder, finalmente, comprender a un grupo es necesario interpretar el conjunto de lo que se dice. La pregunta central es ¿desde qué perspectiva, desde qué posición es razonable decir todas las cosas que se dicen? Si la idea del momento relacional es construir un esquema que permita ver cómo se integran los diversos elementos; la idea de la interpretación es encontrar el actor, el hablante que hace que esa integración sea posible. Implica pensar en quién sería el que construiría las relaciones de ese modo. En otras palabras, interpretar implica, de algún modo, pasar del texto dicho al actor que dice.

Esto implica dos cosas que es importante evitar cuando se realiza la interpretación:

  • La interpretación no es el resumen de lo dicho. Se podría decir que yo he ‘resumido’ la información que entrega el grupo en el momento de extracción (en el cual reduzco todo lo que se dice a un conjunto más reducido de códigos). En el resumen no hay un actor que ‘produzca’ el discurso, está el discurso producido; y la interpretación es, en cierto sentido, buscar al actor detrás del discurso, buscar al productor y no al producto. Es el trabajo del actor el que hace que un discurso sea un discurso (incluyendo en él sus coherencias y sus conflictos)[1].
  • La interpretación debe recordar quién es el sujeto que habla. Y es importante diferenciar entre lo que el sujeto expresa y lo que dice el sujeto de sí a través de sus expresiones. En particular, el sujeto expresa observaciones de diversas situaciones y actores. No es la tarea del analista ponerse al nivel de esas observaciones, porque de esas observaciones no tiene evidencia. Su evidencia es en relación al habla del sujeto, no de lo que el sujeto está hablando. Si un grupo X dice ‘lo que pasa es que en Y sucede ta cosa’ no sabemos nada de Y, sabemos de lo que X dice de Y. Por cierto, lo que dicen de Y puede ser perfectamente adecuado (los grupos que investigamos son tan observadores como el investigador y tienen sus propias formas de obtener conocimiento de la vida social); pero ello no es necesario. De hecho la incomprensión entre grupos (que lo que X dice Y no es necesariamente adecuado para entender a Y) es algo que regularmente ocurre en el campo de la vida social (y de lo cual los investigadores no están exentos, dado que ellos son también son unos X que dicen unas cosas de unos Y, sus investigados). Pero más allá de lo que el habla de X dice de Y, el habla de X siempre dice algo de X, y es eso lo que nos interesa.

Una admonición final.

Lo que hemos hecho es una simplificación, una burda simplificación, del proceso de análisis Nunca estará de más recordar que en el análisis real no se siguen estos momentos de forma secuencial, y que se confunden entre sí. Pero, recordando al Wittgenstein del Tractatus: a veces es necesario subir por una escalera que, una vez llegados al punto que nos interesa, resulta útil, pero para llegar la escalera era requerida. Esta diferenciación, por cierto, no pasa más allá de ser un intento de escalera.

Es central, creo, recordar en este sentido que el trabajo de investigación, si se hace bien, requiere un continuo ir y venir entre momentos. El significado y sentido no se lee directamente ni de una sola vez, sino que requiere ir observando y analizado continuamente y sólo volviendo sobre los propios pasos se puede, finalmente, obtener una interpretación que dé cuenta adecuada de lo que los sujetos dicen.

 


[1] Por cierto, esto, como todas las cosas que se han planteado en estas notas, implica una teoría. No estará de más mencionar que hay teorías que tienen la relación al revés: Que el discurso es el que produce al actor. Entrar en la discusión y crítica de ellas nos llevaría en otra dirección. Pero en aras de mencionar las diversas perspectivas no se puede dejar de mencionar dicha posición.

El Informe de la Comisión Internacional del Censo

Cómo la recomendación de la Comisión Internacional del Censo (disponible en esta dirección el informe completo) es muy distinta de la recomendación de la Comisión Nacional (disponible aquí) y que fue discutida en entrada en el blog en este link, en un caso se dice que los datos del censo 2012 se pueden usar y en otro se recomienda hacer un censo corto, no resultara banal comparar los análisis de las comisiones.

El análisis se puede dividir en los siguientes apartados:

Consideraciones que ambas comisiones coinciden.

Lo primero es que las dos comisiones coinciden en que las estimaciones realizadas en base a hogares no observados son inaceptables. Es la primera recomendación de la Comisión Internacional, página 59 y en el análisis se dice:

The imputation of housing units that were not observed in census field operations, and of then imputing households and persons to these imputed housing units, is not a generally recognized international practice. We find no mention of it in the United Nations Handbook on Population and Housing Census Editing (Informe Comisión Internacional, página 29)

Para un informe que está escrito en el estilo de funcionarios internacionales son palabras relativamente fuertes. En ese sentido, esa decisión -que es responsabilidad plena del anterior director del INE- ha quedado a firme como una decisión deplorable, y la salida del INE de la mencionada persona está plenamente justificada.

Lo segundo es que, aunque le da menos importancia y los desarrolla en mucho menor detalle, hay varias de las críticas que realizó la Comisión Nacional que se mantienen en la Comisión Internacional.

Por ejemplo en lo relativo a la ausencia de pre-test. El hecho que se realizara un cambio desde un censo de facto a uno de jure sin analizar mayormente las consecuencias de ese cambio fue uno de los puntos relevantes de la crítica de la Comisión Nacional y se repite en la Comisión Internacional. Esta dice:

Some aspects of field operations, such as the packing, delivery and return of census materials, are similar for de facto and de jure censuses. Other aspects, such as recruitment and training of the staff, field organization, monitoring and reporting during the enumeration are very different.
Implementation of a pilot census is a widely accepted practice and is internationally recommended (UN Principles and Recommendations paragraph 1.195). It is a main milestone to evaluate the quality of census operations (UN Principles and Recommendations paragraph 1.430).
A pilot census would have also supported to measure the level of participation and the response rate of the population, and the appropriate use of the concept of “usual resident” which characterize a de jure census (Informe página 21)

De hecho, en las recomendaciones para futuros censos se puede leer implícitamente varias críticas a la forma en que se realizó el censo por parte de la Comisión Internacional. Por ejemplo que el período de terreno no debiera superar 2 semanas (página 57) o que se de un tiempo relevante para planificar el Censo (página 60) no dejan de ser, finalmente, críticas.

Temas abordados en mayor profundidad por la Comisión Internacional

La Comisión Internacional dedica un largo espacio al procesamiento de datos para concluir que, en general, este no presenta problemas mayores (y fue uno de los pocos datos que aparece en el comunicado de prensa): Que

The report on the data capture prepared by INE indicates a data capture error rates of  0.14% for housing unit data and 0.29% for person data. These rates indicate good quality of data capture (Informe, página 58).

Ahora el caso es que eso no fue parte de los elementos de los cuales estaban centradas las dudas -sobre la calidad de las cédulas recibidas-. Que la Comisión Internacional, al revisar todas las etapas, registrara lo anterior es parte de su tarea; pero no deja de ser necesario puntualizar que la discusión del Censo verso sobre otros motivos.

Otro aspecto en que la Comisión Internacional pone más atención es en relación a las medidas correctivas que el INE ha desarrollado (o empezado a desarrollar) sobre el Censo, Y la conclusión en ambos casos es que se recomienda que ellas se detengan: Tanto la encuesta post-enumeración como la muestra de viviendas no entrevistadas. Es curioso, a decir verdad, que en ambos casos la Comisión es bastante crítica de las decisiones técnicas y metodológicas del INE. Por ejemplo, “INE developed the PCS estimation methodology which is not statistically defensible” (página 45 del Informe). No deja de ser curioso porque la misma institución que desarrolla estimaciones que no son defendibles sí parece ser capaz de realizar un censo aceptable sin por ejemplo tener una planificación adecuada (que es lo que dice la Comisión sobre el Censo 2012). Por decir lo menos, no es un informe que -de hecho- entregue mucha confianza sobre las decisiones del INE a este respecto.

Discrepancias entre comisiones.

Recordemos que aquí nos estamos centrando en el análisis no en las recomendaciones, por lo que no abordaremos la última discrepancia. En términos de análisis la discrepancia más importante dice relación con la tasa de omisión: La Comisión Nacional la estimó en un 9,3 usando estadísticas vitales.

La Comisión Internacional dice:

Demographic equation estimates of the total population of Chile as of the 2012 census may be made using vital registration numbers of births and deaths (it appears that international migration numbers may be too small to have an appreciable effect). Lacking the requisite evaluation of data quality, however, these estimates do not, based on international recommendations, provide a statistically sound basis for estimating 2012 census omission (Informe página 49)

La Comisión Internacional plantea que en general en Chile se estima que las estadísticas vitales son precisas y registran de manera exhaustiva los nacimientos y muertes. Pero que, en realidad, no hay un estudio que lo avale. Lo cual suena razonable.

Lo que quizás no es tan razonable son las conclusiones que sacan a partir de ello. Porque el problema es que la Comisión Internacional recomienda usar el censo sin tener evidencia alguna que el censo cumple con estándares de calidad, y el hecho que no sea posible calcular la omisión es ya un problema importante. Que el procesamiento de datos hecho muestre que las cédulas respondidas fueron trasladadas adecuadamente a las bases no implica que el Censo fue bien hecho cuando los problemas están puestos en otros elementos (sobre los cuales, de hecho, la Comisión Internacional no se pronuncia, como todos los problemas en el proceso de terreno que documentó la Comisión Nacional).

Más aún, como puro razonamiento técnico tiene debilidades. Porque el nivel de omisión que se calculo (9,3%) tiene consecuencias. La estimación es tan alta que para que ese calculo no indicara problemas en el censo (i.e que la omisión estuviera en estándares normales), las estadísticas vitales en Chile debieran ser extremadamente inexactas.  Una cosa es que no exista un estudio que establezca el nivel de validez de las estadísticas vitales, otra cosa es aceptar como posible una situación bajo la cual no tengan casi nula validez. En otras palabras hay que optar por dos posibilidades: (a) las estadísticas vitales están meridianamente bien hechas, y el registro de nacimientos y muertes opera razonablemente o (b) el Censo 2012 es plausiblemente válido. Pero no se pueden tener ambas cosas. De más está decir que en mi no muy comisionada opinión, la alternativa (a) me parece más probable.

En cualquier caso, uno observa una diferencia sustancial entre las comisiones en el estilo del análisis. Un caso específico puede observarse en lo relativo a la capacitación Así la Comisión Nacional desarrolla un análisis específico de las dificultades de capacitación, realizando una estimación del número de encuestadores no capacitados. La Comisión Internacional hace una observación similar, pero sintetizada al punto de ser casi críptica:

Even with 20% of staff planned as reserve, in some areas of the country many enumerators resigned during the enumeration period and some local census offices faced difficulties to replace them (Informe página 21)

Esa diferencia en el nivel de exhaustividad del análisis, y de la presentación de él, es recurrente a lo largo del informe de la Comisión Internacional.

En conclusión.

En última instancia, creo que las Comisiones tienen recomendaciones distintas porque sus criterios eran diferentes. El baremo de ‘la información es útil’ es más bajo que usar como criterio el ‘la información es válida’. La Comisión Internacional se centró en la primera pregunta, la Comisión Nacional en la segunda. Los antecedentes para decir que el Censo es válido son escasos y débiles; pero ello no obsta para que, con mucho cuidado, algo de utilidad tengan.

NOTA: Tengo la impresión, pero esto es puro mal juicio mío, que la diferencia es una de expectativas también. La Comisión Internacional no nos evalúo a nosotros con un baremo muy alto -‘de todas formas algo se puede usar’. No estoy seguro que  hubieran evaluado con la misma mano si hubieran encontrado estos problemas en un Censo de país desarrollado. Pero, claro, al fin y al cabo; un país desarrollado no llama a una Comisión Internacional para que le digan como se hace el Censo.