La Pasión según San Mateo (BWV 244)

Bueno, la versión de Bach.

A nosotros, que nos ha sido vedada la verdad, y que -por más que luchemos por él- sólo tenemos atisbos fugaces del bien, sólo nos queda como redención la belleza. Y doy por no completamente inútil y sin sentido a la humanidad por el sólo hecho de que, entre medio de todo, Bach fue. Y habiendo honrado a quién se lo merece, pasemos entonces a la obra en cuestión.

La tristeza y el dolor que la Pasión, en particular en sus números finales, transmite es una cosa de perfección. Como a, me imagino, buena parte de quienes las han escuchado, el contraste entre el Mesías y La Pasión siempre es de interés. Y, al menos a mí, entre las dos creo que transmiten bien el rango de la experiencia emocional del cristianismo: Del dolor más intenso que es La Pasión (que, finalmente, es la historia de una muerte) a la alegría y la esperanza que se encuentra en el Mesías (que, finalmente, es historia de resurrección y salvación). He ahí un camino que recoge e integra buena parte de la experiencia humana. Con todas sus falencias, he ahí algo que el cristianismo hizo bien.

Y pasemos a lo que nos convoca. Una de las mejores -en mi humilde opinión, la mejor- de las arias de La Pasión según san Mateo:

Mache dich, mein Herze, rein
ich will Jesum selbst begraben.
Denn er soll nunmehr in mir
Für und für
Seine süße Ruhe haben.
Welt, geh aus, laß Jesum ein!

Y si el lector tiene algo de buen gusto, puede escucharla en youtube, en versión de Ton Koopman con la Amsterdam Baroque Orchestra and Soloists, en este link

Alabado sea con grandes alabanzas el Internet Archive

Alabado sea con grandes alabanzas el Internet Archive y su magnífica Wayback Machine. ¿Por qué?

Porque me ha permitido recuperar mi antiguo sitio, El Francotirador, y mis viejos comentarios (circa 2001-2002). Recuperar lo que uno suponía perdido no deja de ser una pequeña felicidad.

Lo otro que me causa algún placer es que, mirando los textos con 4 o 5 años de distancia, creo que no están tan mal. Es cierto que siempre quedaron ripios, que algunas veces debiera preocuparme de dejar más en claro las ideas, y que -en general- algún trabajo de edición nunca estuvo de más; pero he de decir que me gusta el contenido y, en particular, el estilo -al menos en algunas partes.

Todavía me gusta el inicio de la crítica al libro de Cousiño y Valenzuela (Politización y Modernización en América Latina). Después de una larga cita, se partía con ‘Se agradece a un texto que buena parte de sus errores, todos mayúsculos, estén tan concentrados en un solo párrafo‘. Y también, en el comentario La Miseria de la Sociología dijera en una nota a pie de página que ‘Moulian además usa el método probado de decir que la ideología de los adversarios les impide ver la verdad‘. Y en el cuerpo de ese mismo comentario ‘Como toda conversación de café [que era la comparación que usaba para esos textos], sirven para pasar una tarde y para pretender que uno no es un bruto, pero como aporte al conocimiento de la sociedad no es mucho lo que sirven‘. Y me gusta la frase, usada para criticar a Tironi, de ‘las afirmaciones pueden ser ciertas, y parecen ser plausibles, pero es la perdición de las ciencias sociales si nos vamos a quedar en el reino de lo plausible‘.

No me acordaba tampoco que la crítica al informe del PNUD de 1988 fuera tan severa. ‘Si las incertidumbres son ineludibles en la vida social, entonces para investigar la seguridad en Chile no hay que estudiar incertidumbres, hay que analizar amenazas‘ para plantear que, efectivamente, el PNUD nunca realizó ese análisis. Y más en genérico:

Decir que un difuso malestar recorre Chile puede querer decir varias cosas: Puede querer decir que los chilenos plantean que existen problemas importantes. Puede querer decir que los chilenos perciben que viven mal, que el balance general de su vida es negativo. Si la tesis del PNUD plantea sólo lo primero, entonces no plantea nada interesante. Es relativamente obvio que las personas nunca son tan ilusas, en general, para crear que todo está bien y que no existen problemas. Lo interesante es la segunda versión: que decir malestar es decir que, en balance, los chilenos estiman que lo negativo supera a lo positivo. Pero para poder plantear ello, se requiere evidencia sobre ese balance. Y esa evidencia no está presente.

Lo del estilo, en particular si el lector no comparte mi gusto por esas frases, puede parecer menor. Pero, al menos para mí, no lo es tanto. Pero, para ello será menester referir a una historia personal y anterior. En 1996-1997, saliendo de la Universidad, por algún motivo releí algunos de mis trabajos de cuando recién ingresé a la escuela -2º año para ser preciso, 1991- y me deprimí. Encontré que sencillamente no podía repetir el estilo de esos trabajos, y que la persona que los escribió era irrecuperable. Y pensé que había quedado, sin vuelta posible, atrapado por el seco, mediocre e ilegible estilo de los sociólogos. Lo que me muestran los textos del 2001-2002 es que no era la caída en esa forma de escritura no era irreversible. Que, mal que mal, era posible recuperar una forma de escritura más personal. Una forma que podrá ser todo lo desastrosa que se quiera, pero refleja al menos que uno no se ha separado de sus propios textos.

En todo caso, lo que me resulta incluso más placentero -en realidad, debiera preocuparme, pero por ahora simplemente disfrutaremos del asunto- es que todavía mantenga firmemente algunas de las opiniones de esa época. Al parecer 5 años no es tiempo muy largo para cambiar de (algunas) opiniones.

Porque todavía doy por cierto, como decía en mi introducción a mi nada mesurado proyecto de Historia de las Sociedades Humanas (*) que:

¿Queremos saber porque Japón fue la única sociedad no occidental que en el siglo XIX logró modernizarse y no quedar bajo la dominación -sea directa o indirecta- de las potencias coloniales europeas? Pues bien, busquemos la respuesta en la estructura social japonesa -en el carácter de su feudalismo, de su vida urbana, de la extensión de sus mercados- más que en la cultura japonesa. ¿Queremos saber porque las religiones monoteístas se expandieron tan fuertemente? busquemos la razón de ello en la precisa forma en que se relacionan entre sí los miembros de una secta profética y las formas en que se reaccionó a ello.

En otras palabras, me siguen gustando las explicaciones estructurales (aunque por algún motivo son los temas culturales a los que vuelvo).

En fin, terminada esta excursión por asuntos más bien personales que no debieran importarle -creo- a nadie más allá de mi pobre persona, podemos continuar con la programación habitual del blog.

(*) Y se coloca en mayúsculas porque siendo un proyecto sin mesura debiera marcar su importancia, Al fin y al cabo, si yo no me creo la importancia del proyecto intelectual que se supone debiera orientar mi experiencia, entonces ¿quién podría hacerlo? Y el pobre proyecto se merece que alguien se lo tome en serio.
(**) Alguna vez leí, que por supuesto no me acuerdo donde, que Beethoven era uno de los pocos compositores en que todo lo que había escrito era bueno o al menos interesante. Escuchando la Sonata a Kreutzer, op 47, he de reconocer que estoy de acuerdo: Nunca le he escuchado algo mediocre.


La culpa la tendrá Händel

Si alguna vez me convierto al cristianismo, toda la culpa la tendrá Händel. La única vez que entiendo de que trata la cosa y me emociona el asunto es cuando escucho El Mesías. En eso, Händel es infalible.

Que, por lo demás, era toda la intención. Y ahora, el texto de la mejor parte en mi humilde opinión.

Behold I tell you a mistery! (recitativo)

Behold, I tell you a mystery!
We shall not all sleep;
but we shall all be changed,
In a moment,
in the twinkling of an eye,
at the last trumpet.

The trumpet shall sound (Bajo)

The trumpet shall sound,
and the dead shall be raised incorruptible,
and we shall be changed.
For this corruptible must put on incorruption,
and this mortal must put on immortality.

Y ahora Youtube al rescate: En versión de Alastair Miles.

Aunque el impacto del asunto es cuando se escucha la obra completa, pero supongo que 2 horas de video es mucho para el pobre Youtube.

Cuadros de una Exhibición

Ninguna relación con la sociología, pero eso no tiene mucha importancia.

Ayer en la noche, para descansar algo, escuché Cuadros de una Exhibición de Mussorgski. La versión era de Gergiev con la Filármonica de Viena. No tengo claro cuan buena era, aunque cumplió lo que pido a toda versión de la pieza: Que tenga escalofríos cuando se inicia la Gran Puerta de Kiev. Así que, al menos en ese respecto, todo bien.

¿A qué viene todo lo anterior? A lo siguiente, que, creo, resulta necesario decirlo:
Alabado sea Modesto Petrovich, alabado sea Maurice. Uno es completamente indigno.

Para preocuparse

El otro día -para ser más exacto la noche del lunes 9 al martes 10- soñé que trabajaba. De hecho, como en principio tenía que despertarme temprano para trabajar en un asunto, lo que soñé fue que me despertaba, me levantaba y empezaba a trabajar. El hecho que en el sueño era de día a las 5 de la mañana o que la puerta no estaba donde efectivamente está no fueron obstáculo alguno.

Lo dicho, para preocuparse.

(Se vuelve a posts más normales después de recuperarme de esta cosa)

Pearls before Breakfast

Un artículo interesante en el Washington Post sobre la reacción a la música en la calle.

En particular, la siguiente cita:
‘There was no ethnic or demographic pattern to distinguish the people who stayed to watch Bell, or the ones who gave money, from that vast majority who hurried on past, unheeding. Whites, blacks and Asians, young and old, men and women, were represented in all three groups. But the behavior of one demographic remained absolutely consistent. Every single time a child walked past, he or she tried to stop and watch. And every single time, a parent scooted the kid away’

La capacidad para disfrutar de la belleza (y en general de lo que tenga que ver con la estética, que lo bello no es lo único estéticamente relevante) es una capacidad abandonada. Nada que no sea muy obvio en realidad una vez que se lo piensa, de todas formas algo deprimente.

De la estupidez del copyright

Ok. Estaba leyendo el blog de Grant McCracken (que es sobre consumo y cultura y es bien interesante y se lo puede encontrar en este link) y me encontré con un viejo post sobre un par de anuncios. Ahora, para ilustrar el punto que uno de esos anuncios le parecía particularmente bueno, colocó un link a un video de Youtube con el comercial.

Si uno sigue el link se encuentra con una página de Youtube que dice lo siguiente: This video has been removed due to terms of use violation. Un comercial, un anuncio publicitario, fue quitado porque alguien al parecer reclamó por el copyright del asunto. Un video cuya unica función es ser visto.

En fin, hay cosas peores supongo.

(NOTA: Alguien pudiera pensar que, dado que el anuncio es viejo y pudiera ya no darse, entonces tendría sentido eliminar el link. Ahora, dado que la marca sigue existiendo, ¿cual es el daño que produce que alguien presente tu publicidad sin costo?)

De la belleza y la ética

En alguna parte, me imagino que en el caso de los sociólogos mediante influencia de Max Weber, decidimos que la verdad, el bien y la belleza son cosas diferentes y que cada una va por su lado. Y, entrando en el tema que nos interesa, que la belleza y el bien son -al menos- claramente mundos separados.

Pero creo que, en realidad, eso no corresponde a la experiencia de la belleza. En particular, el disociar la belleza del bien nos lleva, al fin y al cabo, a no darle importancia a la belleza.

Recordemos el célebre dictum de Adorno sobre la imposibilidad de escribir poesía después de Auschwitz. O pensemos en la tendencia a tomar la belleza como un análogo a la idea de Marx del opio del pueblo. En ambos casos, el tema es que los aspectos estéticos nos desvían de lo importante, y específicamente de los aspectos éticamente relevantes. La belleza nos adormecería en última instancia (y la única capacidad ética del arte sería la capacidad de sacudirnos en ese sentido).

A este respecto, quizás sería bueno decir que cuando estamos hablando de belleza, estamos hablando de belleza. No estamos hablando solamente (aunque tampoco estamos excluyendo) de lo que es agradable o placentero. La belleza va más alla de lo bonito, aunque tampoco habría que menospreciar el agrado.

Lo anterior tiene su importancia, porque creo vuelve algo más plausible la idea central, por lo que creo que la belleza tiene importancia estética. Porque la belleza no es algo que haga aceptable el mundo, algo que sencillamente lo vuelva agradable -y nos haga ver como ‘bueno’ lo que éticamente no lo es. Cuando efectivamente se siente la belleza, la experiencia es, en verdad, intolerable. Porque nada en el mundo da la talla de lo que es propiamente bello.

Para decirlo en palabras algo burdas: No nos merecemos a Bach. El mundo que se nos ofrece en esa música (y el lector puede pensar en cualquier música que le haya producido ese efecto) es incomparablemente mejor que el que nos toca vivir. Y esto no es solamente válido para, usando vieja terminología del siglo XVIII, lo que tiene que ver con lo sublime, sino también con lo simplemente plancentero. Para abusar de imágenes que no son muy correctas, tampoco nos merecemos a Bocherini para el caso. Las cosas que son bellas no justifican el mundo, lo que hacen es mostrarnos lo que hay más allá de él.

En ese sentido, la belleza sí tiene una importancia puramente ética: la de mostrarnos un mundo más allá de las miserias del que vivimos. Y por el otro, por el hecho de que efectivamente la belleza existe, un mundo al que se puede aspirar, o por lo menos al que uno se puede acercar.

La envidia no será sana, pero difícil resulta negar que envidiar a los físicos a veces tiene sentido

De la edición del 25 de Enero recién pasado del Economist:

Hablando de físicos intentando revisar las ideas de gravitación de Einstein, y que tienen la idea que podrían tener algunas limitaciones, entonces entra a discutir el principio de equivalencia (o sea, la idea que todos los cuerpos aceleran a la misma tasa, sin importar su masa). Y más precisamente dice lo siguiente:

According to general relativity, because the Earth and the moon orbit the sun, they should “fall” towards it at the same rate, in the same way as Galileo’s balls fell to the ground. By repeatedly measuring the distance between them, scientists can calculate the orbits of the Earth and the moon around the sun relative to each other.

If the equivalence principle were violated, the moon’s orbit around the Earth would appear skewed, either towards or away from the sun. So far, Dr Murphy told the conference, these experiments have merely confirmed the equivalence principle to one part in 10 trillion. Dr Murphy and his colleagues hope that even more precise measurements could ultimately show general relativity to be only approximately correct. This would usher in a new revolution in physics.

Una teoría que se ve confirmada hasta una parte en 10 trillones. Está bien que la sociológica, por el tema que discute, no pueda -no deba- tener ese tipo de teorías; que seguir el camino de la física no sea un buen camino para la sociología (no vamos a entrar ahora en toda la discusión sobre el carácter de las teorías en nuestra disciplina). Pero si a alguien no le entra algo de envidia por el tipo de teorías que son posibles en otras disciplinas, por un trabajo que pueda llegar a esa precisión y a ese éxito, entonces -bueno, en mi humilde opinión- no tiene mucho interés por la sociología, por el conocimiento de los asuntos sociales (*).

(*) La humildad de las opiniones no tiene nada que ver, en mi nuevamente humilde opinión, con lo rotundo con que se las afirme. Lo primero tiene que ver con el reconocimiento de la posibilidad de equivocarse, lo segundo tiene que ver con que cuando uno afirma algo, efectivamente lo está afirmando.

Pasando por una fase musical

Como, una vez más, me he dado cuenta que escuchar al bueno de Joseph Haydn se encuentre entre las cosas más gloriosas que una persona puede hacer, decidido he que no estaría de más volver a ocuparme de la música clásica. Y por tanto que hay cosas que tengo que escuchar o conseguirme -de hecho, podría volver a mis viejas ideas de coleccionista y volver a pensar en mi discoteca ideal.

Medievales y renacentistas.
Conseguirse más de Byrd, y de los polifonistas (algún día habría que ver como es Machaut por ejemplo).

Monteverdi.
Todavía te faltan madrigales, y debieras conseguirte Zefiro Torna. Y quizás escuchar alguna de las otras operas no estaría de más

Corelli.
No escribió tanto pero todo fue fenómeno. Y no es tanto lo que falta, así que conseguirse los otros opus.

Handel.
Eh, alguna vez las tuve, pero debiera volver a escuchar la música de los fuegos de artificio y la suite del agua. No estará de más escuchar música de reyes creo.

Bach.
Debiera volver a conseguirme música coral. La Pasión es una maravilla y escuchar algunas cantatas. Y te quedaste sin ninguna suite ni ningún concierto (con lo bueno que son los de violín). En fin, me quedan muchas cosas. O quizás conseguirme la edición total barata.

Scarlatti.
Todo Scarlatti es bueno. Todo Scarlatti debieras tener.

Gluck.
Si te gusto Alceste y Orfeo, que es todo lo que has escuchado de Gluck, no estará de más conseguirse el resto (nota, las versiones de Gardiner son decentes)

Haydn.
De hecho, no estamos tan mal. Tenemos buena parte de las sinfonías, todos los cuartetos. Pudiera conseguirme mas obras para piano solo y tríos para piano. Y escuchar Las Estaciones. Y quizás conseguirme más versiones. Haydn es el único, en realidad, compositor del cual me interesa el tema de versiones.

Mozart.
Recuperar la 40 y la 41! Y recuperar las operas! En particular la Flauta! Y el quinteto de clarinete! (y varias otras cosas que ahí están esperando a decir verdad, tanto tiempo que no escucho el trío para cuerdas por ejemplo)

Beethoven.
Eh, las sinfonías de nuevo! (la versión de Furtwangler de la 9ª es casi perfecta, pero no se puede vivir sólo de la 9ª, al menos la 3ª no estaría de más). Y más cuartetos -aunque ya tengo los que más me gustan también. Y cosas aquí por allá. En realidad, tengo que armarla de nuevo.

Románticos.
Siempre los he abandonado. Quizás sería tiempo de explorarlos de nuevo. Capaz que termine por gustarme Brahms en esta vuelta.

Y lo que si debiera hacer es explorar de nuevo Mahler y Wagner.

Vieneses.
Haz reducido Schonberg y Webern a nada. Y los muchachos son buenos (al menos Schonberg tiene algunas piezas bien impresionantes).

Shostakovich.
Bueno, si te gustaron los cuartetos de cuerda, quizás debieras explorar otras cosas.

Ligeti.
La consigna es sencilla: Todo Ligeti. Si Sony y Teldec tuvieron la amabilidad de hacer una edición con todas sus obras, habrá que aprovechar.

Y por ahora eso es lo que se me ocurre. Y si, debiera hacer mi discoteca ideal.

(Y no estará de más concluir como se inicio: no hay música mejor que los cuartetos de Haydn)