Proyectos Intelectuales (IV) Prolegómenos al Análisis Cuantitativo de la Vida Social

Por esas cosas de la vida, nunca he entendido muy bien por qué, me ha tocado en diversas ocasiones hacer clases de metodología. El caso es que a idea misma de un curso de metodología lo encuentro extraño: Aparte de unos conceptos generales básicos comunes, en general la metodología debiera ser enseñada al interior de los cursos de contenido (cada asunto tiene sus propias prácticas y problemas metodológicos, digamos desde el estudio del consumo a las redes sociales). Esto no aplica, por cierto, a la estadística -que ahí si entiendo que corresponde pasar los procedimientos en cursos dedicados a ello. Pero la estadística no es la metodología cuantitativa.

Ahora bien, lo que creo tiene sentido es problematizar y estudiar el hecho mismo de realizar análisis cuantitativo. No bajo la idea (que es usual entre quienes problematizan) para criticar y denostar, sino para saber de hecho por qué tiene sentido realizarla. Saber qué es lo que se hace cuando se hace una medición cuantitativa de la vida social. Ese es pues el propósito de este proyecto.

Y ahora la estructura tal como está pensada por ahora:

Capítulo 1. ¿Qué se hace cuando se mide cuantitativamente la realidad social?

Capítulo 2. El lugar de la medición en la realidad social, y las implicancias para su uso

Capítulo 3. La medición y la acción social

Capítulo 4. Dos ejemplos de medición cuantitativa en Chile. La CASEN y el Censo.

Capítulo 5. La significación de la medición.

Proyectos Intelectuales (III) Un esbozo de historia global de las formas institucionales

De los proyectos que estamos mencionando en este serie este es el más adelantado, en el sentido que existe ya un primer borrador de texto (con escritura en cada uno de los capítulos mencionados). Ahora, es también el mayor de todos los proyectos.

¿La idea? Que entre todas las formas posibles de observar la historia universal, una de ellas es a través de mirar las instituciones a través de las cuales realizamos nuestras diversas acciones. Los seres humanos son siempre iguales, pero los contextos y herramientas con los cuales construyen sus vidas son siempre muy distintos. Eso es lo que intenta develar una historia cuyo foco no son ni los personajes (los Aristóteles o Sun Yat-Sen), ni los grupos (la clase obrera, las mujeres), ni las sociedades (el Imperio Asirio o México) sino las formas institucionales básicas (la ciudad, los medios de comunicación). Aquí un link sobre el propósito del proyecto; y aquí otro sobre de su escritura desde América Latina.

Veamos aquí la estructura:

Preludio. Un Mundo de Sociedades Tribales

Parte I. La Creación de la Civilización (3000-1200 AC)

  • Capítulo 1 Las Primeras Civilizaciones
  • Capítulo 2 La Ciudad
  • Capítulo 3 Escritura y Registros
  • Capítulo 4 Élites y Subordinados
  • Capítulo 5 El Estado y las Organizaciones
  • Capítulo 6 La crisis del fin de la Edad del Bronce

Parte II. La Expansión de la Civilización (1200 AC-1500)

  • Capítulo 7 La ampliación y consolidación de las ecúmenes (1200 AC-600)
  • Capítulo 8 Un mundo de civilizaciones conectadas en el Viejo Mundo (600-1500)
  • Capítulo 9 Formaciones Imperiales
  • Capítulo 10 Religiones Universales
  • Capítulo 11 El dinero
  • Capítulo 12 Educación Superior
  • Capítulo 13 Albores de la Globalización y la Modernidad

Interludio. Fuera de la Corriente Principal

Parte III. Sociedades Modernas (1500-2000)

  • Capítulo 14 La creación de flujos globales (1500-1750)
  • Capítulo 15 Despliegue de la Modernidad (1750-2000)
  • Capítulo 16 Las Ciencias
  • Capítulo 17 Medios de Comunicación y Esfera Pública
  • Capítulo 18 La Corporación
  • Capítulo 19 Monitoreo y Vigilancia

Postludio. Condiciones de Sola Modernidad

NOTA. Dijimos que había primera versión inicial. Pues bien, hela aquí en este link.

Proyectos Intelectuales (II) Un curso sobre Sociología Fundamental

Sigamos con esto de poner los proyectos de largo plazo que tengo en estos momentos en la cabeza (al fin, ponerlos en el blog es una forma de obligarse a realizarlos, lo que no está de más creo).

La idea es la del título: escribir algo así como un curso de sociología fundamental. En el curso la idea no es pasar mis ideas como fundamentales, sino más bien ordenar (de acuerdo a cómo veo las cosas, que uno no deja nunca de ser autor en cierta forma) material y conocimiento ya existente. En otras palabras, el presunto aporte del texto está en su estructura más que en su contenido.

La idea central de la estructura está en su nombre: ¿Qué quiere decir Sociología Fundamental? Haré una distinción, que como toda distinción se probará en su utilidad: No creo que sea lo mismo ‘Fundamentos de la Sociología’ que ‘Sociología Fundamental’. De lo primero, de las cosas que permiten / vuelven relevante etc., hay varios escritos. De lo segundo, son más escasos. Existen múltiples textos que nos hablan, por ejemplo, de las condiciones de posibilidad de la vida social (‘fundamentos de la sociología’), pero los análisis que intentan dar cuenta de los hechos básicos a través de los cuales funciona la vida social son más escasos. Mucha de la preocupación de la sociología son con respecto a aspectos que asumen la existencia de ciertos procesos básicos (por decir algo, que existen grupos o identidades) pero no dan cuenta de ellos. Es cierto, y evidente, que no todo el esfuerzo de una disciplina puede estar dedicada a esa infraestructura básica de la vida social (como lo dice Emanuel Schegloff), pero también es cierto que una disciplina requiere también de dar cuenta de esos elementos básicos.

Ese dar cuenta de los elementos básicos es lo que se refiere lo de ‘sociología fundamental’. Y el texto lo que quiere hacer es realzar, reunir y ordenar lo que se sabe de ello.

Luego, he aquí la estructura del texto:

Capítulo 1. Construida, imprevisible y plural Las características basales de la vida social

Capítulo 2. Dinámicas de interacción diádica pura

  • Sección 1. Doble contingencia
  • Sección 2. Seudo-interacción
  • Sección 3. Conversación
  • Sección 4. Cooperación y conflicto
  • Sección 5. Creación, mantención y destrucción de relaciones

Capítulo 3. Dinámicas de interacción diádica mediadas por objetos

  • Sección 1. Expansores y estabilizadores
  • Sección 2. Objetos como actores
  • Sección 3. Uso de objetos

Capítulo 4. Dinámicas de interacción entre n-participantes

  • Sección 1. Tríadas
  • Sección 2. Delimitación de redes
  • Sección 3. Centralización
  • Sección 4. Posiciones
  • Sección 5. Subgrupos
  • Sección 6. Dinámica de redes

Capítulo 5. Los productos de la Interacción (I) Prácticas

  • Sección 1. Sentido práctico
  • Sección 2. Producción y reproducción
  • Sección 3. Relaciones entre prácticas
  • Sección 4. Normas sociales
  • Sección 5. Instituciones

Capítulo 6. Los productos de la Interacción (II). Actores colectivos

  • Sección 1. Acción colectiva
  • Sección 2 .Movimientos Sociales
  • Sección 3. Identidades
  • Sección 4. Organizaciones

Capítulo 7. El hecho del orden social

Proyectos Intelectuales (I) Un curso sobre la relación entre Sociología e Historia

Desde hace un tiempo me ronda la idea que los sociólogos, en general, saben poco de historia. O más precisamente: suelen tener una visión limitada del desarrollo histórico (el salto ‘tradición’-modernidad), pero ese juicio limitado resulta fundamental para como comprenden el mundo. Luego, no estaría de más intentar generar un curso al respecto (que también serviría, como todo curso bien hecho, para iluminación de mi pobre entender).

Dicho eso, veamos como lo tenemos pensado hasta ahora. Por cierto, la elección de temas es más bien idiosincrática: no pretendo que sean los temas más relevantes o más interesantes. Sólo cumplen con dos condiciones: (a) son temas que a mí me llaman la atención (y que algo conozco mejor, sin conocerlos todavía muy bien, que para eso se hacen los cursos) y (b) existe un debate en torno a ellos, debate que puede servir para ordenar la presentación.

Dicho todo eso, pasemos pues a mostrar la estructura.

I. El propósito del curso.

La relación entre la sociología y la historia corresponde a un debate de larga data, que afecta de manera importante la concepción de la disciplina. A este se puede sumar que la sociología tiene un relato histórico muy común, basado en la diferencia entre tradición / modernidad, que afecta a su vez su autoconcepción (la sociología como estudio de las sociedades modernas). Ese relato dificulta la observación de y la obtención de información a partir de procesos históricos por parte de la sociología; aun cuando se puede observar que varios de los textos más influyentes de la disciplina son análisis históricos (desde la Ética Protestante en adelante). Superar esas deficiencias y mostrar -a través del análisis de diversos casos-la relevancia de una conciencia histórica más amplia para la sociología es lo que el curso intenta defender.

El propósito del curso es ampliar la perspectiva histórica de forma que los alumnos comprendan para el análisis social de una mirada de largo plazo y de la variedad de experiencias y de procesos históricos

II. La Estructura del Curso.

Parte I. Las discusiones generales sobre su relación.

  • Capítulo 1. La visión desde la Sociología
  • Capítulo 2. La visión desde la Historia.

Parte II. Ejemplos clásicos de estudios en historia y sociología.

  • Capítulo 3. Un siglo de discusión sobre la Ética Protestante
  • Capítulo 4. Theda Skocpol sobre el origen de las revoluciones
  • Capítulo 5. Wallerstein y la emergencia del moderno sistema mundial
  • Capítulo 6. Braudel. Vita Material, Economía y Capitalismo

Parte III. Análisis de Procesos Históricos.

  • Capítulo 7. El origen del Estado. ¿Cuál es la gran ruptura de la historia?
  • Capítulo 8. Racionalismo y el desarrollo de la escritura
  • Capítulo 9. El debate sustantivistas-formalistas sobre el carácter de la economía en la antigüedad clásica.
  • Capítulo 10. Democracias antiguas y modernas
  • Capítulo 11. La gran divergencia. La comparación entre Europa y Asia en la modernidad temprana
  • Capítulo 12. La idea de la revolución industriosa. Producción y consumo en el origen del crecimiento económico moderno
  • Capítulo 13. Burocracias más allá de la dominación racional-legal. El caso de la China imperial
  • Capítulo 14. Oleadas de globalización
  • Capítulo 15. Modernidad y colonialismo en América Latina
  • Capítulo 16. La revolución capitalista en Chile

Link al programa del curso tal como se piensa ahora (incluyendo bibliografía, la obligatoria subrayada en este link.

NOTA. Todo esto parte del hecho que hace poco descubrí que tenía ocho proyectos de mediano / largo plazo. Lo cual, por un lado, es excelente -tengo trabajo intelectual por décadas para interesarme; y por otro, tiene consecuencias -si quiero lograr realizarlos debo ordenarme algo.

Del cambio en la estabilidad. Una nota sobre las clases en La Distinción

En outre, la relative stabilité morphologique d’un groupe professionnel peut cacher une transformation de sa structure qui résulte de la reconversion sur place des agents présents dans le groupe en début de période (ou de leurs enfants) et/ou de leur remplacements par des agents issus d’autres groupes (La Distinction, 2a parte, Cap 2, p. 155)

Entre las diversas cosas de las cuales Bourdieu ha sido acusado se encuentra la de que no observa el dinamismo de la vida social. Ahora bien, cuando se lee La Distinción (el ejemplo es porque estoy releyendo el texto, pero se replica en todos los textos de análisis sobre campos que realiza Bourdieu) ella está cruzada por análisis de dinámicas sociales, y como las transformaciones se realizan (desde la discusión de la expansión de las credenciales escolares o las transformaciones en la capacidad de transformar una especie de capital en otra) -y ello usando el instrumental analítico (habitus y campos) que se supone no sirve para ello.

La cita puede explicar ello. Bourdieu ve toda la vida social como una dinámica, quienes lo critican sólo ven dinámica y acción cuando hay un cambio externo, agregado. Los críticos piensan que cuando ‘no hay transformación evidente’ nada ha pasado, pero Bourdieu nunca olvida que cualquier cosa que suceda requiere del esfuerzo y de la acción de los sujetos.

Ello se manifiesta entonces que Bourdieu puede realzar cosas que sus críticos pasarían por alto. La observación de Bourdieu en términos concretos se refiere a los pequeños comerciantes, la cita se continua inmediatamente con datos al respecto. De ellos observa que efectivamente se mantienen en el agregado, pero que ello esconde una transformación interna importante de quienes componen ese segmento (y en particular, de un cambio en la sub-segmentación, menos almacenes y crecen otro tipo de tiendas). Quién cree que la estabilidad no requiere acción y ocurre ‘por inercia’ no observará toda estas dinámicas que se requieren para hacer que ‘nada cambie’. Y si la mantención de la estabilidad aparente es un resultado de un proceso que es en sí dinámico, es claro que en múltiples ocasiones esos procesos pueden producir resultados que modifiquen el estado del sistema. Esto es lo que permite, entonces, a Bourdieu en la práctica tener un énfasis estructural y al mismo tiempo observar la acción, y permitir incorporar sin problemas cambios y transformaciones en sus análisis; y así ocurre -nuevamente- en todos sus análisis de campos específicos.

Al releer, la observación de Bourdieu me resonó a algo que ya había observado en mi tesis de doctorado (link aquí), y de hecho en relación al mismo grupo (pequeños comerciantes). En Chile durante muchos años la proporción de estos grupos se ha mantenido bastante estable; pero, por otro lado, sabemos que los negocios individuales no lo son. Esa estabilidad requiere entonces de un proceso que produzca de manera constante nuevas iniciativas para reemplazar aquellas que dejan de funcionar. Citándome: “La estabilidad no es signo de que nada sucede, algo debe suceder para que se produzca algo estable, en particular en contextos de cambio” (p .152)

De hecho, la observación que algo que parece ser igual y sin cambios al nivel agregado puede esconder importantes dinámicas internas, es antigua. Ya está en La Naturaleza de las Cosas (De Rerum Natura) de Lucrecio, en el siglo I AC, cuando argumenta por qué si los cuerpos primeros siempre están en movimiento los objetos parecen inmóviles; y lo explica debido a que cuando observamos a distancia perdemos de vista a los átomos y sólo observamos el conjunto. La estabilidad aparente es una deficiencia de nuestra intuición, en lo que analizamos un efecto de no observar con atención -el mismo proceso de pasar por alto y quedarse con una impresión global. Y así

C'est pourquoi, alors qu'eux mêmes
déjà tu ne peux les discerner, ils doivent aussi dérober leurs mouvements;
surtout que même des objets que nous pouvons voir cachent
souvent, pourtant, leurs mouvements quand ils sont éloignés dans l'espace
(De Rerum Natura, Canto II, versos 313-316)

En algún sentido, contra el lugar común, Bourdieu es un pensador de la dinámica.

Pierre Bourdieu, La Distinction. Éditions du Minuit, 1979.

Lucrecio. La Nature des choses. Gallimard, Folio. 2010. Traducción e introducción de Jackie Pigeaud.

La ley contra el gobierno. Un mismo tema en contextos muy distintos (China durante los Qin, Revolución Francesa)

Leyendo la Historia de la China Imperial de Harvard University Press el volumen inicial (The Early Chinese Empires: Qin and Han, 2007) me encuentro con la siguiente discusión.

Se están presentando las técnicas administrativas de la dinastía Qin (la que unifica el imperio) y nos describe el Shang Jun shu (el libro de Lord Shang) como epítome de ellas (el libro fue elaborado después de la muerte del ministro Shang Yan, activo durante la mitad del siglo IV AC). Ahora bien: “Although the Book of Lord Shang is sometimes described as a program for a totalitarian bureaucracy, officialdom itself is an object of suspicion and critique” (p. 47). El tema que en toda estrategia que busca concentrar el poder en el gobernante la burocracia es motivo de sospecha es una que uno encuentra repetida en varios textos que discuten sobre regímenes totalitarios. No es eso lo que me interesa discutir aquí, sino más bien la técnica exacta que propone el Shang Jun shu.

However, if judgments are to be made in the households [usando la ley establecida por el emperador], then the ruler himself plays no active role in the administration of the state. Apart from the insistence that the ruler must make sure that the state is devoted to agriculture and war and must ward off assorted parasites, there is in fact no discussion of the techniques or character of the ruler. This is striking contrast to the Master Han Fei and works of political philosophy in most cultures. The only active role assigned to the ruler is as the source of law (p. 48)

La ley es la forma en que la voluntad del soberano aparece y ella, en lo ideal, no requiere de actos de gobierno. Es por ello entonces que el rey no necesita actuar ni tomar decisiones de gobierno. El dominio de la ley elimina la necesidad del gobierno (de la burocracia).

Esa idea me hizo recordar otra discusión, en un contexto muy distinto, sobre el mismo tema: sobre el dominio exclusivo de la ley, que elimina la acción (arbitraria) del gobierno. En este caso en las discusiones en la Francia revolucionaria al momento de crear la Constitución, que se basan en una concepción republicana y ‘liberal’ desarrollada por el iluminismo del siglo XVIII: “L’idée de loi a éclipsé dans ces conditions celle de bon gouvernement pour penser au XVIIIe siècle un ordre politique juste et efficace. Il suffit de peu des lois, pourvu qu’elles soient bonnes, pour régir la société’ (Rosanvallon, Le Bon Gouvernement, 2015, I, Cap 1, p 39). La acción de gobierno, del ejecutivo, siempre particular disminuye la primacía de la ley, que emergiendo de la voluntad colectiva, debe establecer las normas generales. En el ideal la buena ley general elimina la necesidad de gobierno. Rosanvallon procede a citar a Condorcet (De la nature des pouvoirs politiques dans une nation libre, que es de 1792)

Condorcet rêvait même de la mise en place d’un roi-machine, exploitant en politique les possibilités offertes par la nouvelle science des automates. «Il faut au peuple qui veut être libre et paisible, écrivait-il, des lois, des institutions qui réduisent à la moindre quantité possible l’action du gouvernement» . Il allait même jusqu’à parler d’une nécessaire «nullité du gouvernement» résultant «d’un système de lois profondément combiné » (Le Bon Gouvernement, I, Cap 1, p. 47)

Las razones son bien distintas, casi contrarias: En un caso garantizar el más completo dominio por parte del gobernante; en el segundo evitar cualquier posibilidad de poder arbitrario por parte del gobernante. Pero la técnica pensada es la misma: Que sólo exista la ley y con ella se limite el poder de la maquinaria del gobierno.

Hay algo más profundo que las une: En ambos casos lo que se quiere es la menor intermediación entre el soberano y el resultado. Es por ello que se quiere eliminar la máquina de gobierno, que actúa como intermediador, y que se realce la ley, que expresa al soberano. Las diferencias provienen de como se piensa al actor soberano: En el caso de Shang Yan es el rey el soberano y la disminución del gobierno es un aumento del poder real soberano. En el caso de Condorcet y los revolucionarios franceses es la nación la soberana y la disminución del gobierno es un aumento del poder del pueblo soberano.

La idea de soberanía, llevada a su extremo, intenta eliminar al gobierno. La existencia del aparato administrativo y burocrático nos muestra, entonces, la incapacidad que la idea de soberanía pueda llevarse a la práctica; y la mantención de esos aparatos, odiados e intentados superar casi siempre declara la imposibilidad de realización de una voluntad soberana que simplemente se manifiesta. La fricción de la realidad, el hecho que no importa cómo, no existe un soberano pleno, se expresa a través de la existencia de la administración. A milenios de distancia, en los extremos de Eurasia, se repite el intento, y el fracaso finalmente, de una sociedad transparente a los deseos de una voluntad.

NOTA.

La referencia a los libros citados es:

Mark Edward Lewis (2007) The Early Chinese Empires. Qin and Han. The Belkap Press of Harvard University Press.

Pierre Rosanvallon (2015) Le bon gouvernement. Éditions du Seuil. Points 809.

¿Por qué lo pensamos que lo universal es biológico y lo social es particular?

Leyendo On Sociology (2007) de Golthorpe, una muy robusta defensa de una sociología científica en el molde tradicional, hay una discusión sobre el rol de la teoría de la acción racional en sociología (cuya primera versión fue publicada en 1998 en el British Journal of Sociology) donde se dice:

Action that follows from an unconditional commitment to ‘immanent’ as opposed to ‘instrumental’ values is, Hechter argues, most likely to cut across patterns of rational action where immanent values are neither universal (e.g, biologically determined) nor merely idiosyncratic (p. 159).

En la cita hay una asociación que es bastante común entre procesos universales de la vida social y biología. Hay que hacer constar que la cita usa la biología como ejemplo, no está diciendo que todos los casos de valores universales inmanentes sean biológicos; sin embargo, la cita ilustra una asociación que es mucho más general.

Pensemos en lo común que ha sido en ciencias sociales defender la primacía de lo social usando como argumento la variación entre culturas y sociedades: Dado que tal y tal práctica varía entre sociedades entonces se sigue que no puede tener basamento biológico. Nuevamente, aquí tampoco estrictamente se niega que algo universal pudiera ser social, pero ello no aparece como central ni principal.

Y frente a ello cabría destacar que bien podemos tener procesos y dinámicas que emergen del mero hecho de como se constituye una socialidad como la que tenemos los seres humanos (digamos, que opere a través del lenguaje o que opere a través del sentido o que opere a través de la racionalidad, o cualquier otro rasgo que quiera usarse) y que esas dinámicas pueden ser, por lo tanto, universales. Al fin y al cabo, la socialidad es una característica universal de nuestra existencia.

Dos prestidigitaciones. Tecnocracia y compromiso

En esta entrada sólo presentaré de manera breve un argumento que espero desarrollar en un artículo los próximos meses. Esquemáticamente:

La tecnocracia se presenta a sí misma como una consecuencia de una ciencia neutral. De ahí deriva entonces la idea de una acción técnica (de una política sin política, de una política científica). Bajo esa idea, entonces lo que debe ocurrir es que se sigan las instrucciones emitidas por los poseedores de la verdad. La consecuencia es entonces anti-democrática.

La idea es una prestidigitación porque se obtiene una consecuencia falsa de la idea inicial: Se hace pasar como si la idea que las afirmaciones cientificas sobre la realidad son neutrales fuera equivalente a la idea que se puede derivar sin ideas políticas, ideológicas, morales una acción de una afirmación. Y ello es incorrecto.

La ciencia comprometida se presenta a sí misma como un rechazo a la tecnocracia, recordando que no hay posible separación entre la realidad y el valor. De ahí deriva entonces la idea de una ciencia comprometida (de una ciencia que intrínsecamente tiene una postura política). Bajo esta idea, entonces los científicos denuncian una realidad e indican sus males y lo que hay que hacer. La consecuencia es también aquí antidemocrática.

La idea es una prestidigitación porque se obtiene una consecuencia falsa de la idea inicial: Se hace pasar como si la idea que toda postura de acción implica la unión de afirmaciones empíricas y posturas políticas fuera equivalente a plantear que la ciencia como tal nos permite establecer qué es lo que hay que hacer.

En estas dos prestidigitaciones se intenta esconder lo que tienen en común: en ambos casos se elide el que están en contra de la deliberación política democrática del común (del que no es experto) como fundamento de las decisiones comunes. En ambos casos se pretende que los científicos (ya sea presentada como neutral o presentada como comprometida) son los que dicen lo que hay que hacer.

Frente a ello (y frente también a la denostación de la ciencia) habrá que defender que el científico es también ciudadano, y en tanto ciudadano tiene el mismo derecho a hablar de las cosas comunes que todos, puesto que tiene el fundamento -es también alguien con algo que decir. El cientifico, en tanto científico, tiene un saber particular y que como todo saber especial ha de ser reconocido (así como lo tiene el que ha experimentado algo por ejemplo o el que tiene una visión moral nueva etc.), pero de ese saber no se deriva ninguna consecuencia directa -es a través de la deliberación, donde todos tienen igual derecho a hablar, que se puede extraer alguna conclusión. Los científicos tienen un papel que jugar en la deliberación pública, un papel que no reemplaza a dicha deliberación y que no reemplaza su rol como ciudadanos.

NOTA. Se puede retrucar que no todos quienes plantean posiciones tecnocráticas o comprometidas hacen la prestidigitación mencionado. Que hay tecnocrátas que reconocen que de la ciencia sola no se pueden derivar acciones -que eso requiere política y valores. Que hay comprometidos que reconocen que el compromiso no es una consecuencia de la ciencia sino una opción. A lo cual cabe responder que quienes dicen esto, están planteando exactamente lo que se dice en esta entrada. Sus posiciones son formalmente idénticas y lo que varía es un tema más personal sobre la disposición a participar en la palestra pública, que puede ser mayor o menor.

Lo anterior no quita que, sin embargo, sí hay muchos que caen en las prestidigitaciones que hemos dicho. Y no estará de más, entonces, mostrar esa prestidigitación.

El olvido de los Países Bajos en el discurso sociológico de la modernidad (releyendo a Barrington Moore)

Los Orígenes Sociales de la Democracia y la Dictadura de Barrington Moore es un libro clásico. Lo es no sólo por su tema, que finalmente es sobre variantes (democráticas y autoritarias) de ingresar en la modernidad, sino por su método -es uno de los ejemplos más famosos de análisis histórico comparado. Como todo libro de esa índole tiene que defender su elección de casos (el Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Japón, China, India) y dice en particular sobre otros posibles otros casos ‘democráticos’ y por qué se los excluye:

This study concentrates on certain important stages in a prolonged social process which has worked itself out in several countries. As part of this process new social arrangements have grown up by violence and in other ways / which have made certain countries political leaders at different points in time during the first half of the twentieth century. The focus of interest is on innovation that has led to political power, not on the spread and reception of institutions that have been hammered out elsewhere, except where they have led to significant power in world politics. The fact that the smaller countries depend economically and politically” on big and powerful ones means that the decisive causes of their politics lie outside their own boundaries. It also means that their political problems are not really comparable to those of larger countries (Social Origins of Democracy and Dictatorship, Penguin, 1966: ix-x)

Entre los países que ha dejado en el campo de países pequeños que sólo han recibido instituciones desde fuera y que no han sido poderes significativos en la política mundial se encuentran los Países Bajos. Ahora bien, las razones de la exclusión pueden quizás caracterizar al Reino de los Países Bajos desde 1815 en adelante, pero definitivamente no a las Provincias Unidas del siglo XVII y XVIII (y el relato de Moore parte con anterioridad al siglo XIX en cualquier caso). Este ‘olvido’ de las Provincias Unidas, centro de la economía capitalista global en la modernidad temprana, no es exclusivo de Moore. Braudel en su magnífico Civilización Material, Economía y Capitalismo había dejado el período en que Amsterdam dominó la economía como la última dominación pre-moderna, basada en una ciudad, con el paso a la dominación en Inglaterra siendo el paso definitivo, cuando se pasa a un país central.

Sin embargo, es plenamente defendible que las Provincias Unidas no eran un país pequeño en el contexto del siglo XVIII-XIX. Ni en tamaño ni en población era muy menor comparado con Inglaterra (lo cual no deja de ser relevante dado que, por ejemplo, Inglaterra y Escocia estaban unidas bajo una unión personal, pero seguían siendo reinos distintos). Y ello sin contar con su poderío comercial. Hasta finales del siglo XVIII las Provincias Unidas eran un factor importante en el sistema europeo: En 1672 se las arreglaron para resistir una invasión conjunta de Inglaterra y Francia, y las victorias de De Ruyter a las flotas combinadas un momento clave, y la invasión tanto alarmó al resto de las potencias europeas que declararon la guerra en defensa de las Provincias. En 1688 las Provincias Unidas invaden Inglaterra, y tanto la flota como el ejército enviado claramente superior a lo que podía poner Inglaterra en su defensa. La Gloriosa Revolución no fue un asunto meramente interno, sino que incluyó una operación militar importante (y el manejo de la operación en 1688 mostró una máquina mucho más eficiente que lo que España logró en 1588 en su intento de invasión).

The passage of the vast armada through the Narrow Seas presented a stunning spectacle. First, the leading ships paused to enable stragglers to catch up. Then the prince gave the signal ‘stretching the whole fleet in a line, from Dover to Calais, twenty-five deep’. The Dutch were through, ‘colours flying’, the fleet ‘in its greatest splendour’, a vast mass of sail stretching as far as the eye could see, the warships in either flank simultaneously thundering their guns in salute as they passed in full view of Dover castle on one side and the French garrison at Calais on the other (Geoffrey Parker, Empire, War and Faith in Early Modern Europe, Allen Lane, 2002: 64-65)

Las Provincias Unidas no eran una potencia menor.

Tampoco se las puede tratar como un país simplemente que sigue a otros. En el siglo XVII (y también en el siglo XVIII) se puede decir que las Provincias Unidas ya son, si no una sociedad ‘moderna’, una que está claramente en esa dirección.

Ya tiene un mercado de nivel nacional, un uso importante de combustibles para sus usos energéticos (es cierto, turba en vez de hulla, pero carbón mineral en última instancia), superando el régimen malthusiano (matrimonios y nacimientos dependen ya no del ritmo de las cosechas, sino de salarios, carreras, urbanización y ritmos migratorios etc.), con la aparición de formas modernas de organización económica (la Vereenigde Oostindische Compagnie es una de las primeras corporaciones), una de las primeras ocasiones en que existe un arte masivo y comercial (con la aparición en un porcentaje no menor de hogares de pinturas), la aparición de una conciencia ‘nacional’ (hasta el fin de la república se usará la mitología de la revuelta contra los españoles como forma de construir una unidad nacional, al igual que EE.UU nunca olvidaron su lucha por la independencia y su construcción institucional), usos masivos de propaganda en las discusiones políticas, una presencia de la cultura impresa de fuerte importancia. Schama en su The Embarrassment of Riches menciona que la mera existencia de las Provincias Unidas como un poder burgués importante que no le daba importancia ni diferencia al orden aristocrático, que se sentía superior a ello, era parte de los agravios que producía ella en las cortes europeas. Su cultura fue bastante influyente en Europa central y del Norte, e incluso para Pedro el Grande en Rusia. Sus instituciones también generaron admiración y aparecieron como ejemplo entre al menos algunos de sus contemporáneos:

When Sweden’s KIng Gustav II Adolf tried to persuade the German Protestant princes to form a close and lasting military alliance against the Catholics in 1631-2, he often pointed out to an admirable example of how small powers could become powerful by co-operation: the Dutch Republic (Glete, War and the State in Early Modern Europe, Routledge, 2002: 140)

La idea misma de una república federal, que une así el poder local pequeño con una unión poderosa, antecede a los Estados Unidos, estando presente en las Provincias Unidas.

Ni pequeño, ni mero imitador, ni segundo en el camino hacia la modernidad, ¿por qué desaparece de la visión del relato tradicional? Volvamos a Barrington Moore. Al inicio de su examen de su primer caso (Inglaterra) nos dice:

As ONE BEGINS THE STORY of the transition from the preindustrial to
the modern world by examining the history of the first country to
make the leap, one question comes to mind almost automatically.
Why did the process of industrialization in England culminate in
the establishment of a relatively free society? (p. 3)

Y ya al finalizar el estudio nos dice:

THE PROCESS OF MODERNIZATION begins with peasant revolutions
that fail. It culminates during the twentieth century with peasant
revolutions that succeed (p. 467)

El libro (cuyo subtítulo es Lord and Peasant in the making of the modern world) busca negar una visión en que el nacimiento de la modernidad se debe al crecimiento de la burguesía, y en el cual el campesinado prácticamente no tiene rol y donde la aristocracia es un mero obstáculo. Lo que intenta mostrar es que la forma en que se da la lucha entre la aristocracia y el campesinado es relevante para determinar los tres principales caminos a la modernidad que establece (el camino de la revolución burguesa que lleva a la democracia, el camino ‘por arriba’ que lleva al fascismo y el camino comunista). Aunque la visión que Moore plantea era distinta de la tradicional en su época, comparte -finalmente- una idea basal: la modernidad nace como disolución de un mundo ‘feudal’ (en un sentido muy general, donde domina una aristocracia a un campesinado).

Y aquí podemos encontrar la razón estratégica del olvido de las Provincias Unidas: porque si aceptamos que fueron relevantes y que no es cierto que el salto a la modernidad ocurrió primero en Inglaterra toda esa visión se mostraría equivocada. Los Países Bajos al norte del delta Rhin-Mosa-Escalda nunca fueron un país ‘feudal’, donde una aristocracia dominara a un campesinado. La aristocracia siempre fue débil, la agricultura prontamente adquirió características comerciales, y se urbanizaron con rapidez, el proceso mediante el cual se ‘reclamaron’ esas tierras durante el Medioevo no fue un proceso dirigido por una aristocracia feudal. Lo que existía de ese mundo ocurrió al sur del delta, e incluso en esas zonas (Flandes y Brabante por ejemplo) de todas formas se urbanizaron rápidamente. En ese sentido son comparables con Nueva Inglaterra, otra zona donde la modernidad no emergió desde un trasfondo feudal.

Ello no quita la idea de Moore de un camino a la modernidad producto de una revolución burguesa, solo que en ese caso habría que pensar que la rebelión contra España es la primera revolución burguesa, y el Acta de Abjuración de 1581 o el Unión de Utrecht de 1579 los documentos políticos fundantes de la modernización. Lo que sí hace es negar la centralidad necesaria del rol campesinado-aristocracia.

Lo que elimina es también una mayor complejidad de la historia de la modernidad. Si las Provincias Unidas son ya una sociedad relativamente moderna y su revolución burguesa ocurre en el siglo XVI, entonces nos encontramos con varios problemas. El primero es que no se instaura una democracia, sino una república oligárquica con una base burguesa que resulta relativamente estable (dura hasta finales del siglo XVIII); el segundo es que esa revolución burguesa no evitó la existencia de otro proceso revolucionario, este ya contemporáneo con las revoluciones del siglo XVIII y más ‘democrático’, durante la década de los 1780’s cuando el grupo de los patriotas se hace del poder, hasta ser expulsado por una intervención prusiana.

No es tan sólo un tema de varios caminos a la modernidad, sino que la modernidad no parece ser un camino de ‘una sola vuelta’. Más allá de los diversos caminos, lo que tenemos es una historia de procesos de modernización de más largo alcance, y con más vericuetos. Incluir a las Provincias Unidas en el relato estándar de la modernidad implica cambiar la concepción de qué es una sociedad moderna. Eso es lo que está detrás de un olvido.

Notas sobre La Distinción de Bourdieu: (I) ¿El fin del ‘buen gusto’? y sus consecuencias

La Distinción, originalmente publicada en 1979, es una de las obras principales de la sociología del último cuarto del siglo XX. A más de 40 años bien podemos decir que es un clásico de la disciplina, y es de hecho una de las obras más citadas de la disciplina.

Toda obra muy conocida lo es, en muchos casos, malamente; y la multiplicidad de citas no siempre corresponde a la multiplicidad de lecturas. El malentendido es el destino de toda obra muy conocida. Pasa con La Distinción.

Un malentendido común, que ha dado origen a múltiples críticas, es sobre una confusión de los niveles empíricos y teóricos en la obra. En La Distinción opera el esquema teórico de Bourdieu (habitus, campos, capitales) y no se entiende sin éste. Pero los resultados de la investigación, la forma en que opera la lógica del gusto, las características que los conforman y los esquemas que los diferencian, son empíricos. Nada en Bourdieu implica que los esquemas analizados para la Francia de los ’60 (que, al fin, provienen de enclasamientos y de habitus bien específicos para dicha sociedad) se encontrarían de la misma manera en otros contextos. Y encontrar que ellos difieren no refuta el argumento teórico de Bourdieu, sólo indica que la estructura del gusto de la sociedad estudiada no sigue los lineamientos de la Francia de los ’60.

Hay varios elementos que encontró Bourdieu en sus análisis que en general otros estudios plantean que ya no funcionan en las sociedades actuales. Aquí nos interesa señalar lo siguiente: En La Distinción se muestra una sociedad en la que existe un gusto dominante, y ese gusto está articulado por una aproximación estetizante y formalista (que será denominada kantiana por Bourdieu). Una estética que produce que para comprender una obra es necesario todo el capital simbólico de ese campo, sólo de esa forma es posible entender todos los juegos y desarrollos formales que están en ella y en los que, de acuerdo a ese gusto, radica el valor estético.

Le mode de perception esthétique dans le forme “pure” qu’il a prise aujourd’hui correspond à un état déterminé du mode de production artistique: un art qui, comme toute la peinture post-impressionniste par exemple, est le produit d’une intention artistique affirmant le primat absolu de la forma sur la fonction, du mode de représentation sur l’objet de la représentation, exige catégoriquement une disposition purement esthétique que l’art antérieur n’exigeait que conditionnellement; l’ambition démiurgique de l’artiste, capable d’appliquer à un objet quelconque l’intention pure d’une recherche artistique qui est à elle-même sa fin, appelle l’infinie disponibilité de l’esthète capable de appliquer l’intention proprement esthétique à n’importe quel objet, qu’il ait été ou non produit selon une intention artistique (Parte 1, Cap 1, p 30)

Contra ello aparece el gusto anti-kantiano de las clases populares, para quienes el valor estético está en el objeto mismo, no en la forma en la cual se aproxima a éste, y que rechazan la actitud estetizante misma

C’est en effet au nom d’une “esthétique” qui veut que la photographie trouve sa justification dans l’objet photographié ou dans l’usage éventuel de l’image photographique que les ouvriers rede la pelliculefusent presque toujours le fait de photographier pour photographier (avec par exemple la photographie de simples galets) comme inutile, pervers ou bourgeois: “C’est gâcher de la pellicule”, “Il faut avoir de la pellicule à gaspiller”, “Il y en a, je vous jure, ils ne savent pas comment tuer le temps”, “Faut avoir rien d’autre à fair pour prendre des machins comme ça”, “c’est de la photo de bourgeois” (Parte 1, Cap 1, p 42)

Eso se habría perdido en la actualidad. En particular, se ha perdido el carácter dominante de ese gusto estetizante. No es que ello implique la pérdida de actitudes de distinción o la oportunidad de diferenciar gustos dominantes de dominados (toda la larga discusión sobre el omnivorismo cultural nos muestra lo complejo de todo ello), y resabios de ese gusto estetizante siguen con nosotros. Pero, al parecer, el elitismo de esta estética se ha debilitado, y defender un gusto que dejaría fuera a buena parte de la población porque no está a la altura de éste se ha debilitado. Algunas de las citas que muestra Bourdieu sobre esta estética formalizante y elitista en la actualidad serían más difíciles de aparecer o aparecerían de manera más defensiva (por ejemplo las de Ortega Suzanne Langer en la p. 32 en su juego de los ‘mejores’ frente a aquellos que ahora ya no tienen excusa para acceder al arte pero siguen sin ir a los museos y por lo tanto muestran la diferencia sustantiva entre lo vulgar y lo distinguido).

Es interesante observar lo que ha reemplazado esa estructura. El debilitamiento de ese gusto dominante formalista es el debilitamiento de sus bases de sustentación social. Lo que permitía la existencia de ese gusto formal era la aparición de un campo artístico diferenciado (Bourdieu analizaría la aparición de ello en una obra posterior, Las Reglas del Arte), y el debilitamiento del gusto que había estado aparejado es el debilitamiento de ese campo y, en particular, de su autonomía.

El arte en el contexto de los ’60 (y en Francia) se había convertido en un campo relativamente autónomo; y la reproducción material de ese campo se había logrado independizar (relativamente) de lógicas ajenas a éste. En la actualidad podemos, más bien, observar que en la operación de las actividades artísticas (y en general en todas aquellas que dicen relación con el gusto) el refortalecimiento de lógicas de rentabilidad o de venta. Contra un gusto formalista que puede ser acusado de elitista se levanta la defensa del gusto popular-masivo y el indicador de ese gusto pasa a ser cuanto venden (o cuanto ayudan a la venta a través de la publicidad en los casos en los que el contenido no se vende directamente).

La desaparición de la dominación de gusto elitista del esteta implicó en la práctica la dominación de la lógica comercial en el campo artístico.

NOTA. Esta serie de entradas no analizará el texto capítulo por capítulo o sección por sección (como las series dedicadas a Las Reglas y a los capítulos iniciales de Economía y Sociedad) sino se limitará a comentar algunos temas específicos.

Las citas son a la edición en francés de Les Éditions de Minuit.