Sólo para que no se me olvide. Dante, Beatriz, Ponto Vecchio y la 2a Guerra Mundial

Vía Ionarts y Bookslut

Six hundred fifty years later, during World War II, the Americans were chasing the German army up the Italian “boot.” The Germans were blowing up everything of aid to the progression of the American army, including the bridges across the Arno River. But no one wanted to blow up the Ponte Vecchio, because Beatrice had stood on it and Dante had written about her. So the German army made radio contact with the Americans and, in plain language, said they would leave the Ponte Vecchio intact if the Americans would promise not to use it. The promise was held. The bridge was not blown up, and not one American soldier or piece of equipment went across it. We’re such hard bitten people that we need hard bitten proof of things, and this is the most hard bitten fact I know to present to you. The bridge was spared, in a modern, ruthless war, because Beatrice had stood upon it

Robert Johnson
“The Figure of Beatrice in Dante’s Divine Comedy”

Interludio Musical. De nuevo con Händel y el Mesías

Escuchando algunas trozos del Mesías, me acordé de algo que había escrito en un foro sobre música hace algún tiempo atrás y decidí -más que nada para no perderlo yo- poner aquí ese texto. El foro es en inglés, y como no tengo ganas de traducir, en inglés se queda

The Messiah has been criticized in this thread for being joyful and popular. Or at least, that such things could detract of its worth. But I do think that no sacred christian work can be really truthful to the message if they do not have those traits.

Joyful? The Messiah tell the whole story, from prophecies to birth, preaching, death and resurrection. And the resurrection is key in the end. The chief day, after all, of Easter is not Friday but Sunday. If I am not mistaken, no less an authority than Paul declared that ‘If Christ has not been raised, then our preaching is in vain and your faith is in vain’. And the message and promise of resurrection is a joyful one, and it is intended to be so. And the joy of the resurrection is very clearly communicated in the Messiah (and at the same time it communicates the proper emotions to the other stages in the story).

Popular? The christian message was not intended for kings and wise men, and humble fishermen were chosen to be the apostles. It is intended to be popular, and to have a wide appeal. A sacred christian work that does not tell anything to the man on the street has failed to communicate something essential to that faith. After all, the christian message it is not one destinated to the Club of People with Refined Musical Taste. The Messiah, a work that has been apreciated from musicians (Beethoven or Haydn as it has been mentioned already) to any poor fishermen, fulfils the universality of the message quite nicely, to say the least.

In other words, the characteristics of the Messiah are the ones that you should expect from a work than intends to communicate the christian message: To tell something about the awe that the promise of resurrection should have on you, and be able to appeal to everyone. And so, the rambling of this particular atheist about the Messiah and how true is to the Christian message ends.

Y después la gente se pregunta porque no se venden libros

El otro día. revisando una librería, me encontré con una edición -que definitivamente, desde el punto de vista de la editorial, era una barata (Austral)- de la Vida de los 12 Cesáres de Suetonio. ¿Precio? 30 mil.

Si se me ocurriera comprar en Amazon, la edición Penguin son 10 dólares. Así que, incluso incluyendo los gastos de envío, sale mucho más a cuenta si uno compra en Amazon y lo trae a Chile que comprar aquí.

Y al parecer los precios han aumentado en un nivel no tan menor. Hace unos 3 o 4 años compré aquí Berlin, la Caída: 1945 de Beevor, en edición tapa dura, por 20 mil pesos. En esa misma visita, se me ocurrió mirar, del mismo autor, El Día D, en edición rústica, pero ahora por 30 mil pesos.

Un pequeño acto publicitario

Y ahora haremos lo que, creo, jamás se nos había ocurrido en este humilde blog: Comentar el trabajo que realizo. Más que nada porque, después de algunos meses, en la unidad en que trabajo se puso el sitio web en funcionamiento -todavía con mil detalles y cosas a mejorar, pero en fin, mejor en algún momento subirlo. El tema es previsión social y la idea es un sitio que entregue información de manera permanente sobre el tema. ¿El nombre? El muy imaginativo de Observatorio Previsional.

Ahora, lo interesante es que el tema de previsión social ha resultado ser sociológicamente interesante. Porque en el ámbito de las pensiones se muestran los resultados de múltiples dimensiones: Impacta la situación laboral, la demografía, la vida familiar, el concepto de ciclo de vida etc. Es un lugar interesante para conocer a una sociedad.

Además no deja de ser interesante el análisis de la sociedad en uno de los espacios donde la interacción entre biología y sociedad es más clara. Porque, claro está, tenemos pensiones porque somos seres que envejecen y mueren. También hay otros espacios donde la interacción es importante pero aquí tiene una claridad muy fuerte.

Spirit estacionario

Iba a escribir sobre las elecciones y esas cosas, pero después decidí que en realidad habría que escribir sobre cosas realmente importantes.

Hace algún tiempo, Spirit-uno del par de mejores robot del mundo, junto a Opportunity y únicos pensados para una misión de 90 días que terminan trabajando durante 6 años- quedo atascado en arena en Marte. La NASA decidió hoy 26 de Enero del año 2010 que no había vuelta y no había como sacar al pobre. Así que, dado que los sensores todavía funcionan -¿no dije que era el mejor robot del mundo?- decidió ocuparlo como una plataforma científica estacionaria y hacer los experimentos y mediciones que se puedan (link aquí). Por otro lado, Opportunity sigue funcionando feliz de la vida.

Existen múltiples razones para pensar que vivimos tiempos desgraciados. Por otro lado, vivir en el tiempo de las Voyager, de Galileo, de Cassini, y de un par de vehículos que se pasean 6 años por Marte no deja de ser reconfortante.


La imagen cortesía de Wikipedia

A proposito del estilo en la escritura

Hoy, por un motivo que no viene al caso contar, asistí a una actividad en que se distribuía un texto compuesto de entrevistas diversas.

Al final de uno de esos testimonios uno puede leer lo siguiente

Cuando el sol se pone en el horizonte y como un crisol incandescente ofrece los últimos respiros del día, Ruth se apresta a soñar despierta. Mientras, un gallo de cuello y cresta rojo profundo canta los sueños que la vida dibuja en el rostro de Ruth y su sonrisa inacabable.

No tiene mucho de extraño el que muchas veces intentemos superar el estilo seco de los informes oficiales; e intentemos agregar un poco de retórica -que siempre esperamos sea elocuente y no altisonante-. Uno piensa que, por ejemplo, los sueños de las personas merecen algo más elevado que el tono de un informe de resultados.

Pero también habrá que reconocer que el ejercicio de estilo habría que dejárselo a quienes se manejan en él. Para poner un ejemplo cualquiera (bueno, no tan cualquiera)

Murieron otros, pero ello aconteció en el pasado
qué es la estación (nadie lo ignora) más propicia a la muerte
(J. L. Borges, Cuarteta)

Que independiente de lo que uno opine del pensamiento expresado, está -creo- bien expresado.

Lo cual, en particular, debiera hacerme recordar que debiera controlar con más fuerza el intento de usar la retórica en aquello que escriba. Porque algo me dice que mis intentos de tener algo de estilo se parecen,a mi pesar, más al primero que al segundo de los ejemplos citados.

De la perfección

Aunque los seres humanos somos, usualmente, bastante desastrosos, en algunas ocasiones nos acercamos a la perfección y a la plenitud. Cada quién sabrá en qué ocasiones tiene esas experiencias, pero yo al menos la tengo usualmente escuchando música. De las siguientes obras, que no sé si serán las mejores, o las que más me gustan, o las que escucho más recurrentemente, sí creo que muestran el espíritu humano, si se me permite una expresión tan cursi, en su mejor faceta..

Y después de expresiones algo ridículas sobre el asunto, pasemos a los que nos interesa (aunque continuemos con el tono beatífico). El listado de obras de manifiesta perfección y ostensible plenitud.

  • Byrd. In Nomine a 5. No 5. Son dos minutos solamente, pero entre los mejores 2 minutos posibles.
  • Bach. La Ofrenda Musical.
  • Bach. El Arte de la Fuga
  • Haydn. Las 7 Ultimas Palabras de Nuestro Señor en la Cruz.
  • Beethoven. El Cuarteto en La Menor, Op 132 -en particular, la Heilige Dankgesang. Acabándola de escuchar, no se si será el día o que, pero nunca deja de afectarme.
  • Beethoven. Cuarteto en Do sostenido Menor, Op 131
  • Beethoven. La Grosse Fuge.

La siguiente pieza no es, al revés que las anteriores, una declaración de perfección y plenitud, sino casi todo lo contrario. Pero, al mismo tiempo, resulta una manifestación tan precisa del desgarro que creo está al mismo nivel.

  • Schonberg. El Sobreviviente de Varsovia, Op 47.

Si todo lo que los seres humanos, en toda su existencia, hubiera hecho, hubiera sido crear las obras anteriores, creo que nos justificaría en algo. En esos pocos momentos de perfección, creo que mostramos que -en algunas gloriosas ocasiones- podemos ser mejores de lo que somos, y de los que nos merecemos.

Ya sé, cursi y todo, pero no por ello menos cierto -o al menos eso creo.

De la melancolía, la felicidad y lo transitorio.

Algo extraño tiene la música para conjunto de violas: No importa que sea lo que toquen, siempre suena profundamente melancólica. Uno empieza a escuchar una pieza por Byrd or Dowland, o peor un conjunto de ellas, y la capacidad para que produzcan melancolía es asombrosa (*).

Ahora, la melancolía, creo, es de todas las emociones relacionadas con el dolor, la más cercana a la felicidad. Nace, en un buen número de ocasiones, del reconocimiento -en medio de un momento de felicidad- que éste no será duradero, que toda felicidad pasará (como tears in the rain para citar a Blade Runner).

Y claro está, es un reconocimiento que todos enfrentamos alguna vez. Un reconocimiento que vuelve la felicidad sospechosa, sólo apta para quienes viven en la ilusión y no pueden mirar la vida tal como es. Pero esa sería, creo, una falsa conclusión.

Porque eso indicaría que las cosas solo valen por su duración, que aquello que es sólo de un momento, que es efímero, no vale mucho. Que, para recordar a los griegos, no digas de nadie que es feliz hasta el último momento. Pero las cosas no dejan de ser porque pasen sólo un momento. Incluso bien pudiera uno plantear que aquello que vale la pena, es aquellos que sería valioso aún cuando sólo durara un instante, y luego se perdiera.

Medir las cosas por la vara de la eternidad no parece adecuado para los seres humanos, para quienes la eternidad y lo permanente sólo son un concepto, y que lo que viven, y lo que es valioso, es en esos momentos. Y por ello la melancolía no es tanto una condena de la felicidad, como el reconocimiento de su carácter.

(*) En Youtube no encontré mucho sobre Byrd, pero he aquí este link a un grupo amateur que toca la Fantasía a 4. Y sobre Dowland, del mismo grupo amateur tenemos las Lachrimae Antiquae:

Reconsiderando Francia

Los que me conocen de un tiempo, conocen de mi aversión explícita a lo francés: a sus pensadores, a los estilos de pensamiento, a las artes, a la cultura, en fin a todo. Creo -demos gracias a mi suerte no haberlo puesto por escrito- haber dicho algunas frases muy terminantes, absolutas y dichas con todo el tono indudable que acompaña lo anterior, sobre lo terrible de la cultura francesa.

Una de las cosas positivas de las frases terminantes, absolutas, y dichas con total aplomo, es que permiten y facilitan el cambiar de opinión. Y he aquí, entonces, que procedemos a ese cambio.

Hace poco, procediendo a releer algunos de mis libros favoritos, dime cuenta que -de hecho- los dos que estaba releyendo habían sido escritos en francés: Las Memorias de Adriano de Yourcenar y La Peste de Camus. Y no estaría de más recordar que a estas alturas de la vida, mi sociólogo favorito es Bourdieu.

Sería posible el intento de rescatar mi viejo menosprecio indicando que Yourcenar es belga, Camus nació en Argelia, y que Bourdieu no representa el tipico pensador francés. Pero, serían, claro está, respuestas débiles.

Mejor simplemente reconocer el error. Porque además me permite comentar un rasgo común tanto a Las Memorias como a La Peste, y que puede quizás considerarse francés: la combinación de una gran lucidez con un rechazo deliberado a caer en la desesperación. Y en ello he de reconocer que me agrada la postura. En otras palabras, que siendo nuestro destino semejante al de Sísifo, no es ese motivo suficiente para quedar aprisionado en la angustia, que se puede tomar la decisión, que vale la pena tomar la decisión, de seguir y continuar.

Hay muchos párrafos de La Peste reflejan esa actitud. Pero me acuerdo del momento en que Tarrou le comunica a Rieux la decisión de formar equipos de voluntarios de sanidad. Una decisión que ninguno acierta a defender con toda claridad, con ideas irrefutables, pero en ambos el sentimiento de que eso es lo que hay que hacer, lo que corresponde hacer, es más poderoso.

Después que Tarrou le dice a Rieux que cree que hay que formar esos equipos y que se ofrece a ello, este le pregunta si lo ha reflexionado bien. Entre medio de la conversación tiene lugar este intercambio:

– ¿Después de todo?- dijo suavemente Tarrou.
– Después de todo… -repitió el doctor y titubeó nuevamente mirando a
Tarrou con atención-, ésta es una cosa que un hombre como usted puede
comprender. ¿No es cierto, puesto que el orden del mundo está regido por la
muerte, que acaso es mejor para Dios que no crea uno en Él y que luche con todas
sus fuerzas contra la muerte, sin levantar los ojos al cielo donde Él está
callado?
– Sí -asintió Tarrou-, puedo comprenderlo. Pero las victorias de usted
serán siempre provisionales, eso es todo
Rieux pareció ponerse sombrío
– Siempre, ya lo sé. Pero eso no es una razón para dejar de luchar
– No, no es una razón. Pero me imagino, entonces, lo que debe ser esta
peste para usted.
– Sí -dijo Rieux-, una interminable derrota.

Luego de ello, proceden a formar los equipos.