Al centro+izquierda no le fue mal en la elección, pero la Nueva Mayoría fue claramente derrotada

Hace cuatro años la derecha tenía muy buen animo porque, contra pronóstico (¿habrá que recordar que en esa ocasión el CEP se equivocó hacia la izquierda? Lo único constante es que sobre-representa el primer lugar parece), se había logrado. Tanto que pasó por alto (a) que no tenia posibilidad alguna para la 2a vuelta y que (b) la elección parlamentaria había representado una derrota contundente.

Hoy se repite un poco el escenario, pero con actor cambiado (es ahora la Nueva Mayoría la que tiene ese ánimo). Es cierto que hay diferencias. La 2a vuelta es meramente muy difícil en vez de imposible. El 2013 Matthei no tenía donde crecer, y la 2a vuelta la habían producido los candidatos de izquierda. Aquí, sucede que Guillier tiene donde crecer. La magnitud y la dificultad de ese crecimiento lo vuelven muy difícil, pero en principio hay un camino. Pero también ocurría que si Matthei representaba el peor resultado de la derecha en todo el ciclo desde 1989, lo mismo ocurre con Guillier (si se suma Guillier+Goic se repite el resultado 2009).

Ahora bien, lo que sí se repite es el desastre parlamentario. La debacle es en escaños y en votación. Una tabla dejará las cosas más en claro:

Comparación votación parlamentaria (diputados) Nueva Mayoría 2013-2017

Votos Escaños
2013 (Nueva Mayoría) 2.967.896 67
2017 (NM + DC) 2.082.808 56
Diferencia 885.088 11

Casi un millón de votos menos (la votación 2017 es similar a la votación de la municipal que ya era un desastre). Además, 11 diputados menos -en una Cámara que dispone de 35 más diputados.

En general, la Concertación-NM había ganado todas las elecciones parlamentarias desde 1989 en adelante, a veces por poco, pero siempre era la primera coalición. Esta es la primera vez que no es la principal coalición en la cámara de diputados. Y conste que estoy sumando listas que no por nada no pudieron ir reunidas.

En resumen, a la Nueva Mayoría (con o sin DC) el resultado fue paupérrimo.

Ahora bien, al centro+izquierda (no digo centroizquierda porque ni van juntos ni forman una sola sensibilidad, pero tiene sentidos reunirlos porque la alianza entre centro e izquierda ha sido efectivamente una base política desde 1989 en adelante) le fue relativamente bien. O al menos, efectivamente los que apoyan cambios y transformaciones son más de los que no los apoyan. La Suma de NM+FA+PRO en diputados es más que CHV (la votación de diputados de la DC puede ir a cualquier parte).

La derecha obtuvo su un poco menos de 40 puntos y 2.3 millones que es su base electoral. Una base que sigue siendo minoría pero que, como ha sido la tónica desde hace muchos años, es individualmente el sector más fuerte. El centro+izquierda “progresista” sigue siendo la mayoría política, que es lo que ha sido en realidad durante todo el período. Que esa mayoría pueda efectivamente operar como una mayoría (i.e operar como unidad) no es claro -y algo me dice que para poder operar como unidad se requeriría primero una transformación interna importante.

 

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