La sociología en la locomoción colectiva

Algunas ventajas tiene detestar los automóviles, y de no tener ninguno (ahora por motivos económicos, pero anteriormente por gusto de hecho). Al menos creo que las tiene para sociólogos.

Porque hay que reconocer que escuchar las conversaciones y las situaciones en la locomoción colectiva no deja de ser interesante. Desde el Transantiago, hasta discusiones sobre segmentación de grupos juveniles (recuerdo una larga escucha en Tobalaba a un par de adolescentes sobre las ‘cuicas andinas’), pasando por músicos callejeros que lanzan peroratas y nos cuentan de su sitio web (desafortunadamente, no anote el nombre); hay mucho que observar y escuchar.

Sería bastante útil que alguna vez me hiciera caso y efectivamente me agenciara una grabadora para los viajes en micro y metro. Y quizás habría que analizar porqué la micro funciona mucho mejor para la escucha cotidiana que el metro, que es un medio de transporte silente.

Volviendo después de un tiempo

Algo abandonado tenía este pobre blog -y eso que tenía varias ideas para postear. Pero bueno, de hecho, sólo posteo para repetir algo que ya había dicho en Julio: Que Beethoven es inmejorable. Y para agregar que los cuartetos tardíos son la mejor música del mundo.

Y para ello, y siempre usando el fiel Youtube, el Op 131 (el primer movimiento), tocado por ningún cuarteto muy conocido, pero a quien le importa cuando la música es de ese nivel:

Y después de esto quizás podría volver a la sociología (o a la historia, de la que todos sabemos que es mejor)

La invisibilidad de la metodología

Una de las preguntas de la última prueba del curso de consumo implicaba comparar dos estudios que, a primera vista, tenían resultados que se contradecían. Joel Stillerman (*) estimaba que los hogares de clase trabajadora por él estudiados tenían una relación muy de cuidado con el crédito -limitando su uso todo lo posible. Un estudio de van Bavel y Sell-Trujillo (**), por el contrario, argumentaba que para los sectores bajos resultaba perfectamente sensato, razonable endeudarse -y de esta forma demostrar, de manera concreta, con bienes, que ya no es pobre. La pregunta era, bueno, ¿se pueden hacer compatibles ambos argumentos? Al fin y al cabo, ambos son sobre estudios cuyo campo es de finales de la década de los ’90, publicados con un año de diferencia, y trabajando sobre los mismos temas.

Varios alumnos intentaron solucionar la posible contradicción notando que, en principio, los grupos eran diferentes: Que los trabajadores de Stillerman -obreros especializados en una industria, obteniendo sueldos superiores a la norma del mercado- no eran el mismo grupo, ni económica ni socialmente al estudiado de van Bavel y Sell-Trujillo, que serían un grupo más pobre. Lo cual resulta medianamente razonable.

Pero lo que casi nadie comentó, y es la raíz de este post, fue la diferencia en metodologías. Stillerman es un estudio que se basa fundamentalmente en entrevistas en profundidad (a las mujeres de los trabajadores en buena parte), mientras que van Bavel y Sell-Trujillo usan técnicas grupales. Ahora, uno bien pudiera explorar las consecuencias de usar técnicas diferentes: Que resulta más fácil decir y explorar un tema ‘negativo’ cuando se habla en grupo -cuando no es necesario decir ‘hey, estoy super endeudado’ sino uno puede decir cosas ‘la gente se endeuda porque’. La entrevista individual nos lleva a lógicas diferentes de presentación -donde la lógica de exponer tácticas preferidas pueden ser lo más desarrollado. (***)

Ahora, la explicación anterior puede ser, probablemente lo es, bastante mala. Pero el caso es que defender la idea que usando técnicas distintas se obtienen resultados distintos no es demasiado difícil. Y que nuestros datos dependen de la forma en que hemos preguntado, porque cada técnica ilumina una parte del fenómeno, debiera ser parte de nuestro sentido común.

Pero el problema de los datos es que, una vez publicados, se olvida de donde y cómo se obtuvieron. Y pasan a ser ‘realidad’. Y entonces, como lo decía el título, la metodología se vuelve invisible.

(*) Joel Stillerman, Gender, Class and Generational Contexts for Consumption in Contemporary Chile. Journal of Consumer Culture, Vol. 4, No. 1, 51-78 (2004)
(**) Rene van Bavel y Lucía Sell-Trujillo, Understandings of Consumerism in Chile. Journal of Consumer Culture, Vol. 3, No. 3, 343-362 (2003)
(***) Miller, de hecho, hace una observación similar cuando diferencia sus resultados -de etnografía- de los obtenidos por otros que usan focus groups: No se puede esperar obtener lo mismo cuando se usan técnicas diferentes, cada una ilustra elementos que son diferentes.

Otras ideas sobre el curso de consumo.

El problema central que sufren los alumnos en un curso que no lleva mucho tiempo es que ocupan el rol de conejillos de indias: uno va probando diversas ideas hasta que se queda con alguna que sirva o crea útil. Y, en esa idea, veamos que es lo que se me ocurre ahora -principios de Julio del 2007- sobre el curso de consumo.

Y, como para algo se inventaron los esquemas, en esquema:

  1. Introducción: Consumo y sociología (Definiendo consumo para el curso)
  2. El argumento teórico: La sociología es importante para analizar el consumo, porque a través del consumo se manifiestan y concretizan las relaciones sociales (No hay relación social sino tiene acompañada interacción con bienes)
  3. El argumento histórico: La sociología debe interesarse en analizar el consumo, porque el consumo es crucial para entender las transformaciones sociales contemporáneas (modernidad y consumo, pos-modernidad y consumo y todas las cosas a través)
  4. Examinando el argumento teórico: Los clásicos y el consumo
  5. Examinando el argumento teórico: Mary Douglas -el consumo como un lugar central para la cultura (los bienes como buenos para pensar)
  6. Examinando el argumento teórico: Daniel Miller -el nucleo de la compra como expresión de relaciones sociales
  7. Examinando el argumento teórico: Bourdieu -desde el gusto a la compra (quizás darle más importante a Las Estructuras Sociales que a La Distinción)
  8. Examinando el argumento teórico: Un contra-argumento: Becker (o de cómo la importancia de los factores sociales no implica la importancia de los conceptos teóricos de la sociología)
  9. Examinando el argumento teórico: En conclusión, ¿que importa de lo social?
  10. Examinando el argumento histórico: El consumo en la construcción de la modernidad
  11. Examinando el argumento histórico: El consumo en la sociedad contemporánea (Miller, Bauman y el resto)
  12. Examinando el argumento histórico: ¿Que hay de nuevo en el consumo contemporáneo? Concretizando la mirada: Visiones sobre el consumo en Chile
  13. Concretizando la mirada: La mirada macro al consumo en Chile: Datos secundarios
  14. Concretizando la mirada: La mirada micro al consumo en Chile: El consumo en los sectores populares
  15. Concretizando la mirada: Consumo Cultural en Chile
  16. ¿Y entonces? La sociología del consumo y el intercambio de bienes: O de cómo andar siempre cerca del asunto y nunca tomarlo de verdad

Ahora, esto implica que toda la unidad de temas específicos desaparece (lo que está muy bien). Lo que habría que hacer es incorporar esos puntos dentro de los temas teóricos. También esto implica pasar autores menores (McCracken) dentro de los mayores -por ejemplo, como una elaboración a partir de Douglas.

Ventajas de esto: Dejo a buena parte de los autores que no me gustan -digamos, Baudrilllard- como parte del argumento histórico no del teórico. Paso de contrabando una distinción entre teoría (general y ahistórica) y un examen empírico (histórico). ¿Desventajas? No se me ocurre ninguna por el momento. Pero sabemos que esas cosas no duran.

No hay como Beethoven

Oficialmente, tenía pensado escribir de otras cosas -acerca de, finalmente, tener una buena estructura para un curso de consumo, comparar definiciones históricas y sociológicas de ‘modernidad’, críticar la teoría del colapso de Tainter, de que resulta interesante que las canciones duran 4 minutos y los programas de TV duran 30-1 hora y las películas duran 2 y otras cosas- pero, al final, tuve que rendirme a la evidencia: no hay como Beethoven.

Para prueba, y como siempre usando Youtube, el Cuarteto Hagen tocando el Op 135 (primer movimiento):

Y los otros movimientos: Segundo, tercero y cuarto (la difícil decisión, y sí, Es muss sein! Es muss sein!)

Y si todavía se requiere otra prueba, el Alban Berg tocando the Grosse Fuge: Primera parte:

Y la segunda parte (la división sólo fue por motivos relacionados con Youtube me imagino, porque es un sólo movimiento)

Lamentablemente no encuentro el movimiento lento del Op 132 el Heiliger Dankgesang: la “Canción Sacra de Agradecimiento de un Convaleciente, en el modo Lidio”, que es impresionante incluso para Beethoven, y que hubiera sido interesante, al menos para mostrar el rango que dominaba. Pero, en fin. Al menos algo es algo, y hay poca música que se compare a sus cuartetos de cuerda (*)

(*) Es una muestra de lo malacostumbrado que uno se pone el hecho que mi primera idea era poner links a prácticamente todos los cuartetos. Y que, de hecho, suponía que de hecho podían estar en Youtube. Por otro laod, es una muestra de las posibilidades de la época, que incluso buscando algo tan extraño como los cuartetos de Beethoven en Youtube encontrara varios (inclusive hay otros del Op 18 para el que quiera buscar)

Defender la Casen Redux

Tomando en cuenta que El Mercurio decidió el fin de semana seguir con la cantinela sobre la Casen, me imagino que sigue siendo necesario establecer porqué es importante defender el dato. Algunas de las críticas no tienen mucho sentido, a decir verdad. Se reclama que no se use la nueva canasta y se siga usando la del ’87. Pero lo mismo se pudo haber dicho en ocasiones anteriores y nadie reclamo (obvio, porque en esa ocasiones pasó que la pobreza no bajó). También se reclama que como cambió tanto la elasticidad crecimiento-reducción pobreza, porque ahora unos puntos de crecimiento hacen bajar mucho más la pobreza. Ahora, nadie reclamó (en el sentido de ‘los datos no sirven’) cuando a su vez la elasticidad cambió anteriormente -cuando pasó que el país crecía y no había disminución de la pobreza. En realidad, el tema es peor. Buena parte de las críticas mencionadas en El Mercurio habían sido, anteriormente, contra-argumentadas por Engel (el 24 de Junio en La Tercera). Pero en El Mercurio se opera como si eso no hubiera pasado.

Ahora, el caso es que esto es relevante. Conversando con un amigo, Rodrigo Márquez, me comentaba que lo que le parecía más negativo era el hecho que entre la discusión política se había perdido el hecho que había críticas más serias que hacer -por ejemplo sobre la definición de pobreza. Pero creo que eso es errado.

El tema importante es el político. Porque cuesta construir cifras confiables y en las que se confía. La confianza es fácil de destruir, y una vez rota cuesta mucho reconstruirla. Ahora podemos pensar, era lo que pensaba inicialmente, que da lo mismo -un poco de discusión y al mes vamos a estar todos usando y citando las citas como siempre. El gobierno usa las cifras políticamente -lanzando la encuesta de a pedazos-, la oposición replicadel mismo modo, pero a la larga nada importa. Pero así se empieza, y después quedará la encuesta CASEN como los datos del gobierno (así los llamó Larraín) y luego, sin darnos cuenta perdimos algo que teníamos, y que no dejaba de ser valioso.

Fácticos hablando de su facticidad

La micro no deja de ser una buena fuente de observación. Ayer, otro pasajero de mi recorrido leía -creo- La Tercera y pude ver el titular de una entrevista que un fáctico daba: ‘Me interesa un rábano que me traten de fáctico’

Ahora, en eso precisamente consiste ser fáctico: Que la opinión del resto te importe un rábano. Aunque sabemos que no le importa demasiado, no deja de ser agradable una demostración tan clara de su facticidad.

(Por cierto que te puede importar la opinión de los otros un rábano por otras razones, pero sigue siendo parte de lo fáctico de tu poder el que puedes tratar al resto como rábano).

Defender la Casen

En los últimos días hemos tenido que soportar que:

a) El gobierno, por asuntos más bien políticos supongo, se apresure a dar los datos de pobreza sin tener la encuesta lista.
b) Que presente datos que están, por decir lo menos, raros: ¿Vitacura con 3,7% de indigentes? Uno puede suponer que el problema estuvo con la expansión (que en la Casen usualmente es bastante compleja, y es lo que hace que -usualmente- los datos se demoren en salir)

Por el otro lado, se ha tenido que soportar que:
a) Hernán Larraín diciendo que No vamos a discutir su encuesta ¿Desde cuando se ha tratado la CASEN como una encuesta de ‘gobierno’?
b) Y para que decir lo de Allamand.

En otras palabras, alguna vez tuvimos una encuesta más que decente -con una muestra gigante, con un terreno de alta calidad, que podía llegar a tener resultados representativos a nivel de comuna para prácticamente todo el país, que permitían tener datos recientes sobre buena parte de los temas que son de interés para política pública. Y ahora, para tener cheap shots, ya empezamos a hacer un desastre con ella.

Uno podría decir que -bueno, que otra cosa se puede esperar y que pasado el tiempo quedará todo esto en nada. Por otro lado, esfuerzos como la CASEN son delicados y es mejor cuidarlos: si empezamos a politizar su uso y los datos, entonces vamos a dejar de tener lo que es, como investigación para política pública, prácticamente invaluable.

Tus momentos favoritos de las películas con Mahler y Strauss

Soho the Dog presentando Strauss and Mahler re-enact your favorite movie moments (Butch Cassidy and the Sundance Kid).

¿La mejor parte?
‘Mahler: The natural majesty of this chasm fills me with both terror and child-like wonder’

Y no olvidemos el segundo post en la serie. (Indiana Jones).

Serenata (op 24) Schönberg.

Bueno, para continuar con música (*).

Una de las críticas más comunes a los pobres dodecafónicos es que los ruidos son desagradables. Eso se puede traducir a algo ligeramente más positivo: que su música es un lenguaje para la desesperación y la angustia: el equivalente musical del Grito de Münch por ejemplo. Posición que, he de reconocerlo con vergüenza, durante un buen tiempo mantuve.

Pero claramente falsa. El lenguaje de los dodecafónicos, como todo lenguaje, se puede usar para expresar todo, cualquier parte de la experiencia humana. Y para muestra la Serenata. Porque, claro está, la serenata no es ‘bonita’, pero si es bastante ligera y eminentemente ‘escuchable’. En otras palabras, el lenguaje de la segunda escuela de Viena también puede tener esos usos. Que los vieneses no quisieran hacerlo mucho es una elección de ellos, de su estilo; pero no de su lenguaje.

En otras palabras, Schönberg no sólo es alguien que compone algo tan impresionante, perfecta expresión de horror, como El Sobreviviente de Varsovia (op 46), sino también de cosas más ligeras. Al fin y al cabo, como reacciones a la 2a Guerra Mundial, Schönberg no sólo tiene el ya citado Sobreviviente, tiene la irónica Oda a Napoleón (op 41) o el Concierto para Piano (op 42) -con sus distintas sensaciones.

En todo caso, lo anterior es sencillamente para volver al punto inicial: un lenguaje musical ha de poder expresar en su plenitud toda la diversidad de la experiencia. Que es lo que han hecho, finalmente, buena parte de los compositores.

(*) Puedo decir que contar con un reproductor MP3 implica un aumento considerable de la calidad de vida. Aunque, dada la cantidad de ruido ambiente, no siempre resulta posible disfrutar plenamente de lo que uno escucha. Ahora, nada es perfecto.