A propósito de Mozart

Si, ya sé, debiera escribir de sociología -supuestamente este blog es de meditaciones sociológicas y al fin y al cabo tengo varias ideas en el tintero- pero al mismo tiempo supongo que no es mala idea escribir sobre lo que uno desea en el momento que uno desea.

En fin, Mozart -que es el tema, y sobre quien no debiera uno estar disculpándose de escribir.

La cosa es que si recuerdo el tiempo que me ha gustado la música clásica, Wolfgang ha pasado por varios altibajos. Una de las primeras obras que escuché de música clásica cuando realmente me puse a escuchar fue el Concierto para Clarinete. Con tamaña introducción no es de extrañar que me convirtiera en fanático del género y del compositor, por añadidura. A eso siguieron años de idolatría.

Pero a eso siguío una fase de más bien alejamiento -en que me dije que los clichés del siglo XIX podían ser algo exagerados pero no eran completamente equivocados y que el siglo XVIII no estaba tan equivocado en preferir a Haydn. Y qué, en realidad, comparado con Johann y Ludwig no tenía nada que hacer.

Y claro está, después descubrí que soy un completo tarado y que -como siempre- mi primera reacción era la correcta (*). Y que en realidad, ¿La Flauta Mágica? ¿Don Giovanni? ¿Los quintetos de cuerda? ¿Los cuartetos dedicados a Haydn? ¿El quinteto para clarinete? ¿El cuarteto en sol menor? Y cuanta otra cosa más. Que cuando Mozart realmente estaba inspirado simplemente no tiene comparación.

En fin. El primer movimiento del Cuarteto en Re menor, K 421, Allegro. No encontré online el último movimiento del La Mayor, K 464 que realmente es una maravilla, pero bueno que se le va a hacer.

Y, dado que hay mucho más que poner, el último movimiento del Cuarteto en Sol Mayor, K 387 (La interpretación elegida más que nada porque para un movimiento que mezcla fuga con sonata poder ver cuando entra cada uno de los músicos no deja de ser una ayuda)

(*) Hace tiempo que debiera haberme dado cuenta que mi instinto es mejor persona que yo. Y que, por lo tanto, debiera hacerle más caso.

De nuevo Haydn

En principio debiera escribir sobre cosas interesantes y sociológicas, pero en fin, trabajo y esas cosas; así que por ahora, haremos algo que sí vale la pena.

Un link al Cuarteto Jerusalem tocando el último movimiento (Fuga a dos sujetos) del Op 20 No 4 de Haydn.

Uno pudiera hablar y decir leseras, pero lo mejor es dejar a la música hablar.

13 cosas que no tienen sentido (New Scientist)

Un artículo en el New Scientist sobre 13 cosas reales que no tienen explicación. Hay temas y disciplinas muy diversas, y no deja de ser un artículo interesante.

El link aquí

Lo que no deja de ser interesante es cuanto de estas cosas inexplicables lo han sido por ya más de una década.

Ahora, por supuesto, como no tenemos ninguna teoría o concepto medianamente decente en ciencias sociales, tampoco podemos tener cosas que no tengan sentido. Cuando todo se explica de la misma general manera, no hay espacio ni para lo realmente esperado ni para lo inesperado.

Maravilla de maravilla: De liberación en el curso de metodología

A veces los alumnos son enervantes. Sólo hoy se les ocurrió decirme que las cosas que estábamos viendo en metodología ya las habían visto y porqué no nos centrábamos en diseño de instrumentos.

Y entonces la reacción: ¡Viva! ¡Maravilla de maravillas!

En un solo acto, se solucionan todos mis problemas con el curso. No paso nada de las cosas estándar de metodología, ‘el libro’, que son las cosas que no me parecen relevantes, en las que no creo y que sólo estaba pasando porque creo que alguna vez se tiene que pasar el libro. Pero el libro ya había sido pasado.

Así que la idea es dedicarse a las cosas que son de interés, cómo efectivamente se construye un cuestionario, donde claramente el libro no es mucho lo que aporta y lo que interesa es la práctica efectiva.

Las cosas de diseño o de muestra se pueden reducir, entonces, a repasar lo mínimo y aprovechar de pasar los énfasis que me interesan. Por ejemplo, no dedicarse a perder tiempo en muestra aleatoria, estratificada, cálculo de error muestra. Pero dedicarse a los problemas reales de cómo se extrae la muestra, cómo consigo aleatoriedad en muestras telefónicas, temas reales de ponderación etc.

No habiendo sido esta una semana muy agradable en general, al menos eso estuvo bien.

De la perfección

Aunque los seres humanos somos, usualmente, bastante desastrosos, en algunas ocasiones nos acercamos a la perfección y a la plenitud. Cada quién sabrá en qué ocasiones tiene esas experiencias, pero yo al menos la tengo usualmente escuchando música. De las siguientes obras, que no sé si serán las mejores, o las que más me gustan, o las que escucho más recurrentemente, sí creo que muestran el espíritu humano, si se me permite una expresión tan cursi, en su mejor faceta..

Y después de expresiones algo ridículas sobre el asunto, pasemos a los que nos interesa (aunque continuemos con el tono beatífico). El listado de obras de manifiesta perfección y ostensible plenitud.

  • Byrd. In Nomine a 5. No 5. Son dos minutos solamente, pero entre los mejores 2 minutos posibles.
  • Bach. La Ofrenda Musical.
  • Bach. El Arte de la Fuga
  • Haydn. Las 7 Ultimas Palabras de Nuestro Señor en la Cruz.
  • Beethoven. El Cuarteto en La Menor, Op 132 -en particular, la Heilige Dankgesang. Acabándola de escuchar, no se si será el día o que, pero nunca deja de afectarme.
  • Beethoven. Cuarteto en Do sostenido Menor, Op 131
  • Beethoven. La Grosse Fuge.

La siguiente pieza no es, al revés que las anteriores, una declaración de perfección y plenitud, sino casi todo lo contrario. Pero, al mismo tiempo, resulta una manifestación tan precisa del desgarro que creo está al mismo nivel.

  • Schonberg. El Sobreviviente de Varsovia, Op 47.

Si todo lo que los seres humanos, en toda su existencia, hubiera hecho, hubiera sido crear las obras anteriores, creo que nos justificaría en algo. En esos pocos momentos de perfección, creo que mostramos que -en algunas gloriosas ocasiones- podemos ser mejores de lo que somos, y de los que nos merecemos.

Ya sé, cursi y todo, pero no por ello menos cierto -o al menos eso creo.

De la melancolía, la felicidad y lo transitorio.

Algo extraño tiene la música para conjunto de violas: No importa que sea lo que toquen, siempre suena profundamente melancólica. Uno empieza a escuchar una pieza por Byrd or Dowland, o peor un conjunto de ellas, y la capacidad para que produzcan melancolía es asombrosa (*).

Ahora, la melancolía, creo, es de todas las emociones relacionadas con el dolor, la más cercana a la felicidad. Nace, en un buen número de ocasiones, del reconocimiento -en medio de un momento de felicidad- que éste no será duradero, que toda felicidad pasará (como tears in the rain para citar a Blade Runner).

Y claro está, es un reconocimiento que todos enfrentamos alguna vez. Un reconocimiento que vuelve la felicidad sospechosa, sólo apta para quienes viven en la ilusión y no pueden mirar la vida tal como es. Pero esa sería, creo, una falsa conclusión.

Porque eso indicaría que las cosas solo valen por su duración, que aquello que es sólo de un momento, que es efímero, no vale mucho. Que, para recordar a los griegos, no digas de nadie que es feliz hasta el último momento. Pero las cosas no dejan de ser porque pasen sólo un momento. Incluso bien pudiera uno plantear que aquello que vale la pena, es aquellos que sería valioso aún cuando sólo durara un instante, y luego se perdiera.

Medir las cosas por la vara de la eternidad no parece adecuado para los seres humanos, para quienes la eternidad y lo permanente sólo son un concepto, y que lo que viven, y lo que es valioso, es en esos momentos. Y por ello la melancolía no es tanto una condena de la felicidad, como el reconocimiento de su carácter.

(*) En Youtube no encontré mucho sobre Byrd, pero he aquí este link a un grupo amateur que toca la Fantasía a 4. Y sobre Dowland, del mismo grupo amateur tenemos las Lachrimae Antiquae:

Del uso de Powerpoint al hacer clases

Aunque ya he hecho clases algunos años, me había resistido sistemáticamente a usar Powerpoint en clases. Más que nada por puro resquemor, sin muchas razones de fondo.

Ahora creo que tengo buenas razones. Estoy haciendo clases de metodología en Antropología en la Chile, y dado que -por razones de ser metódico, ordenado y todo- usualmente se usan powerpoint en esos cursos. Ahora, que son una ayuda, lo son; que hay material que se presenta mejor en powerpoint, sí claro (desde citas a gráficos y modelos).

Pero siguen teniendo un problema -que también es válido cuando uno escribe notas muy extensas: Ayudan a estabilizar las clases. El curso de consumo lo he cambiado todos los años, incorporando temas, autores, cambiando la estructura y básicamente cambiandolo a medida que cambia mis ideas y lo que entiendo del tema. Tener un powerpoint, y en particular un powerpoint muy desarrollado -que puede reemplazar la clase-, es, finalmente, un obstáculo para esa modificación continua. Uno queda agarrado e inmovilizado en cierta concepción, que tiende a repetir.

Por ahora, veremos si funciona, estoy tratando de usar powerpoint más ligeros -que de hecho no reemplazan las clases ni se entienden mucho por sí solos- y centrandolos en lo que sí considero son las ventajas del medio -la presentación de información que es gráfica.

(No sólo información gráfica. Hay algo que he querido hacer por un buen tiempo, pero al final nunca termino de realizarlo: Al hacer la clase de Boirdieu sobre la distinción no sólo presentar los análisis de correspondencia con sus respectivos mapas, sino agregarle a ese mapa información visual y auditiva para que se entienda que significan esos gustos (donde dice Webern, bueno se pone una pieza de Webern; donde dice Utrillo, un cuadro de ese autor)

Tatareando a Schönberg

Alguna vez leí, vaya uno a saber donde, que Webern deseaba que sus obras fueran tatareadas por, digamos, los carteros. El autor de la nota planteaba que el pobre Webern no podía estar más equivocado: Lo que los carteros querían tatarear eran melodías, “tunes”, y las composiciones dodecafónicas no funcionaban para eso.

Lo anterior es sólo para hacer notar mi incredulidad cuando me encontré el otro día (en la micro, que es donde siempre me pasan estas cosas) tatareando a Schönberg, más precisamente el tema inicial del Cuarteto de Cuerdas No. 4. En otras palabras, al parecer, la secunda escuela de Viena si se puede usar para tatarear.

En cualquier caso, para una obra que no debiera ser tatareada, entre las cosas más impresionantes que Schönberg escribió: Un sobreviviente de Varsovia, Op 47, cortesía de Youtube y de Horst Stein, la Sinfónica de Bamberg y Hermann Prey como narrador:

De la trinidad

No puede contarse como perdido el día en que uno se da cuenta de algunas de sus creencias más básicas. La mía es, además, bastante básica: La santísima trinidad la componen Joseph, Wolfgang y Ludwig y el único profeta es Johann Sebastian.

Todo lo cual se reduce a lo siguiente. Otros peregrinaran a la Meca, y otros -algo más cercanos y al mismo tiempo más herejes a mi credo- a Bayreuth. Yo tendré que peregrinar a Viena.

En todo caso, la comparación con asuntos religiosos no es tan sólo broma. Al fin y al cabo, no es por nada que solamente escuchando música entiendo los asuntos religiosos (y de hecho ya posteé que si alguna vez me convierto será por Haendel). Si el sentimiento religioso es la experiencia de algo que va más allá de uno, entonces yo sólo la he sentido escuchando música, y en particular esa música.

Lo cual no será tan terrible. Si no fuera por ellos, uno -un ateo común y silvestre- se hubiera perdido una parte no despreciable de la experiencia humana. Y eso sí hubiera sido lamentable.

¿Muestras? Usemos las más obvias, reproducciones de la mejor música posible -algunos movimientos de los cuartetos tardíos de Beethoven. Que ya sé he mencionado muchas veces. Por otro lado, espero que nunca llegué el día en que me canse de repetirlo.

Op 131 en Do sostenido menor, primer movimiento Adagio, ma non troppo e molto espressivo(por el Cuarteto Tákacs)

Op 132 en La menor, tercer movimiento. Heilige Dankgesang (por el Cuarteto Budapest). Lamentablemente, sólo una parte del movimiento (en otro video en Youtube está el resto).

Op 130 en Si bemol mayor, quinto movimiento. Cavatina, adagio molto espressivo (ni idea que cuarteto)