Alabado sea con grandes alabanzas el Internet Archive

Alabado sea con grandes alabanzas el Internet Archive y su magnífica Wayback Machine. ¿Por qué?

Porque me ha permitido recuperar mi antiguo sitio, El Francotirador, y mis viejos comentarios (circa 2001-2002). Recuperar lo que uno suponía perdido no deja de ser una pequeña felicidad.

Lo otro que me causa algún placer es que, mirando los textos con 4 o 5 años de distancia, creo que no están tan mal. Es cierto que siempre quedaron ripios, que algunas veces debiera preocuparme de dejar más en claro las ideas, y que -en general- algún trabajo de edición nunca estuvo de más; pero he de decir que me gusta el contenido y, en particular, el estilo -al menos en algunas partes.

Todavía me gusta el inicio de la crítica al libro de Cousiño y Valenzuela (Politización y Modernización en América Latina). Después de una larga cita, se partía con ‘Se agradece a un texto que buena parte de sus errores, todos mayúsculos, estén tan concentrados en un solo párrafo‘. Y también, en el comentario La Miseria de la Sociología dijera en una nota a pie de página que ‘Moulian además usa el método probado de decir que la ideología de los adversarios les impide ver la verdad‘. Y en el cuerpo de ese mismo comentario ‘Como toda conversación de café [que era la comparación que usaba para esos textos], sirven para pasar una tarde y para pretender que uno no es un bruto, pero como aporte al conocimiento de la sociedad no es mucho lo que sirven‘. Y me gusta la frase, usada para criticar a Tironi, de ‘las afirmaciones pueden ser ciertas, y parecen ser plausibles, pero es la perdición de las ciencias sociales si nos vamos a quedar en el reino de lo plausible‘.

No me acordaba tampoco que la crítica al informe del PNUD de 1988 fuera tan severa. ‘Si las incertidumbres son ineludibles en la vida social, entonces para investigar la seguridad en Chile no hay que estudiar incertidumbres, hay que analizar amenazas‘ para plantear que, efectivamente, el PNUD nunca realizó ese análisis. Y más en genérico:

Decir que un difuso malestar recorre Chile puede querer decir varias cosas: Puede querer decir que los chilenos plantean que existen problemas importantes. Puede querer decir que los chilenos perciben que viven mal, que el balance general de su vida es negativo. Si la tesis del PNUD plantea sólo lo primero, entonces no plantea nada interesante. Es relativamente obvio que las personas nunca son tan ilusas, en general, para crear que todo está bien y que no existen problemas. Lo interesante es la segunda versión: que decir malestar es decir que, en balance, los chilenos estiman que lo negativo supera a lo positivo. Pero para poder plantear ello, se requiere evidencia sobre ese balance. Y esa evidencia no está presente.

Lo del estilo, en particular si el lector no comparte mi gusto por esas frases, puede parecer menor. Pero, al menos para mí, no lo es tanto. Pero, para ello será menester referir a una historia personal y anterior. En 1996-1997, saliendo de la Universidad, por algún motivo releí algunos de mis trabajos de cuando recién ingresé a la escuela -2º año para ser preciso, 1991- y me deprimí. Encontré que sencillamente no podía repetir el estilo de esos trabajos, y que la persona que los escribió era irrecuperable. Y pensé que había quedado, sin vuelta posible, atrapado por el seco, mediocre e ilegible estilo de los sociólogos. Lo que me muestran los textos del 2001-2002 es que no era la caída en esa forma de escritura no era irreversible. Que, mal que mal, era posible recuperar una forma de escritura más personal. Una forma que podrá ser todo lo desastrosa que se quiera, pero refleja al menos que uno no se ha separado de sus propios textos.

En todo caso, lo que me resulta incluso más placentero -en realidad, debiera preocuparme, pero por ahora simplemente disfrutaremos del asunto- es que todavía mantenga firmemente algunas de las opiniones de esa época. Al parecer 5 años no es tiempo muy largo para cambiar de (algunas) opiniones.

Porque todavía doy por cierto, como decía en mi introducción a mi nada mesurado proyecto de Historia de las Sociedades Humanas (*) que:

¿Queremos saber porque Japón fue la única sociedad no occidental que en el siglo XIX logró modernizarse y no quedar bajo la dominación -sea directa o indirecta- de las potencias coloniales europeas? Pues bien, busquemos la respuesta en la estructura social japonesa -en el carácter de su feudalismo, de su vida urbana, de la extensión de sus mercados- más que en la cultura japonesa. ¿Queremos saber porque las religiones monoteístas se expandieron tan fuertemente? busquemos la razón de ello en la precisa forma en que se relacionan entre sí los miembros de una secta profética y las formas en que se reaccionó a ello.

En otras palabras, me siguen gustando las explicaciones estructurales (aunque por algún motivo son los temas culturales a los que vuelvo).

En fin, terminada esta excursión por asuntos más bien personales que no debieran importarle -creo- a nadie más allá de mi pobre persona, podemos continuar con la programación habitual del blog.

(*) Y se coloca en mayúsculas porque siendo un proyecto sin mesura debiera marcar su importancia, Al fin y al cabo, si yo no me creo la importancia del proyecto intelectual que se supone debiera orientar mi experiencia, entonces ¿quién podría hacerlo? Y el pobre proyecto se merece que alguien se lo tome en serio.
(**) Alguna vez leí, que por supuesto no me acuerdo donde, que Beethoven era uno de los pocos compositores en que todo lo que había escrito era bueno o al menos interesante. Escuchando la Sonata a Kreutzer, op 47, he de reconocer que estoy de acuerdo: Nunca le he escuchado algo mediocre.


A propósito de la encuesta Bicentenario (II) De familias y religión

En fin, entre otras cosas en el tintero se me había olvidado hacer algunos comentarios sobre el tema de la encuesta Bicentenario. Y así, antes que pase más tiempo, algunos puntos sobre los temas ‘valóricos’, o sea familia y religión.

Lo primero es que, definitivamente, al parecer los chilenos entienden que la respuesta ‘liberal, tolerante’ es la buena respuesta. En general, cuando se les insta a reconocer un deber social o se les pregunta si aconsejarían a alguien a acercarse a la ley, los porcentajes son relativamente bajos (o al menos muestran discusión). El 29% cree que los padres deben permanecer juntos por los hijos aunque la relación no esté bien, el 30% aconsejaría a sus hijos no tener relaciones antes de casarse, un 42% aconsejaría a sus hijos no convivir antes de casarse (*).

Ahora, ¿donde hay grandes mayorías? En una parte, con declaraciones que son parte de la ética liberal (por ejemplo, no engañe a su pareja, que es parte de respetar al otro y cumplimiento de los compromisos). Por otra parte, en la familia.

En ese 84% que dice que hay que permanecer en contacto con la familia cercana, aun cuando no tengan mucho en común. El 67% que dice lo mismo con la familia más lejana (**), el 77% que dice que el matrimonio es un compromiso para toda la vida.

Ahora, hay que entender lo que dicen esas declaraciones. Lo peor que se podría hacer sería pensarlas como un núcleo de opinión conservadora. Lo que todas las declaraciones dicen es el deseo y preferencia por la permanencia de las relaciones familiares (estar en contacto, matrimonio toda la vida). Lo que nos dicen es de la familia como centro de la subjetividad, como núcleo central de las relaciones humanas (las personas lo pasan mejor en familia que con sus amigos 70%). En otras palabras, es una familia que no se ordena en torno al deber social, a las funciones de socialización, sino que se ordena en torno a un cierto tipo de relación interpersonal. En última instancia, es el sueño del amor incondicional (***).

Los datos sobre religión siguen una lógica parecida: los chilenos son creyentes, pero definitivamente la religión es un asunto privado (es un asunto en el que intentar convencer no es bien visto). 94% cree en Dios (sin duda alguna), 75% no duda en la existencia de milagros, un 61% dice que Dios es tanto o más importante que su familia.

Por otra parte, un 81% dice preferir que sus hijos decidan en esas cosas por su cuenta (sin que ellos influyan) y sólo un 35% dice que da testimonio de su fe. UN 75% piensa que no es necesaria la religión para tener una vida moralmente buena.

En otras palabras, la religión es buena pero no creo que deba intentar que otros la sigan. Y si otros no la siguen, bueno, tampoco es tan terrible. Los mismos temas de debilitamiento del deber, y en particular de las autoridades paternas siguen presentes.

Ahora, con el tema de la religión podemos -de hecho- concluir con otro punto: Los chilenos pueden ser ‘tradicionalistas’, y en ese sentido conservadores (religiosos, familiares etc.) y al mismo tiempo -y sin contradicción- ‘tolerantes’, y en ese sentido liberales (no hay derecho a imponer cosas). La combinación que realiza la población no indica contradicción, ni una posición intermedia, ni nada de eso.

Pero eso es, finalmente, obvio: Lo contrario de conservador no es liberal, es ser innovador. Lo contrario de liberal no es conservador, es ser autoritario.


(*) Lo interesante de estas cifras es que los padres no parecen tener derecho siquiera al consejo. Ya claramente no a la imposición -hipótesis que parece tan extraña que no fue enunciada siquiera en la encuesta.
(**) El hecho que familia más lejana sean tíos, sobrinos o primos es de interés. Uno pudiera decir que -no es extraño el porcentaje dado que, en verdad, son más bien cercanos. Pero la declaración que es parte del núcleo familiar cercano esas relaciones ya muestra un grado importante de relevancia de la familia. Sea como sea, el dato ya muestra lo relevante de la familia.
(***) Pero, ¿acaso las personas no dicen que los padres pueden separarse a pesar que hayan niños? Y claro, la relación de pareja es -precisamente- la relación que no es incondicional. No tendría sentido preguntar por ‘puede abandonar un padre / madre a su hijo aunque se lleven mal’ porque esa relación se asume y se demanda como incondicional. Sería interesante saber en que lugar queda la relación fraterna. Yo tendería a pensar que se la coloca en el lado de las cosas incondicionales.

Fordismo y Posfordismo

Entre las innumerables transformaciones que a los sociólogos nos encanta plantear se han desarrollado en la actualidad, está la vieja (a estas alturas) idea del cambio al fordismo al posfordismo (se puede usar el siguiente link para una descripción somera del asunto)

Ahora, cuando la fábrica del mundo se trasladó a China, ¿podemos decir que la forma contemporánea de producción es el post-fordismo? Porque, no tengo claro que las fábricas chinas sigan ese modelo (tampoco que sean fordistas para el caso). Bien puede ser que en el mundo desarrollado no se esté en fordismo, pero también es el caso que el centro de la producción material está abandonando ese mundo.

Al parecer, el eurocentrismo sigue siendo fuerte en la disciplina.

Mundo privado y público en la antigua Grecia

En realidad, todo se hace para poder volver a citar a Demóstenes.

Conocida es la distinción entre la libertad de los antiguos y de los modernos, que le debemos a Constant: en la antiguedad la libertad es centralmente un tema público, político, mientras que entre los modernos es un asunto privado, de lo que se hace fuera de la esfera pública. Fustel de Coulanges también decía algo similar.

Y uno puede encontrar fácilmente evidencia de dicha posición. Por ejemplo, Polibio cuando se refiere a Flaminio y su declaración de la libertad de los griegos dice: ‘Indeed, every factor combined to produce this crowning moment, when by a single proclamation all the Greeks inhabiting both Asia and Europe became free, with neither garrison nor tribute to burden them, but enjoying their own laws’ (Polibio,p. 517 en la edición de Penguin que tengo). O, por ejemplo, con Demóstenes: ‘Pero Tesalia, ¿en qué situación se encuentra? ¿No les ha arrebatado a los tesalios sus constituciones y comunidades ciudadanas y establecido tetrarquías, con el fin de que no sólo sean esclavos por ciudades, sino hasta por naciones’ (Tercera Filípica, 26). Tucídides se encuentra lleno de citas en que el tema de la libertad de la ciudad es lo central -al final, no hay que olvidar que para que los Espartanos pudieran decir que eran los campeones de la libertad de los griegos contra Atenas, la libertad defendida es la libertad de la ciudad para gobernarse a sí misma.

Ahora, la posición mencionada también tiene sus problemas. Mogens Herman Hansen (The Athenian Democracy in the Age of Demosthenes, University of Oklahoma Press, 1999) defiende una idea diferente: Dada la separación entre lo público y lo privado, entre el mundo de la polis y el mundo del oikos (*), entonces los griegos también tenían claro que la libertad era también libertad privada. Hansen nos hace ver que el discurso fúnebre de Pericles hace ese punto bastante explícito (como parte del elogio de la ciudad).

Entonces, ¿en qué quedamos? Ahora, en general, en las citas que hemos mencionado de la libertad de los antiguos vamos a notar algo: Que son todas citas sobre eventos políticos, y en particular sobre eventos de ‘relaciones exteriores’. Ahora, que la política para los griegos fuera, en buena parte, sobre como relacionarse con otras polis nos indica que efectivamente el mundo público del privado están relativamente separados. Y, por tanto, en la discusión pública la libertad relevante va a ser la libertad de la polis

En otras palabras, precisamente la forma en que se entiende la libertad ‘privada’ hace que la discusión pública sea predominantemente sobre aspectos puramente públicos. Cohen (1992) hace ver que hay muy poca regulación y discusión en Atenas sobre, central para la supervivencia de la ciudad, la importación de trigo. En otras palabras, buena parte de los temas de nuestras discusiones públicas están ausentes de lo público griego.

Si lo anterior es correcto, entonces la diferencia central entre la libertad de los antiguos y la de los modernos es precisamente la naturaleza de la diferencia entre público y privado, que al parecer era mucho más clara en el caso griego(**).

(*) Que el mundo de la polis estaba separado del mundo privado es también algo que recalca Cohen (Athenian Economy and Society, Princeton University Press, 1992). Hansen hace ver que los tribunales populares en Atenas se dedicaban en buena parte a juicios políticos.

(**) Otra diferencia, pero que ameritaría otro post, es que la libertad -sea pública o privada- en los griegos sigue siendo una libertad de una ‘comunidad’, no tanto un aspecto individual (la libertad privada es la libertad del oikos de no ser gobernado, no la libertad individual de sus miembros)

De la facilidad de nuestros comentaristas

En principio tenía pensado hacer otro post (dedicado al bueno de Demóstenes y la antiguas democracias griegas) pero se me ocurrió leer la última Qué Pasa.

Y entonces me encuentro con lo siguiente -en el artículo de Felipe Lamarca (No tenemos cara para seguir hablando de las vacas flacas). ‘En los últimos 30 años, gracias a la economía libre, Chile y el mundo han crecido a tasas inesperadas. Somos otro país y tenemos el mayor ingreso per cápita -US$10 mil- de América Latina’

¿Perdón? Usemos 2 fuentes de las usuales para hablar de ingreso per cápita -el Baco Mundial y el Fondo Monetario- y usemos las 2 formas usuales para hablar del mismo ingreso (de acuerdo al valor de cambio del dólar y en PPP, o sea tomando en cuenta las diferencias de precios).

Banco Mundial, usando valor de cambio (método Atlas, que es un método que promedia el valor del dolar en 3 años), Chile tenía el 2005 5.870 dólares. Y México 7.310. Y ahora pensemos en PPP, Chile tenía ese mismo año 10.920 dólares. Pero Argentina tenía 13.800

Pero los datos del Banco Mundial son del 2005, usemos el Fondo Monetario que tiene estimaciones para años más recientes (aunque esas no son cifras oficiales sino estimaciones del staff del Fondo)

¿Per cápita en dólares valor de cambio? Chile el 2006, 8.846 dólares que es superior a México efectivamente (8.066 dólares) y el primero de América Latina.

¿Per cápita en dólares PPP? Chile el 2006, 12.982 dólares. Argentina 15.936 dólares.

Como se puede ver las cifras son distintas (*), así que indica que hay que trabajar con cuidado esas cosas. Pero en todo caso, son claros en algo -en la forma de medición que Chile tiene 10 mil dólares de ingreso per capita, que es midiendo con PPP- Argentina claramente tiene mayor ingreso que Chile.

Ahora, uno puede decir, ¿y para qué criticar tanto a Lamarca? No es que la cifra sea tan crucial en su argumento -incluso si estamos bajo Argentina sigue siendo cierto que somos otro país. Y el punto de Lamarca en su artículo son los costos de ese cambio, así que menos importancia tiene ese punto.

¿Por qué hacer esa crítica? Porque muestra un tema de falta de seriedad. Se supone que Lamarca es un tipo serio que escribe en una revista supuestamente seria. No se pueden usar cifras como las usa uno en una conversación entre amigos -así, al voleo y de acuerdo a la memoria. Al fin y al cabo, conseguirse cifras decentes no se demora mucho (**). En otras palabras, difícil tener una discusión pública más o menos decente si su nivel no sale de lo más elemental. Y parte de eso es que, cuando se van a usar números, bueno hay que preocuparse de usarlos bien

(*) Parte de la diferencia se debe a que los dólares del año 2006 no son los mismos dólares del año 2005. Y parte de la diferencia se debe a las metodologías (por ejemplo, en dólares valor de cambio el Banco Mundial usa un promedio móvil y el Fondo Monetario da el valor del año, que explica en buena parte la diferencia entre 5 mil y algo y 8 mil y algo en un año.
(**) O sea, buscar http://www.imf.org y http://www.worldbank.org no es tan complejo. Y ambos tienen en su página de entrada un link sobre datos. O sea, me tomó 10-15 minutos buscar las cifras. Me imagino que Lamarca bien puede tener un asistente que le haga ese trabajo, si es que no tiene ganas de hacerlo él mismo.

Revolución industrial, crecimiento económico y modernidad

En un paper reciente que resume lo que ha quedado más o menos en limpio sobre la revolución industrial (de parte de historiadores) Hans-Joachim Voth dice que:

‘A radical discontinuity separates thousands of years of by and large stagnant living standards from the industrial era. Increasingly in the last few years, models have attempted to capture these long-run dynamics to try to explain how the world changed from a state where growth was fleeting and limited to one where it has become permanent and decisive’ (Voth, 2003, Living Standards during the Industrial Revolution: An Economist’s Guide, AEA Papers and Proceedings, vol 93, no 2: 221-226: 221)

Ahora, ¿puede decirse que eso fue lo que ocurrió con la revolución industrial? ¿Qué en eso consiste la economía moderna? (algo parecido le he leído a De Vries, la modernidad económica como la superación del estado ‘malthusiano’, donde la economía está profundamente limitada por la demografía por ejemplo).

Porque, por otra parte, uno podría pensar que más bien que un cambio de un estado de crecimiento limitado a uno de crecimiento permanente, el paso a la modernidad es un cambio a un plateau distinto (y superior). Al fin y al cabo, digamos, en la anterior revolución económica (Neolítico), también se vivió un período de crecimiento económico (de mayor producción) y de expansión demográfica y todas esas cosas. Pero eso no continuo indefinidamente.

¿Por qué el actual crecimiento debiera ser indefinido, entonces? Del mismo modo que el Neolítico fue una revolución de largo aliento, los cambios de la revolución industrial (o de la modernidad si se quiere) también lo son. Pensar en revoluciones en términos de décadas en vez de en términos de siglos es sólo porque no pensamos en el largo plazo. Pero dado que el otro cambio equivalente también se desarrollo en el largo plazo (en centenares y en miles de años, no en décadas), bien pudiera ser también una perspectiva a tomar ahora.

En ese sentido, no que el cambio a la modernidad ya ocurrió -y que ahora vivimos en el estado tras ese cambio- sino que vivimos (todavía) en la mitad de esa transformación.

El lector atento -si tal especie existiera- notará que usualmente prefiero usar el argumento contrario. Que ya estamos plenamente en la modernidad, que es lo que dije para Chile. Pero bueno, eso es lo agradable de escribir blogs, todavía uno no está obligado a la consistencia plena y puede explorar caminos mutuamente contradictorios.

Sobre el fin de la crítica a la sociología

¿Por qué abandonar, aunque sea por un rato, el deporte de criticar a la sociología?

El bueno de Demóstenes, criticado en el siglo IV A.C por su oposición fallida a Filipo de Macedonia, respondió así a Esquines -su más enconado oponente:

‘A ti se deben, ¿qué trirremes? ¿qué municiones? ¿qué arsenales? ¿qué restauración de murallas?, ¿qué caballería?, ¿en qué de todo esto has sido tú útil? ¿cuál ha sido tu aportación monetaria, en bien de la ciudad y la comunidad, a los ricos y a los pobres?’ (Sobre la Corona, 311).

El punto de Demóstenes no es que los críticos no saben de lo que hablan, y que sólo pueden hablar con conocimiento quienes algo han hecho (no es el punto de ‘los que saben hacen y lo que no, critican). Al fin y al cabo, la política había ya fracasado -esto se produce después de Queronea. Su punto es que, en los momentos de crisis sufridos , lo que corresponde a todo buen ciudadano fue haber hablado y propuesto cosas, y no hablar solo a posteriori. El realmente preocupado hubiera propuesto algo sobre trirremes y municiones.

Y por tanto, volviendo a la sociología. Cuando tenga trirremes y murallas a mi haber, me dedicaré a la crítica de la sociología de nueva. Al fin y al cabo, si es que la disciplina va a mejorar en algún momento, será cuando se propongan nuevas tirremes y no simplemente diciendo lo mal que se han hecho las cosas

(Qué, por cierto, se hacen mal. Pero ya hemos dicho eso en muchas ocasiones).

De la limitación de las categorías sociológicas

Me imagino que esta debiera ser una de las últimas veces -al menos por un buen tiempo- en que me dedico a criticar el estado de la disciplina. Todos los divertimentos tienen algún final supongo.

El texto que da origen al post -y conste que pudiera ser cualquier cita, el texto está elegido sólo porque lo leí recientemente. Nina Eliasoph y Paul Lichterman escribieron un artículo publicado en el American Journal of Sociology el año 2003 (Culture in Interaction, AJS, 108, 4: 735-794) parten de la idea -común en la sociología contemporánea- de ver a la cultura en términos de comunicación, en términos de códigos públicamente compartidos. Y entonces, lo que intentan es complejizar un poco la idea, a partir del supuesto que dado que estos códigos no tienen un sólo significado, hay que analizar cómo se implementan y se producen en diferentes contextos y grupos. Hasta aquí todo bien.

El problema es el ejemplo que usan para fundamentar su idea. Y aquí comienza la cita:

‘But we came to realize the we could not adequately understand how the groups we studied drew upon collective representations. To illustrate, we offer just one example here: in different groups of activists and volunteers, the ‘langugage’ of individualism made public-spirited community involvement meaningful. This poses a puzzle, if not a downright paradox, for theories of collective representations. For these theories, the dominant language of individualism makes it hard for Americans to express concern about anything beyond their own private affairs. These theories would guess that participants would have used the language of individualism to signify selfish action or withdrawal from public engagement altogether’ (p 736).

La oposición individualismo / involucramiento en la comunidad es lo que muestra la pobreza de nuestras categorías. Porque, en principio, no hay razón alguna para la oposición (individualismo no es egoísmo). Pero, efectivamente -por más que toda vez que uno reflexiona algo en el asunto se da cuenta que no hay oposición, y por más que se haya dicho y planteado miles de veces- siempre volvemos a ella. El artículo ya citado muestra efectivamente cómo no se produce mayor oposición. El problema no es la tesis del articulo, sino con el hecho que algo trivialmente cierto (se puede fundamentar la participación social en un lenguaje individualista) sea motivo de publicación el año 2003.

Nuestro conjunto de oposiciones binarias (tradición / modernidad es otro par que pudiera haber dado miles de citas similares; y todas las que se derivan de ella), en realidad oscurece más que otra cosa nuestra comprensión de la sociedad. Es claro que uno siempre necesita algún conjunto de categorías para empezar siquiera a pensar sobre un tema, pero no todas las anteojeras conceptuales son igualmente útiles. Y las nuestras no brillan por su capacidad para decir cosas de interés.

(*) Es extraño pero a Haydn si bien los cuartetos le salían mejor con la madurez, con las sinfonías creo que ocurre lo contrario. Iba a escribir decenas de sinfonías luego de la del Adiós (45 en Fa sostenido menor) pero no iba a escribir mucho mejor. Y no me refiero sólo al Adagio final.

En otro orden de cosas, Freude, schöner Götterfunken, / Tochter aus Elysium. La versión Bayreuth /1951 de la 9º con Furtwängler es una de las que más comunica efectivamente el sentido de la obra.

La culpa la tendrá Händel

Si alguna vez me convierto al cristianismo, toda la culpa la tendrá Händel. La única vez que entiendo de que trata la cosa y me emociona el asunto es cuando escucho El Mesías. En eso, Händel es infalible.

Que, por lo demás, era toda la intención. Y ahora, el texto de la mejor parte en mi humilde opinión.

Behold I tell you a mistery! (recitativo)

Behold, I tell you a mystery!
We shall not all sleep;
but we shall all be changed,
In a moment,
in the twinkling of an eye,
at the last trumpet.

The trumpet shall sound (Bajo)

The trumpet shall sound,
and the dead shall be raised incorruptible,
and we shall be changed.
For this corruptible must put on incorruption,
and this mortal must put on immortality.

Y ahora Youtube al rescate: En versión de Alastair Miles.

Aunque el impacto del asunto es cuando se escucha la obra completa, pero supongo que 2 horas de video es mucho para el pobre Youtube.