Cuando Santiago no era el centro de Chile. Una nota sobre el siglo XVI

Durante los años de la Conquista el núcleo de la actividad hispánica estuvo al sur del Bío-Bío. He ahí donde se fundaron las ciudades y donde se concentraba la actividad de los gobernadores.

No estará de más recordar que la Real Audiencia se fundó en Concepción en 1565, y que su presidente Melchor de Saravia fue el gobernador (en 1573 la Audiencia fue suprimida), y sólo en 1609 se restableció en Santiago. Aunque es un caso extremo, no deja de ser sintomático que García Hurtado de Mendoza sólo está en Santiago al último momento de su gobernación, pasada centralmente en las tierras del sur, “estando de paz toda la provincia que tantos años había estado en guerra, don García, como hombre que ya en su pecho tenía concebido irse de el reino, quiso ir a la ciudad de Santiago” (Góngora Marmolejo 1990: 175). Ercilla nos dice refiriéndose a La Imperial que en el valle del Cautín “los españoles fundaron la más próspera ciudad que ha habido en aquellas partes” (La Araucana, declaración de algunas cosas de esta obra).

Un ejercicio rápido, aunque algo burdo, es revisar las principales crónicas de la Conquista (la de Jerónimo de Vivar, la de Góngora Marmolejo y la de Mariño de Povera) y simplemente se cuentan las menciones a las ciudades, se encuentra una presencia importante de las ciudades del Sur (y aquí hay que tomar en cuenta que en todas las crónicas los años iniciales se concentran en Santiago, por ser la primera ciudad fundada). De hecho, en Mariño de Povera las referencias a Concepción llegan a ser más comunes que las de Santiago.

Menciones de Ciudades en las Crónicas de la Conquista.

Relación (año de último hecho narrado en ella) Santiago Concepción Angol La Imperial Cañete Ciudad de Valdivia
Jerónimo de Vivar (1558) 151 96 8 27 11 24
Góngora Marmolejo (1575) 257 167 52 25 33 17
Mariño de Povera (1595) 62 81 12 28 30 19
Total 470 344 72 80 74 60

NOTA: En el caso de Santiago están excluidas frases relativas al Apóstol Santiago. En el caso de Valdivia sólo se tomaron referencias a Ciudad de Valdivia para eliminar referencias al conquistador. Se usaron los textos disponibles en el sitio Memoria Chilena (http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-576.html)

El análisis anterior olvida quizás algo más relevante, que la actividad de los gobernadores se centraba en el sur del territorio. En buena parte de los casos, las referencias a Santiago son en términos de lo que ocurre en el sur: como fuente de refuerzos y de sostén de la guerra en el Sur, que es donde actúan los gobernadores.

Todo aquello se cierra con uno de los hechos más importantes de  la historia de Chile, al que ya hemos hecho mención el el blog: La rebelión de 1598. Tras Curalaba, los mapuches expulsan a los colonos de las ciudades al sur del Bío-Bío: Santa Cruz, Angol, La Imperial, Villarrica, Valdivia, Osorno. La presencia española al sur de dicho río queda reducida al fuerte de Arauco y a la isla de Chiloé (desde ese momento claramente separada del resto del territorio español). No entraremos a narrar las vicisitudes de la guerra de Arauco hasta las paces de Quilín en 1641, pero sí que a partir de dicha rebelión el territorio efectivamente gobernado desde Santiago tiene una delimitación que se mantendrá básicamente hasta mediados del siglo XIX: El territorio que va desde Copiapó hasta el Bío-Bío.

Esta situación no sólo cambia el centro de la colonia, sino que cambia la estructura de asentamiento. Los españoles que huían de las ciudades destruidas fueron ubicados a lo largo del territorio remanente, pero no se fundaron nuevas ciudades para recibirlos. En otras palabras, de un espacio organizado en torno a varias ciudades se pasa a uno más bien disperso (el número de ciudades destruidas en la rebelión de 1598 en el territorio entre el Bío-Bio y el canal de Chacao es mayor al número de ciudades en todo el Reino de Chile tras la rebelión). La política de distribuir tierras, de crear con ello la propiedad privada de la tierra por parte de los colonos, iniciada por el gobernador Alonso de Ribera (Bengoa 2015: Vol I, 57-59), se hace en un territorio con pocas concentraciones de población y de actividad. Y ello marcará la evolución futura del país.

Insistir que el Chile del siglo XVI tenía un centro distinto del que ha sido su centro permanente a partir de 1598, que no fue siempre el centro Santiago; tiene como efecto darnos cuenta de la magnitud de lo que implicó la victoria mapuche en dicha rebelión. Muchas veces nos decimos que, en contraposición con todo otro pueblo de América, los mapuches fueron los únicos que resistieron durante largo tiempo. Pero ello es exagerado. Los últimos señoríos mayas cayeron en 1697 (Tayasal), y en diversas fronteras (por ejemplo, en el norte de méxico) los españoles se encontraron con resistencia indígena prácticamente durante todo el período. Lo que sí parecen haber logrado los mapuches en distinción de otros pueblos fue expulsar permanentemente a los españoles de lo que estos últimos habían pensado como el centro de una colonia. El Chile central con el cual se quedaron no era el lugar que inicialmente más les interesaba poseer.

Referencias.

Bengoa, José (2015) Historia rural de Chile central. Santiago: LOM

Góngora Marmolejo, Alonso (1990) Historia de todas las cosas que han acaecido en el Reino de Chile y de los que lo han gobernado. Santiago: Ediciones de la Universidad de Chile. Edición de Alamiro de Ávila Martel y Lucía Invernizzi Santa Cruz.

La rebelión de 1598. Un olvido en la memoria de Chile

Guerra_de_Arauco_-_Ger+¦nimo_de_BibarEl evento más trascendental de la historia de los territorios que ahora son Chile que es menos conocido en la memoria común es la rebelión de 1598. La Batalla de Curalaba, donde muere el gobernador García Oñez de Loyola el 21 de diciembre de ese año, es el momento inicial de una rebelión que, cuando finaliza, termina entre 1599 y 1604 con la destrucción de todos los asentamientos españoles al sur del Bío-Bío (con la excepción de Chiloé): Santa Cruz, Valdivia, La Imperial, Villarrica, Osorno, Angol y Cañete. Y entre medio tanto Chillán como Concepción sufrieron ataques importantes. No sólo eso sino que además los españoles no vuelven después al sur del Bío-Bío. En particular, no vuelven a asentarse en esa zona. Si bien los gobernadores durante el siglo XVII hacen múltiples campañas al sur del río, y de hecho hay algunos intentos (Fuerte de Boroa por ejemplo) y el Fuerte de Arauco sí se instala como presencia al sur, en general la frontera queda instalada en dicho río.

Esto es crucial porque eso sólo emerge como resultado de esa rebelión. Las rebeliones anteriores no tuvieron ese efecto. Después de la rebelión de Lautaro, que además es geográficamente más extensa, recordemos que Lautaro muerte en el río Mataquito, los españoles vuelven a la zona en cuestión. Las campañas y batallas de García Hurtado de Mendoza representa, finalmente, una reconquista de la zona. Y todos los alzamientos posteriores no hacen que los españoles abandonen la zona.

Luego, es la rebelión de 1598 la que establece una de las características esenciales de la historia posterior: La existencia de una frontera, de un ejército permanente, y con el real situado incluso del impulso a la economía monetaria y el cambio de eje geográfico del dominio español a la zona del norte del Bío-Bío. Eso desde el punto de vista ‘español’.

curalabaDesde el punto de vista mapuche es más sencillo: representa la constitución de un espacio mapuche libre e independiente. Para decirlo de otra forma y exagerando algo, desde el punto de vista mapuche la rebelión de 1598 y Curalaba son el equivalente, para la sociedad chilena, del Cruce de los Andes, de Chacabuco y de Maipú: el momento en que ganan su independencia (i.e no hay autoridades españoles en la zona luego de la rebelión, no hay encomenderos ni pago de tributos). Por cierto esto no implica olvidar que los españoles siguieron realizando juegos de dominación en la zona (esclavizando mapuches y llevándolos a la zona donde ejercían la colonización), recordemos que campañas militares seguían operando, pero el caso es que no era un espacio de dominio español directo: Al operar al sur del Bío-Bío operaban fuera de su espacio, estaban en expedición.

Ahora, ¿quien se acuerda -entre los chilenos, no entraré a discutir cómo se recuerda entre mapuches, que es otra pregunta- de esa rebelión? ¿Por qué Pelantaro, el líder de la rebelión y vencedor de Curalaba no es conocido, mientras que Lautaro sí es reconocido?

Mi impresión es que Lautaro es ‘apropriable’ por el discurso chileno que tiende a incorporar al mapuche como parte de lo chileno. Recordemos la idea de la raza chilena de Palacios donde el chileno es hijo del español y del mapuche. Lautaro, líder de una rebelión que no separa los espacios de la colonización y del mapuche, puede ser usado en ese discurso. El chileno puede sentirse descendiente de Lautaro (y recordemos los usos de su nombre en la independencia, como parte de la misma lucha contra el español).

Pero con Pelantaro no. El éxito de Pelantaro, finalmente, consiste en separar los espacios, en dejar una zona de dominación española separada de la zona mapuche. Y lo que nos dice eso es que, entonces, Chile se forma al norte del Bío-Bío, no al sur. Producto de la rebelión de 1598 es que se crea el espacio donde se generará el Chile tradicional, la zona donde se genera y crea la sociedad chilena, digamos el territorio entre Copiapó y Concepción (zona donde, por cierto, hay presencia indígena; pero allí lo que no hay es mapuches independientes). Por lo tanto, nos recuerda que cuando el ejército chileno, en ocasiones, hace nacer su linaje en el ejército permanente creado tras la rebelión está siendo exacto: Porque es heredero de esas tradiciones y de esos tercios, no de los que se oponían a esos tercios. Al fin y al cabo, Santiago o en Concepción son ciudades que los mapuches intentaron destruir y quemar. Llamar zona de dominación española a la zona del norte del Bío-Bío es engañoso al final: es la zona chilena.

En otras palabras, la rebelión de 1598 y Pelantaro lo que muestran es la diferencia entre chilenos y mapuches, que en otras palabras Pelantaro no es parte del ‘pueblo chileno’, y que Chile es heredero de quienes lucharon contra Pelantaro.  Santiago fue fundado en 1541 mientras que Temuco lo fue en 1881, y esos siglos de diferencia son producto de esa rebelión. Siglos que implican sociedades y grupos distintos.  Luego, para el relato unificador no es una figura muy grata.